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21 sept 2012

LOS CHILENOS




 15  DE SEPTIEMBRE DE 2012 19:12


Como resultado de una concepción minimalista del estado inducida y aprovechada por Chile, el Perú poco a poco va cediendo soberanía territorial y funciones jurisdiccionales propias del estado. Muestra de esta tendencia es, por ejemplo, ver anuncios en que se informa que la minera tal o cual ha realizado estas u otras obras en determinada provincia o comunidad; no
es el estado peruano (gobierno central o gobierno regional) el que con el dinero recaudado hace las obras públicas.
Pero cosas más alarmantes se ven cuando el gobierno peruano, poniendo en riesgo la soberanía nacional y la seguridad alimentaria, ha firmado un convenio con Chile1, el cual bajo la apariencia de estudios oceanográficos conjuntos permite que personal de la armada chilena se ubique en islas peruanas frente a las costas de Ica y Lambayaque (¡aunque parezca mentira!) y, como si eso fuese poco, el Perú someterá a consideración y aprobación de Chile los volúmenes de pesca de anchoveta y otras especies que se capturen en nuestro mar territorial. 
              
También se anuncia para octubre un simulacro conjunto2 en que el Indeci peruano pone bajo jurisdicción del ministerio del Interior de Chile (“Oficina Nacional de Emergencia”) a las cuatro provincias de Tacna y a la provincia moqueguana de Ilo, con el pretexto chileno de enfrentar conjuntamente los efectos de sismos. 
Minería en la línea de frontera
Como si eso no fuese suficiente y como ahora, por la posesión del Triángulo de Tacna, Chile se cree con más derecho de controlar todo lo que pueda en el sur peruano, las autoridades de la región chilena Arica-Parinacota, con arrogancia y astucia, plantean tener jurisdicción en territorio peruano, para asegurarse de que la actividad minera que se desarrolle en territorio peruano no afecte la zona chilena adyacente. Como veremos en seguida, esto ocurre porque los chilenos aprovechan que el estado peruano está ausente en el área, pues allá no existen ni en imagen los ministerios del Ambiente y de Salud.

Sobre este caso, José Durana Semir, Intendente del Gobierno Regional Arica-Parinacota, vino a Lima3 y “[…] planteó a la empresa peruana [Minsur] sugerencias y recomendaciones de control ambiental preparadas por entidades y profesionales calificados de nuestro país…” Nótese que el chileno habla de “entidades y profesionales calificados de nuestro país”, dando por sentado que el Perú no tiene ni entidades ni personas calificadas, opinión cobardemente compartida por las autoridades peruanas. Tenemos personal calificado, pero la presión de las mineras y de su prensa mercenaria impiden que cumplan su función o que actúen con efectividad (la acción fiscalizadora en asuntos de medio ambiente se ve como intromisión y estorbos que desalientan la sagrada inversión privada).

Grave peligro
Añadamos que esto ocurre en zona de frontera, cerca del hito N.o 52, y ya sabemos lo que pasa cuando se reconoce a Chile el “derecho” de hacer y deshacer en zona de frontera; puede empezar a creer que tiene prerrogativas y dominio en territorio peruano y provocar incidentes el momento que desee hacerlo (si se les permite entrada). También debemos reflexionar sobre la extrema vulnerabilidad que se crea cuando para fines de explotación minera y de hidrocarburos se lotiza nuestro territorio hasta la misma línea de frontera. Si el funcionamiento de esa mina va a crearnos un punto débil frente al enemigo chileno, que puede atacarnos alegando que del Perú la contaminación pasa a Chile, es preferible dejar sin efecto ese contrato de explotación. ¿Qué va a suceder el momento en que Chile exija indemnizaciones inmediatas por daños ambientales originados en el Perú? No podemos correr riesgos, porque ya está totalmente probado que la fuerza armada peruana no puede garantizar la integridad territorial del Perú en la frontera con Chile
.
¿No tenemos suficiente con lo del Triángulo de Tacna y mar adyacente, donde con el pretexto de regular la navegación de embarcaciones pesqueras los chilenos se fueron metiendo hasta llegar a la situación actual?4 ¿Queremos que después digan los chilenos que en ese lugar de explotación de la mina Minsur sus dependencias estatales tienen actuación aceptada y reconocida por el Perú y que, por tanto, ya es zona controlada por Chile? ¿Puede creer alguien que si Chile se mete en esta zona de la frontera la fuerza armada peruana los va a desalojar?5

Por qué pasa
Con motivo del proyecto Conga y otros, el gobierno peruano de inclinación minero-militar ha declinado de sus funciones, se ha desdibujado y deja que los estudios de impacto ambiental y otros salgan de la esfera del estado peruano —ministerios del Ambiente y de Salud— y pasen a manos de especialistas internacionales. Esto tiene el doble efecto de hacernos perder soberanía y de desprestigiar a nuestros especialistas y científicos, cuya opinión no vale nada (según la prensa prominera que los ataca y menosprecia para que todo pase a estudio y supervisión del extranjero). En estas circunstancias ya preparadas, ante un estado peruano que da la apariencia de estar en retirada, surge la insolencia chilena de controlar nuestras riquezas marinas y minerales.

En todos los casos —riqueza ictiológica, prevención de desastres sísmicos y cuidado medioambiental de la minería—, la respuesta digna del Perú debe ser la de rechazar las pretensiones chilenas, actuar como país soberano y decir a los chilenos que tenemos el personal técnico y científico necesario y que no necesitamos en cuidado ambiental ni en nada la ayuda de Chile, para lo cual es necesario depositar la confianza en nuestros especialistas y científicos, dejándolos trabajar y reconociéndoles la autoridad y peso correspondientes que hoy, evidentemente, no tienen.

Pese a las intenciones de Chile y de sus sirvientes que desean mandar militares peruanos a desfilar en Santiago, afirmamos que la entrega a Chile del Triángulo de Tacna no debe seguir convirtiéndonos en colonia de ese país. Tenemos el deber y el derecho de ejercer soberanía y controlar y administrar nosotros los peruanos todo lo que sea pesca, actividad oceanográfica, prevención de efectos de sismos y cuidado medioambiental.

Abrir los ojos, hay peligro
Desde donde se mire, la situación que se presenta con la próxima entrada en operaciones de la minera Minsur no solo tiene todo el potencial de un conflicto sino que ya vemos cómo empieza a actuar Chile, que ha encontrado un nuevo frente en el que jaquea la posición estratégica del Perú. La concesión irresponsable y corrupta de lotes para la explotación minería —en este caso en la misma línea fronteriza— no puede hacerse al costo de poner al país en peligro permitiendo los riesgos de reclamación e intromisión chilena, especialmente si se sabe que la fuerza armada peruana no va a poder o no va a querer responder ante el peligro.

Por todas las razones conocidas, evitemos caer, como ahora, en situaciones que benefician al peligroso vecino del sur, en las que se plantea la alternativa de hacer algo conjunto con Chile —he aquí el peligro de “olvidemos el pasado”, “Chile y Perú deben mirar juntos el futuro”, “Chile y Perú se complementan”—, lo cual siempre es peligroso, como la operación Unitas, cuya realización ha aprovechado Chile para aportar más argumentos6 en favor de su posición en la Corte Internacional de Justicia.
Con urgencia, debemos dejar sin efecto el convenio que pone el mar de Grau y la pesca en manos de los chilenos, suspender los simulacros de prevención de efectos de sismo que el ministerio del Interior de Chile quiere realizar en territorio peruano con la complicidad del gobierno peruano, y rechazar la insolencia chilena de querer supervisar el control medioambiental de la minería en la frontera, pretensión que tiene el inocultable objetivo de establecer una nueva cabecera de playa chilena en territorio peruano.

Que recuerde el señor Ollanta Humala que él no ha sido elegido para convertir al Perú en colonia de Chile. Debe zafarnos de las peligrosísimas redes de la dominación chilena, empezando por invitar a las empresas chilenas a retirarse del Perú.

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