Posted: 31 May 2012 09:38 PM PDT
EL ULTIMÁTUM DE LA MERCED:
Fernando Belaunde Terry, es uno de los políticos más importantes de la historia republicana. Un hombre cuyo paso por la política peruana y fundamentalmente por el gobierno o por la administración del estado en dos periodos -lejos de las pasiones, los cernicolismos y las mezquindades de la política criolla- le es a juicio de la historia totalmente favorable.
El democrata, el hombre que hizo de la política un magisterio, un ejercicio de honestidad y de decencia; el estadista y el visionario; se encarnan en la figura que hoy
presentan con unanimidad quienes en el Centenario de su Nacimiento, ven una magnifica oportunidad de resaltar liderazgos en un país donde ya no hay líderes políticos de solera, hay caricaturas, hay fantoches, hay figurettis, hay improvisados, oportunistas y demagogos con pretensiones de líderes, personajes que han hecho que el ciudadano común y corriente se aleje de los partidos partidos y que la política haya perdido el romanticismo, el sentido de docencia y la pasión por construir un futuro común; para materializar el proyecto personal, que el pragmatismo y el clientelismo pueden conseguir, en un país donde la ignorancia y la falta de cultura cívica y política son significativas y fundamentales para la politica criolla.
Belaunde cuyas calidades oratorias nadie puede discutir, entendió e interpreto a la perfección en su ejecutoria política, aquella máxima que solo se puede hacer política con el pueblo. Una identificación que lo llevó dos veces a la Presidencia de la República; a que hoy se entienda y se valore la importancia de obras como la Carretera Marginal de la Selva que como un acto de justicia lleva su nombre. En la perspectiva de la construcción de un proyecto de país, el legado de Belaunde, hoy no pertenece solo a sus seguidores, a los militantes de ACCION POPULAR, sino que es patrimonio nacional. Un legado que desde nuestro punto de vista no es necesariamente ideológico, porque la ideología de ACCION POPULAR que Miro Quesada diseña buscando sistematizar el pensamiento y el discurso político de Belaunde (en un momento en el que obligatoriamente no se concibe partido sin ideología y esta tiene que ser "original" y alejada de los "itsmos" de la época) se inserta en un humanismo de corte social cristiano con matices socialdemócratas que se plantean a partir de las raíces históricas del hombre andino como propuesta original.
El legado de Fernando Belaunde es el del pragmatismo conceptual que no es solo político, sino que es docente, que se adelanto a una época como la actual donde el pragmatismo es clientelista y electorero. Fundamentalmente el legado de Belaunde es el del pensamiento visionario, el del estadista honesto, el del líder carismático, el del arquitecto constructor de un país, que ve en la gran obra pública -en la obra pública que se proyecta a la utilidad de las generaciones que reciban el país- el mandato y el trabajo del pueblo que lo llevo al poder, graficado en la frase "EL PUEBLO LO HIZO". Allí esta Tinajones, la creación de las Corporaciones Departamentales de Desarrollo (en las que se sustenta la regionalización actual) La Pampilla, la gratuidad de la educación en todos los niveles, el Plan Vial Nacional para la construcción de carreteras que integren el país.
Belaunde fue como los líderes de su generación un caudillo, pero fue por sobre todo un maestro de la política, un escultor del democrático ejercicio del poder, un artista ejemplar en lo que debe expresar el liderazgo responsable, en la busqueda de mejores condiciones de vida para las mayorías nacionales y dentro de un proceso de transformación democrática.
El 1º de Junio de 1956, Belaunde encabeza una multitud de jóvenes y hombres y mujeres del pueblo, que estaba convencida de que lo que encarnan bajo la conducción de FBT, representa el cambio, los valores y los principios democráticos de un nuevo liderazgo y de una nueva forma de hacer política. Una forma de hacer política inspirada en la realidad y el pragmatismo de la gran obra pública que mira al futuro y que se impulsa como concepto, en el mensaje telurico de los antiguos peruanos. Belaunde da treinta minutos (30´) al JURADO NACIONAL DE ELECCIONES (JNE) para que se le inscriba. Es allí donde el político enfundado en una candidatura, da paso al líder de alcanze nacional; donde nace el mito de la historia política republicana al que hoy el pueblo se refiere con respeto y reverencia y que es parte de una generación de hombres nacidos entre los finales del Siglo XIX (la Generación del 900) y los primeros años del Siglo XX, años en los que el país se nutrió de figuras de la talla de Haya de la Torre, Basadre, Sánchez y José María Arguedas por citar algunos nombres. Cincuentaiseis años han pasado desde entonces y este tipo de políticos son hoy personajes desacostumbrados, protagonistas ausentes de la escena nacional.
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