Resulta que todo el batallon de cadetes estaba formado en la explanada y en el afan de practicar para un desfile o algo asi y pasa que los instructores y jefes de seccion estaban al frente y un poco relajados por las coordinaciones que se hacian para la practica del desfile; y resulta que este patan al ver un perro vago caminando por el frente del batallon de cadetes saca su espada y en el afan de agredir al perro se le rompe el cachivache en dos y sin lesionar al can y por supuesto la cara del agresor se le puso color de fresa y la risa fue general y por unos segundos nada mas ya que la mirada del mismo basto para callar las burlas.
Tengase en cuenta que dejar caer las armas es un pecado mayor y un dolor al bolsillo ya que uno mismo tiene que reponer lo roto o malogrado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario