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18 jun 2012

JMN DESDE SU TRINCHERA

JMN DESDE SU TRINCHERA



Posted: 17 Jun 2012 04:22 PM PDT
FELIZ DIA DEL PADRE:


Hoy es el día del padre y me vienen a la memoria familiares o amigos que he querido mucho y que ya no están; amigos (de los que tengo pocos) que tienen mi afecto y/o gente conocida con la que hay vínculos comunes de  consideración y aprecio. Me viene a la memoria por ejemplo,
mi buen amigo  Rogelio Escalante, que compraba el pan para llevar a su casa y que me recordaba a mi padre cuando decía que un padre que no llevaba pan a su casa no era buen padre. A propósito de mi padre, no hablo de él desde la perspectiva del recuerdo porque no lo recuerdo, lo tengo siempre conmigo. Como no soy un hombre de formalismos o de convencionalismos, éste tipo de festividades no me gustan, me parecen muy comerciales o muy hipócritas, como es el caso de los candidatos a la alcaldía, que buscando el voto de la gente, regalan pescado o mandan tarjetas o hacen shows por el día de la madre, del padre y de la trampa, para aparecer como "buenos amigos y vecinos", cuando lo que quiere el ciudadano, no no es que los políticos sean sus "amigos", sino que si llegan al poder, hagan un buen gobierno y nos sean rateros ni corruptos. A pesar de lo expuesto, soy consiente que como no puedo remar contra la corriente y anudo estos textos para que a partir de mi experiencia personal,  transmitan  un Feliz Día del Padre a mis familiares, a mis amigos, a  mis conocidos y a todos mis lectores.


Yo soy un convencido de que la paternidad es un hecho físico; un hecho biológico que nos marca la existencia. Creo que la paternidad es una actitud de vida, ligada a sentimientos pero también ha un hecho cultural, que tiene que ver con la existencia de la familia. En la medida que nosotros crecemos, la relación entre padres e hijos termina siendo la de dos personas que tienen lazos afectivos sí, pero intereses y motivaciones diferentes y diversas también. Es como las relaciones de pareja, que terminan en la vejez pasando del amor y de la pasión a la amistad; como dos amigos que recuerdan tiempos pasados y se regocijan viendo la preservación de la especie en sus hijos y en los hijos de sus hijos.


 En la edad adulta, la relación entre padres e hijos termina siendo insisto, la que se puede dar entre amigos, con la diferencia de que provenimos el uno del otro y hay todo un proceso de crecimiento de por medio, con todas las connotaciones materiales, sentimentales y emocionales que son posibles. Cada quien tiene su propia familia, sus visiones de vida y la influencia de la pareja o de los hijos termina condicionando de una u otra manera la relación: Por eso yo prefiero hablar de "compañeros de viaje" en lugar de hijos o de padres.


En lo personal, a mi me toco un compañero de viaje de excepción y quienes lo conocieron saben que no estoy inventando un personaje de ficción. Yo lo solía llamar "Compañero Jefe"  y cuando lo hacia me mandaba a rodar en medio de un dialogo que era motivo de risa y de  dialogo entre ambos. Enrolado en el Ejercito cuando la Revolución de Trujillo, su antiaprismo provenía del sentimiento de dolor por la muerte de camaradas de armas. En honor a la verdad, no se si el personaje que yo descubrí es el mismo del que pueden dar fe  mis hermanos, pienso que no, porque yo nací cuando él tenía cuarenta y ocho años y a esa edad ya hay  madurez emocional y un proceso de crecimiento que te hace una persona diferente a cuando tienes un hijo a los veintitantos o treinta años años. 


A Don Eusebio Mansilla solía yo acompañarlo todos los fines de semana o mejor dicho me llevaba y solía salir con él todos los fines de semana; íbamos un rato a su trabajo o al Centro de Lima, donde la parada obligada era la Botica Francesa, el Peach Melba o el helado de Fosh  y de allí a mi solicitud a la juguetería de Oeshle para ver que había. Los domingos el destino obligado era  La Merced o  la Iglesia de San Pedro, donde había que escuchar misa de pie, cerca a la puerta y lejos del atrio "para que Dios no nos viera ni pensara que le venimos a pedir algo". 


Yo descubrí el mundo a través de los ojos del Compañero Jefe. Don Eusebio era un hombre sencillo, humilde, consiente de sus limitaciones, sin aires de grandeza pero muy seguro de si mismo;  nunca lo vi arrugar ni dejar de enfrentar una situación. Iba del trabajo a su casa y de su casa al trabajo y uno de sus mayores secretos era el rezar el rosario. Con las luces apagadas ponía su Radio Santa Rosa y a puerta cerrada  lo seguía mentalmente. Un día cometí el desatino de abrir la puerta bruscamente y un "cierra la puerta carajo" se escucho en medio de la oscuridad, lo que me confirmo que la religión tiene algo de paganismo y de aire popular.


 Hasta antes de que enfermara, con las luces apagadas, me echaba a su lado metiendo la cabeza en su costado para dialogar todo y de todo. Yo preguntaba y el respondía; yo ponía el tema y el presentaba diferentes ángulos de la situación. Era mi agora. Esas sabrosas conversaciones en las que a veces él no tenía respuestas a mis inquietudes sobre  ancestros y antepasados, me hizo en la vida, ponerme siempre en los zapatos y en la perspectiva de quien tengo al frente. En un día como hoy, creo que a pesar de que tengo un montón de trabajo, no puedo dejar de recordarlo y escribir sobre una persona que marco mi vida. Hoy con los hijos de mi mujer, que se parecen a mi, que llevan mi sangre y mi apellido, pero que son simplemente los hijos de mi mujer y mis compañeros de viaje; trato simplemente de seguir ese ejemplo -con una mayor apertura y una mayor dosis de humor por cierto- esperando que cuando cantamos junto con ellos el HIMNO MANSILLA, estas líneas  que lo describen lo acerquen a su corazón: ¡Felíz Día Papá!.








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