15 DE SEPTIEMBRE DE 2012 19:12
Como
resultado de una concepción minimalista del estado inducida y
aprovechada por Chile, el Perú poco a poco va cediendo soberanía
territorial y funciones jurisdiccionales propias del estado. Muestra de
esta tendencia es, por ejemplo, ver anuncios en que se informa que la
minera tal o cual ha realizado estas u otras obras en determinada
provincia o comunidad; no
es el estado peruano (gobierno central o gobierno regional) el que con el dinero recaudado hace las obras públicas.
es el estado peruano (gobierno central o gobierno regional) el que con el dinero recaudado hace las obras públicas.
Pero
cosas más alarmantes se ven cuando el gobierno peruano, poniendo en
riesgo la soberanía nacional y la seguridad alimentaria, ha firmado un
convenio con Chile1,
el cual bajo la apariencia de estudios oceanográficos conjuntos permite
que personal de la armada chilena se ubique en islas peruanas frente a
las costas de Ica y Lambayaque (¡aunque parezca mentira!) y, como si eso
fuese poco, el Perú someterá a consideración y aprobación de Chile los
volúmenes de pesca de anchoveta y otras especies que se capturen en
nuestro mar territorial.
También se anuncia para octubre un simulacro conjunto2 en
que el Indeci peruano pone bajo jurisdicción del ministerio del
Interior de Chile (“Oficina Nacional de Emergencia”) a las cuatro
provincias de Tacna y a la provincia moqueguana de Ilo, con el pretexto
chileno de enfrentar conjuntamente los efectos de sismos.
Minería en la línea de frontera
Como
si eso no fuese suficiente y como ahora, por la posesión del Triángulo
de Tacna, Chile se cree con más derecho de controlar todo lo que pueda
en el sur peruano, las autoridades de la región chilena
Arica-Parinacota, con arrogancia y astucia, plantean tener jurisdicción
en territorio peruano, para asegurarse de que la actividad minera que se
desarrolle en territorio
peruano no afecte la zona chilena adyacente. Como veremos en seguida,
esto ocurre porque los chilenos aprovechan que el estado peruano está
ausente en el área, pues allá no existen ni en imagen los ministerios
del Ambiente y de Salud.
Sobre este caso, José Durana Semir, Intendente del Gobierno Regional Arica-Parinacota, vino a Lima3 y “[…] planteó a la empresa peruana [Minsur] sugerencias y recomendaciones de control ambiental preparadas por entidades y profesionales calificados de nuestro país…”
Nótese que el chileno habla de
“entidades y profesionales calificados de nuestro país”, dando por
sentado que el Perú no tiene ni entidades ni personas calificadas,
opinión cobardemente compartida por las autoridades peruanas. Tenemos
personal calificado, pero la presión de las mineras y de su prensa
mercenaria impiden que cumplan su función o que actúen con efectividad
(la acción fiscalizadora en asuntos de medio ambiente se ve como
intromisión y estorbos que desalientan la sagrada inversión privada).
Grave peligro
Añadamos que esto ocurre en zona de frontera, cerca del hito N.o 52,
y ya sabemos lo que pasa cuando se reconoce a Chile el “derecho” de
hacer y deshacer en zona de frontera; puede empezar a creer que tiene
prerrogativas y dominio en territorio peruano y provocar incidentes
el momento que desee hacerlo (si se les permite entrada). También
debemos reflexionar sobre la extrema vulnerabilidad que se crea cuando
para fines de explotación minera y de hidrocarburos se lotiza nuestro
territorio hasta la misma línea de frontera. Si el funcionamiento de esa
mina va a crearnos un punto débil frente al enemigo chileno, que puede
atacarnos alegando que del Perú la contaminación pasa a Chile, es
preferible dejar sin efecto ese contrato de explotación. ¿Qué va a suceder el momento en que Chile exija indemnizaciones inmediatas por daños ambientales originados en el Perú? No
podemos correr riesgos, porque ya está totalmente probado que la fuerza
armada peruana no puede garantizar la integridad territorial del Perú
en la frontera con Chile
.
¿No
tenemos suficiente con lo del Triángulo de Tacna y mar adyacente, donde
con el pretexto de regular la navegación de embarcaciones pesqueras los
chilenos se fueron metiendo hasta llegar a la situación actual?4 ¿Queremos
que después digan los chilenos que en ese lugar de explotación de la
mina Minsur sus dependencias estatales tienen actuación
aceptada y reconocida por el Perú y que, por tanto, ya es zona
controlada por Chile? ¿Puede creer alguien que si Chile se mete en esta
zona de la frontera la fuerza armada peruana los va a desalojar?5
Por qué pasa
Con
motivo del proyecto Conga y otros, el gobierno peruano de inclinación
minero-militar ha declinado de sus funciones, se ha desdibujado y deja
que los estudios de impacto ambiental y otros salgan de la esfera del
estado peruano —ministerios del Ambiente y de Salud— y pasen a manos de
especialistas internacionales. Esto tiene el doble efecto de hacernos
perder soberanía y de desprestigiar a nuestros especialistas y
científicos, cuya opinión no vale nada (según la prensa prominera que
los ataca y menosprecia para que todo pase a estudio y supervisión del
extranjero). En estas circunstancias ya preparadas, ante un estado
peruano que da la apariencia de estar en retirada, surge la insolencia
chilena de controlar nuestras riquezas marinas y minerales.
En
todos los casos —riqueza ictiológica, prevención de desastres sísmicos y
cuidado medioambiental de la minería—, la respuesta digna del Perú debe
ser la de rechazar las pretensiones chilenas, actuar como país soberano
y decir a los chilenos que tenemos el personal técnico y científico
necesario y que no necesitamos en cuidado ambiental ni en nada la ayuda
de
Chile, para lo cual es necesario depositar la confianza en nuestros
especialistas y científicos, dejándolos trabajar y reconociéndoles la
autoridad y peso correspondientes que hoy, evidentemente, no tienen.
Pese
a las intenciones de Chile y de sus sirvientes que desean mandar
militares peruanos a desfilar en Santiago, afirmamos que la entrega a
Chile del Triángulo de Tacna no debe seguir convirtiéndonos en colonia
de ese país. Tenemos el deber y el derecho de ejercer soberanía y
controlar y administrar nosotros los peruanos todo lo que sea pesca,
actividad oceanográfica,
prevención de efectos de sismos y cuidado medioambiental.
Abrir los ojos, hay peligro
Desde
donde se mire, la situación que se presenta con la próxima entrada en
operaciones de la minera Minsur no solo tiene todo el potencial de un
conflicto sino que ya vemos cómo empieza a actuar Chile, que ha
encontrado un nuevo frente en el que
jaquea la posición estratégica del Perú. La concesión irresponsable y
corrupta de lotes para la explotación minería —en este caso en la misma
línea fronteriza— no puede hacerse al costo de poner al país en peligro
permitiendo los riesgos de reclamación e intromisión chilena,
especialmente si se sabe que la fuerza armada peruana no va a poder o no
va a querer responder ante el peligro.
Por
todas las razones conocidas, evitemos caer, como ahora, en situaciones
que benefician al peligroso vecino del sur, en las que se plantea la
alternativa de hacer algo conjunto con Chile —he aquí el peligro de
“olvidemos el pasado”, “Chile y Perú deben mirar juntos el futuro”,
“Chile y Perú se complementan”—, lo cual siempre es peligroso, como la
operación Unitas, cuya realización ha aprovechado Chile para aportar más
argumentos6 en favor de su posición en la Corte Internacional de Justicia.
Con urgencia, debemos dejar sin efecto el convenio que pone el mar de Grau y la pesca en manos de los chilenos, suspender
los simulacros de prevención de efectos de sismo que el ministerio del
Interior de Chile quiere realizar en territorio peruano con la
complicidad del gobierno peruano, y rechazar la insolencia chilena de
querer supervisar el control medioambiental de la minería en la
frontera, pretensión que tiene el inocultable objetivo de establecer una
nueva cabecera de playa chilena en territorio peruano.
Que
recuerde el señor Ollanta Humala que él no ha sido elegido para
convertir al Perú en colonia de Chile. Debe zafarnos de las
peligrosísimas redes de la dominación chilena, empezando por invitar a
las empresas chilenas a retirarse del Perú.
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