Por Romina Mella (*).-
Todo pescador de más de una temporada sabe que si algo cambia sin pausa, bajo la misma aparente superficie, es el mar. Y en un contexto menos líquido y más sicotrópico, ese cambiar constante, la adaptabilidad febril es lo que caracteriza al narcotráfico en
el Perú y especialmente en el VRAE.
No pensemos siquiera en las grandes diferencias entre el narcotráfico dominado por los colombianos en los años 80 y parte de los 90 del siglo pasado. Basta ver los cambios que han sucedido en los últimos dos años.
En procesamiento de la droga, ha habido –como se escribió en la entrega anterior– un aparente salto hacia atrás. Ya no se exporta casi clorhidrato de cocaína, sino pasta básica. En consecuencia, ya no es tan fácil encontrar hornos de microondas o, digamos, acetona en el VRAE.
Lo que sucede es que el crecimiento de los clanes ha rebalsado el Valle y, en varios casos, ha cruzado la frontera con Bolivia, donde refinan la pasta básica y ganan mucho más en el proceso.
Y donde hace un par de años primaba la suela de los mochileros ahora domina la rueda. Un porcentaje crecientemente mayor de la droga sale en camionetas y vehículos de transporte. Y si hay una actividad que garantiza el pleno empleo es la de planchador de autos, que es quien hace las caletas o compartimientos secretos en las carrocerías.
La cadena de transporte se mueve ahora más rápido, pero con más compartimentaje que antes.
Solo el jefe del clan y sus principales colaboradores saben a quién se le venderá la droga, cómo será trasladada, a través de qué rutas, y el destino de la carga (la mayor parte de los casos en un primer centro de acopio dentro del Perú). Buena parte de los servicios, como el traslado de la carga por los ahora menos numerosos mochileros, mulas, camionetas, camiones, están tercerizados.
Diversas fuentes consultadas para este reportaje indicaron que la nueva estructura de compartimentaje y service es bastante segura para los clanes, y a la vez hace muy difícil identificar a los contactos internacionales.
A continuación les describimos las principales organizaciones y los protagonistas del narcotráfico en el VRAE.
Los clanes familiares más importantes están establecidos en la parte del Valle que pertenece a Ayacucho.
La producción de cocaína está concentrada en Llochegua y Palmapampa. Cada clan produce alrededor de 300 a 500 kilos de droga por mes o dos meses, según la demanda. El precio de un kilo de pasta básica es de $400 a $600; el de pbc lavada varía de $600 a $800, y el de clorhidrato de cocaína fluctúa de $950 a $1100.
Adrián Velarde Huamaní, 'Chato Adrián' (Foto: La República)
*Adrián Velarde Huamaní, ‘Chato Adrián’ o ‘Velarde Huamaní’, es considerado por la policía antidrogas uno de los acopiadores y productores de droga más importantes del VRAE. Tiene como centro de operaciones Villa Mejorada, en Llochegua (donde nació hace 45 años); Santa Teresa, en La Convención; y Huancavelica. Ha extendido sus operaciones a Junín, Lima y Moquegua.
‘Chato Adrián’ procesa alrededor de 300 kilos de droga mensuales. Se ha establecido Bolivia, y ahí procesa la pasta básica lavada que proviene del VRAE.
En noviembre de 2007, agentes de la Dirandro montaron un operativo para capturarlo en Villa Mejorada, pero los pobladores impidieron el arresto y Velarde huyó.
De lo que no pudo huir fue del embargo de 32 propiedades en Huanta y en Los Olivos, como parte del proceso que se le sigue por presunto lavado de diez millones de dólares del narcotráfico. También está incluido en el ‘Kingpin Act’ peruano.
Tater Bustamante, es otro de los traficantes con centro de operaciones en Villa Mejorada. Produce de 300 a 400 kilos de droga cada mes o dos meses.
*Ántero Eduardo Pascacio Candelario, ‘Barros’, ‘Mashico’ o ‘Meteoro’ ha ascendido rápidamente en el negocio de la droga. A sus 44 años, es uno de los principales acopiadores de y productores de cocaína del Valle. ‘Barros’ estableció su centro de producción en Llochegua. Ahora reside en Bolivia, desde donde monitorea el traslado de la droga que se hace principalmente por tierra.
Su volumen de producción de droga varía entre los 400 y 500 kilos mensuales. Principalmente pasta básica lavada. Buena parte va a Bolivia. Algunos de los integrantes de su organización son el colombiano Armando de Jesús Marroquín Pérez ‘Don Juan’ u ‘Oswaldo’; y Óscar Lizardo Benites Linares ‘Eduardo’ u ‘Óscar’. Figuran en el ‘Kingpin Act’ peruano.
* Otro de los clanes importantes es el denominado ‘Tibenqui’, palabra que reúne las sílabas iniciales de tres familias (Tineo, Bendezú y Quispe). Lo lideran Óscar Tineo Taipe o Ángel Villarreal Palomino ‘Ángel’; Yuri Bendezú Quispe, Alejandro Bendezú Quispe o Javier Pacheco Espinoza ‘Tibenqui’, ‘Negro’, ‘Yuri’, ‘Cabezón’ o ‘Cuadrado’; y Carlos López Tineo, alias ‘Chato Box’.
Sus centros de operaciones están en Llochegua, Santa Rosa y Palmapampa. Los ‘Tibenqui’ trafican desde el año 2000. Su producción varía de 400 a 500 kilos de droga. Utilizan camiones de carga con caletas de doble fondo en la tolva para el traslado de la cocaína. Una de las rutas de salida más usada es: San Francisco-Machente-Tambo-Ayacucho-Andahuaylas-Abancay-Cusco-Juliaca- Desaguadero-Bolivia.
* Filemón Huillcayaure Crespo, ‘Vacachorro’, dirige un clan familiar que tiene como centro de operaciones las comunidades de Canayre y Sol Naciente, en Llochegua. Antes operaba en la cuenca del Mantaro y José Olaya, en el distrito de San Martín de Pangoa. Su droga era transportada en parte por Sendero Luminoso.
Es un traficante antiguo que despegó en el negocio de la droga a partir de 1999, y uno de los más importantes del sector. Fue uno de los primeros traficantes que empleó mochileros o cargachos para el transporte de su droga.
Tiene una producción de alrededor de 500 a 600 kilos de droga mensual. Una de las principales rutas de salida de la droga es por el sur, hasta Bolivia. ‘Vacachorro’ es investigado por lavado de activos y colaboración con SL-VRAE.
En enero del año pasado, la Dirandro realizó un gran operativo en Huanta y capturó a tres integrantes del clan: Juan Huillcayaure Crespo, su hermano; y a Lucila y Rafael Velásquez. Las autoridades embargaron 23 bienes inmuebles, entre casas, terrenos y predios agrícolas.
* La organización ‘Cordero’, liderada por Rudy Cordero Mancilla ‘Rudy’, tiene como centro de operaciones Llochegua. La integran Eduardo Hacha Figueroa, ‘Hacha’, quien es el coordinador de la organización y encargado de la seguridad; y Roky José Chimayco Cárdenas ‘Roky’, encargado de la logística.
* José Manuel López Quispe ‘Papitas’, uno de los más grandes acopiadores de Llochegua (estuvo en Sivia hasta el 2010), fue capturado el miércoles 27 de junio pasado. Agentes de la Dirandro lo arrestaron en una casa en San Martín de Porres, donde funcionaba su laboratorio de procesamiento de clorhidrato de cocaína. Los policías también hallaron 100 kilos de cocaína. Era la tercera vez que López Quispe resultaba atrapado por la Policía. En 2009 lo capturaron en Sivia, pero un año después fue liberado por el Poder Judicial. Cinco años antes, en 2004, ocurrió lo mismo. Lo capturaron junto a traficantes colombianos, pero ese mismo año fue liberado.
Óscar Rodríguez Gómez, 'Turbo' (Foto: Caretas).
* La policía antidrogas ha detectado que algunos traficantes siguen haciendo negocios desde prisión personalmente o a través de sus familiares. Óscar Rodríguez Gómez, ‘Turbo’, es, según la Policía, uno de ellos. Tras su captura y la de sus hermanos Alfredo y Edwin, su madre Pelagia Gómez Badajoz y los hermanos de esta, Demetrio ‘Vaquero’, Herminio ‘Maqui’ y Aurelio ‘Pirata’, tomaron las riendas de la organización.
Este clan tiene un volumen de producción bajo, de aproximadamente 100 kilos de pasta básica lavada mensuales. Su droga va principalmente hacia Bolivia.
* ‘Tío Rico’ o ‘Western‘, que responde a los nombres de Juan Roberto Zanabria Pañau o Juan Roberto Zanabria Pañao o Juan Roberto Zanabria Panao, dirige desde Ayacucho una organización que se encarga de acopiar y procesar droga, con centro de operaciones en Oreja de Perro, en el distrito de Chungui, en la provincia La Mar. En la década de los 80’ y 90’ estuvieron en Llochegua.
Este clan abastece a organizaciones brasileñas, colombianas y bolivianas. Mueve en promedio 200 kilogramos de droga mensuales. Este clan está incluido en la lista de organizaciones de narcotráfico de los organismos de inteligencia y la DEA.
* Otro de los clanes relativamente antiguos, que tiene alrededor de diez años en el negocio, es el liderado por Jeremías Rivera Bastidas ‘Yanarinri’. Su centro de operaciones está en Santa Rosa, Ayacucho. El volumen de producción de 300 a 400 kilos de droga mensuales.
Las rutas de transporte más usadas por esta organización son: a) San Francisco-Machente-Tambo-Ayacucho-Andahuaylas-Abancay-Cusco-Juliaca-Desaguadero-Bolivia; b)Ayacucho-vía Libertadores-San Clemente (Ica)-Moquegua- Puno-Desaguadero-Bolivia; c) Kimbiri-Lobo-Cielo Punco- Quillabamba-Ollantaytambo-Cusco-Puno-Desaguadero-Bolivia.
* El clan familiar ‘Quispe Marmolejo’ está dirigido por Luis Alfredo Quispe Marmolejo, ‘Cabezón’. Tiene como centro de operaciones Santa Rosa y Huamanga. Buena parte de su droga es enviada por las rutas que van hacia el sur, hasta llegar a Bolivia. Figura en el ‘Kingpin Act’ peruano.
* Sósimo Teófanes Bermudo Crespo, ‘Pajacho’, dirige un clan familiar que produce, acopia, acondiciona y transporta droga. Su centro de operaciones en el distrito de Sivia. Abastece a organizaciones bolivianas y mexicanas. Diversas fuentes mencionan que ha comprado un fundo ganadero en Bolivia.
En junio del 2002, la Dirandro lo capturó en un laboratorio de cocaína en el caserío Santa Rosa, pero luego salió en libertad. ‘Pajacho’ volvió al VRAE en el 2004 y cuatro años más tarde la policía intentó capturarlo en un centro poblado del Mantaro, pero la población impidió el operativo. Un año después, en marzo del 2009, fue capturado y luego puesto en libertad.
* La organización ‘César’ tiene como centro de operaciones Comunidad Natividad, en Ayacucho. El volumen de producción es entre 200 y 300 kilos de droga mensuales.
En Cusco:
* Yuri Héctor Guillén Pérez se hace llamar ‘Macho’ o ‘Joel’. A sus 34 años, lidera un clan con centro de operaciones en Quisto Central, La Convención, en el Cusco. El volumen de producción estáentre los 300 y 400 kilos de droga mensuales. Su droga va principalmente a Bolivia.
En Huancavelica:
* Algo similar ocurre con el clan familiar liderado por Elson Rojas Sacha conocido como “Juan Erasmo Rojas Sacha” o ‘Cura’ y su esposa, Bertha Padilla Cárdenas ‘Monja’. Ambos purgan una condena por tráfico de drogas, pero siguen operando desde prisión.
El clan también está integrado por la sobrina del ‘Cura’, Lucy Rojas Llantoy, así como sus hermanos Williams, Vicente, Juana, Benedicta, Esteban, Efraín y Mario Rojas Sacha. Su centro de operaciones está Tintay Punco, en la provincia de Tayacaja, región Huancavelica.
Mochilas y doble cabina: cómo viaja la cocaína desde el VRAE hasta su mercado. En la siguiente entrega de ‘los clanes de la cocaína’ este martes 24.
Nota: Para la investigación del presente informe, IDL-Reporteros entrevistó, a lo largo de varias semanas, a policías, agentes, analistas y funcionarios con experiencia en la lucha contra el narcotráfico en el Perú. A la vez, se revisó miles de páginas de documentos diversos: apreciaciones y análisis de inteligencia, atestados policiales, panfletos partidarios, informes de organismos internacionales. Finalmente, se utilizó todo el material de reportajes sobre el narcotráfico y Sendero hechos por IDL-R en los últimos dos años y medio.
Por razones de seguridad, IDL-R no mencionará el nombre de ninguna de las fuentes que colaboraron con este reportaje, excepto aquellas que explícitamente aceptaron ser nombradas. A todos quienes contribuyeron con su notable conocimiento en la producción de este reportaje, IDL-Reporteros les expresa su profundo agradecimiento.
(*) Con la colaboración de Nancy Vidal y Luisa García.
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