Posted: 02 Mar 2013 12:49 AM PST
Por Gustavo Gorriti y Romina Mella.-
En la primera nota, “El consultor peruano de Global CST”, IDL-Reporteros reveló que en abril de 2009, Garrido Lecca acompañó al presidente de Global CST, el general retirado Israel Ziv, a visitar al entonces comandante general del Ejército, general EP (r) Otto Guibovich, para ofrecer los servicios de entrenamiento contrainsurgente de esta compañía por tres millones de dólares.
Garrido Lecca había negado ante la megacomisión presidida por el congresista Sergio Tejada, haber realizado lobby alguno ante el
gobierno peruano a favor de cualquier empresa. Esa nota demostró que no solo lo hizo, sino que mientras Global CST negociaba los términos de un contrato que finalmente llegó a costar casi 15 millones de dólares al Estado, Garrido Lecca llevaba a cabo una corta y lucrativa asesoría a Global CST en Guinea, por la que recibió –según su declaración a Sunat– 369 mil 120.88 soles. A la vez, recibió –de acuerdo con lo que declara– 65 mil 022 soles, en dos pagos, de la compañía Alex Stewart International (cuyo presidente, Enrique Segura, es el que obsequió las cajas con vinos Premium a Alan García, y quien hizo pagos ocultos al entonces presidente de PetroPerú, César Gutiérrez).
En la segunda entrega, “La llanta baja del general Ziv en Guinea”, IDL-R examinó la controvertida gestión de Global CST en Guinea, por la que el gobierno de Israel castigó a esa compañía con amonestación y multa, según un reportaje del periodista de investigación israelí Yossi Melman .
La tercera entrega, “Influencias, mentiras y contratos” reveló que Garrido Lecca, luego de su entrevista con el general Guibovich, había gestionado y logrado una reunión de Ziv con el entonces ministro de Defensa, Ántero Flores Aráoz, a la que él también asistió. El propio Flores Aráoz indicó que ““Garrido Lecca me pidió que reciba a Ziv. Él vino a la reunión con Ziv”. Flóres Aráoz señaló que recibió a esos dos visitantes antes de enviarlos a exponer ante el entonces jefe del Comando Conjunto, general EP (r) Francisco Contreras.
Sin embargo, el programa Cuarto Poder, que entrevistó a Flores Aráoz días después, descubrió, al examinar el libro de visitas, que habían sido cuatro y no solo dos los visitantes, el 30 de abril de 2009.
En efecto, el documento deja constancia que junto con Ziv y Garrido Lecca, entraron también, a las 8 de la noche, a las oficinas del ministro otros dos visitantes: Uzi Tishel, de la compañía israelí Elbit Systems y el colombiano Camilo Montaño Toro, representante de Helicopters Support, una empresa vinculada con la compañía estadounidense de helicópteros, Sikorsky. HS provee en exclusiva, según una nota de prensa de Sikorsky, los aparatos de visión y navegación nocturna para helicópteros que fabrica Elbit. La reunión terminó a las 9:45 de la noche.
Flores Aráoz se ratificó, nuevamente, en que solo ingresaron Ziv y Garrido Lecca a su oficina, mientras que Tishel y Montaño habrían permanecido en la antesala.
Ahora, IDL-Reporteros ha podido conseguir la versión de Global CST sobre ese primer encuentro, que difiere en varios aspectos de la del ex ministro Flores Aráoz.
Está contenida en un memorando confidencial enviado el 26 de julio de 2009 al “Vice Almirante Renaldo [sic] Pizarro”, que era entonces jefe del Estado Mayor Conjunto de las FFAA y quien es ahora uno de los principales acusados por la Contraloría en la denuncia que esta ha hecho ante el Ministerio Público por el contrato con Global CST.
En la carta, Global CST afirma que “la idea de invitarnos salió a relucir en una reunión entre el Ministro de Defensa de Perú – Sr. Flores y un su asociado [sic] al cual le pidieron que encontrara la compañía Israelí que está trabajando en Colombia en estos temas. Este asociado contactó a Elbit –una compañía israelí muy bien conocida con este tema –la cual nos contactó por medio de su agente en Colombia. Después de haber sido hecho el contacto – fuimos invitados a una reunión con el ministro Sr. Flores en Mayo del 2009, en donde pasamos nuestros antecedentes y experiencia. El ministro nos refirió en esa reunión a conocer al Comandante del Comando General Conjunto [sic]– General Contreras”.
A lo que se ve, el “un su asociado” parece ser Hernán Garrido Lecca, cuya identidad Global trata de ocultar y proteger hasta del vicealmirante Reynaldo Pizarro, condiscípulo de Garrido Lecca en el Liceo Naval.
Lo interesante también es que, de acuerdo con ese informe, Garrido Lecca estableció el contacto con Global a través de Elbit, una de las mayores compañías de seguridad de Israel, que ya llevaba un tiempo en el Perú.
Para Flores Aráoz debe haber sido una sorpresa constatar que Elbit lo visitaba el 2009 acompañada por Hernán Garrido Lecca como gestor y propiciador.
Porque apenas un año antes, en enero de 2008, Rómulo León visitó a Flores Aráoz para solicitarle una cita con los representantes de Elbit. Luego, el 10 de enero de ese año, León Alegría le envió un correo electrónico a Flores Aráoz en el que le indica que “los amigos de Elbit-Israel están enviándote una carta confirmando la venida de Uzi Tishel para la cita en tu despacho el lunes 29 a las 12 m.”
En los meses siguientes, el ministerio de Defensa firmó varios contratos con Elbit.
Pero, un año después, el mismo ministro recibía al nuevo lobiísta en representación de la empresa, mientras el anterior se encontraba en el penal de San Jorge. Quizá observar eso lo puso particularmente precavido.
No fue la única circunstancia en la que se cruzaron en esos tiempos las acciones de lobby de Hernán Garrido Lecca y Rómulo León.
Desde el 2006 hasta el 2008, los roles de ambos habían cambiado notablemente. León – junto con dirigentes como Agustín Mantilla– era una de las bajas políticas más importantes del período 1985-1990. Garrido Lecca, en cambio, había pasado de ser jefe de campaña en la elección de 2006 a ministro de Vivienda primero y ministro de Salud después.
Había sido un próspero y feliz retorno del pródigo que en los 90 había acusado públicamente a Alan García y que aún en la elección de 2001 había candidateado en las elecciones al Congreso como segundo de la lista de la UPP, después de Francisco Miró Quesada Rada y un poco antes de Javier Diez Canseco, el único electo de los tres.
León se había convertido en el gestor local del empresario dominicano con nombre bíblico-tropical: Fortunato Canaán, hoy sinónimo del escándalo de los Petroaudios, pero entonces, a fines de 2007 y principios de 2008, el apetecido anfitrión en su suite del hotel Country, convertida en una especie de casa del jabonero para el liderazgo aprista, donde el que no caía, resbalaba. Canaán había sido visitado, entre otros, por Luis Nava, Mirtha Cunza, la secretaria de Alan García, Jorge del Castillo y, por supuesto, Hernán Garrido Lecca.
Garrido Lecca visitó unas tres veces a Fortunato Canaán, aunque fuentes familiarizadas con el pensamiento de Rómulo León recuerdan solo dos visitas. En la primera, León estuvo presente, pero fuentes cercanas a él sostienen que en la segunda habría dicho que le “sacaron la vuelta” y que no participó en ella. Cuando León le preguntó a Canaán por qué no había sido convocado, este le habría respondido, según las mismas fuentes, que “no era conveniente” que participe … “que habían hablado sobre la construcción de hospitales y los problemas que tenían”.
En ese tiempo, como se recuerda, Garrido Lecca era ministro de Salud y Canaán había proyectado la construcción de hospitales en términos que sostenía iban a interesar en forma particular al presidente García.
Garrido Lecca aceptó haberse reunido unas tres veces con Canaán. Explicó que lo hizo en la suite de este, en el hotel Country “porque me gusta tomar desayuno [en el hotel], especialmente los huevos benedictinos”.
Dado el apego de Garrido Lecca por la verdad, a juzgar por las mentiras recientemente descubiertas, es legítimo preguntarse si los huevos fueron verdaderamente benedictinos.
En todo caso, el escándalo de los Petroaudios estalló pocos meses después y, luego de unos días de extremada inquietud, Garrido Lecca llegó a la conclusión de que el huaico le había caído a otros, especialmente a Alberto Químper y Rómulo León.
En medio de la confusión del caso “Petroaudios”, una compañía petrolera, Petro-Tech, fue acusada por algunos de los implicados en las parciales revelaciones del caso, de haber organizado el ‘chuponeo’ de las comunicaciones. Los ejecutivos de la compañía negaron con vehemencia la acusación, mientras su dueño, William Kallop, ponía prudente distancia con el Perú y buscaba vender la compañía.
A principios de febrero de 2009 se llevó a cabo la venta de Petro-Tech a un consorcio formado por Ecopetrol, de Colombia; y National Oil Corporation (KNOC), de Corea del Sur. El precio de venta, transado en Estados Unidos, fue de 900 millones de dólares.
El entonces presidente, Alan García, muy descontento con la venta, pidió al Congreso que la investigara y declaró que: “Les dije (a los representantes de Colombia y Corea del Sur) que no le parecía al Gobierno del Perú muy conveniente y que resultaba hasta extraño y sospechoso [sic] esa venta”.
El consorcio colombo-coreano, creado bajo el tan evidente desagrado presidencial, pasó a llamarse Savia Perú.
Sin embargo, circuló la savia y pronto, para sorpresa de muchos, se apaciguaron los ánimos. Tiempo después, al ser interrogado en enero de este año sobre sus consultorías ante la megacomisión, Garrido Lecca confesó haber sido también consultor de Savia Perú.
Cuando le preguntaron qué había hecho para esa compañía petrolera –que le pagó 395 mil soles, según declaró a la Sunat– Garrido Lecca dio una larga explicación sobre un contrato de “responsabilidad social” centrado en torno a la maricultura, en particular, las en este caso muy pertinentes conchas de abanico. Indicó además que sus gestiones no fueron exitosas.
(Hernán Garrido Lecca en la megacomisión que investiga el caso Global CST)
El enredado juego de decisiones de gobierno junto con gestiones de lobiístas apenas separados de sus funciones ministeriales, en rotundo conflicto de intereses y con esfuerzos especiales de ocultamiento, que tuvo lugar entre finales de 2007 y comienzos de 2010, es con certeza lo que más hay que investigar en el nivel fiscal en el caso de Global CST y en otros. La única explicación coherente de las múltiples irregularidades en la elaboración y ejecución del contrato es la de una decisión política que, al presionar, los causó.
¿Quiénes más, aparte de Garrido Lecca intervinieron en esta decisión política y la presión subsecuente? En la segunda página del memorando confidencial que envió Global CST al vicealmirante AP Pizarro, su firmante, el general Ziv, escribe, con su particular redacción española, que:
“ Entendimos de nuestros asociados en Colombia que en paralelo a este proceso el Ministro de Defensa de Perú ha llamado a su homólogo Dr. Juan Manuel Santos– para tener referencia sobre nuestra compañía. En paralelo entendimos que el General Contreras ha hablado con su homólogo en Colombia – Gral. Freddy Padilla de León. Al mismo tiempo – entendimos que el presidente ha hablado con el Presidente Colombiano Uribe. Todas sus recomendaciones fueron de mucho apoyo.
Queremos enfatizar que en principio Global CST no inicia una propuesta al menos que está invitada”.
El ex ministro Ántero Flores Aráoz declaró a IDL-R que no era cierto que él hubiera hablado con Santos.
Un detalle curioso, habida cuenta de su rechazo a la gestión de Garrido Lecca, fue que este propuso al general Otto Guibovich entrar a formar parte del directorio de su compañía inmobiliaria Desarrollos Salkantay. Fuentes cercanas a Guibovich afirman que este declinó el ofrecimiento
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