Por Cecilia Valenzuela
Publicado el 27 de Marzo en El Comercio
"Yo no creo que con más leyes y sanciones esto varíe. Creo que debemos ser de los países que más leyes contra los delitos tiene, (pero) en el país la ley está de adorno, nadie se preocupa que la ley se aplique, estamos carentes de autoridad". Le dijo el congresista Daniel Abugattás el domingo a la prensa arequipeña.El
viernes, al mediodía, habían asesinado a su prima y al mayordomo de la casa donde ella vivía. Los degollaron para robar el dinero que la señora, de 87 años, tenía después de vender la tienda en la que había trabajado toda su vida en Arequipa.
Las palabras del congresista Abugattás caen, directamente, sobre el Presidente de la República: el Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas y Policiales es el responsable de la seguridad en el país. Pero cada nuevo crimen el gobierno ensaya distintas teorías: que es la percepción de inseguridad que los ciudadanos equivocadamente tenemos; que son las carencias heredadas de los gobiernos anteriores.
Sin embargo, es cada vez más evidente que el problema no es de percepción ni de carencias, sino de autoridad. Y la autoridad se ejerce de arriba a abajo.Cuando Ollanta Humala llegó al poder, entre otras cosas porque un sector de la población confiaba en que habiendo sido militar sería capaz de garantizarle su tranquilidad, se sentó a dirigir el Consejo de Seguridad. Veinte meses después, el Presidente ha enmudecido ante la inseguridad que nos asecha y sus ministros no saben precisar cuál es la orientación del gobierno en ese tema.
Los responsables se están acostumbrando a dejar que los días pasen, que el dolor de las familias se atenúe, y que otro tema distraiga la atención de los ciudadanos.El miércoles y el viernes últimos Sendero Luminoso voló cuatro torres de telefonía celular: tres en Tayacaja, en Huancavelica y una en Llochegua, en Ayacucho.El viernes, minutos antes del Perú-Chile, un grupo de barristas apedrearon el Metropolitano. Lo hacen cada vez que hay un partido importante, y si el Clásico es en el Monumental, los propietarios de las casas aledañas, pagan pato. La Policía tiene orden de escoltar a los barristas en su desplazamiento.
El lunes, un grupo de pobladores de Arequipa norte, bloquearon durante doce horas la carretera a Puno. Quieren que el gobierno Central le entregue al gobierno Regional, el total manejo de los fondos del canon minero. Ya saben que este gobierno le teme a las medidas de fuerza.
Si la falta de autoridad en la seguridad ciudadana se extiende a los vándalos y a los extremistas se profundiza el caos. Nadie teme a la Policía, nadie le teme a las sanciones judiciales, nadie respeta la ley.
Todos estamos gratamente sorprendidos por el pragmatismo económico mostrado por el presidente Humala, pero la economía y hasta la democracia se nos pueden desmoronar si es que el terrorismo de Sendero Luminoso avanza en su estrategia de dinamitar bienes de servicio público, si la delincuencia común se instituye en el sicariato del que ya somos testigos, y si la violencia política, disfrazada de ecologista o de reivindicatoria de las riquezas naturales, continúa debilitando al Estado.
Publicado el 27 de Marzo en El Comercio
"Yo no creo que con más leyes y sanciones esto varíe. Creo que debemos ser de los países que más leyes contra los delitos tiene, (pero) en el país la ley está de adorno, nadie se preocupa que la ley se aplique, estamos carentes de autoridad". Le dijo el congresista Daniel Abugattás el domingo a la prensa arequipeña.El
viernes, al mediodía, habían asesinado a su prima y al mayordomo de la casa donde ella vivía. Los degollaron para robar el dinero que la señora, de 87 años, tenía después de vender la tienda en la que había trabajado toda su vida en Arequipa.
Las palabras del congresista Abugattás caen, directamente, sobre el Presidente de la República: el Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas y Policiales es el responsable de la seguridad en el país. Pero cada nuevo crimen el gobierno ensaya distintas teorías: que es la percepción de inseguridad que los ciudadanos equivocadamente tenemos; que son las carencias heredadas de los gobiernos anteriores.
Sin embargo, es cada vez más evidente que el problema no es de percepción ni de carencias, sino de autoridad. Y la autoridad se ejerce de arriba a abajo.Cuando Ollanta Humala llegó al poder, entre otras cosas porque un sector de la población confiaba en que habiendo sido militar sería capaz de garantizarle su tranquilidad, se sentó a dirigir el Consejo de Seguridad. Veinte meses después, el Presidente ha enmudecido ante la inseguridad que nos asecha y sus ministros no saben precisar cuál es la orientación del gobierno en ese tema.
Los responsables se están acostumbrando a dejar que los días pasen, que el dolor de las familias se atenúe, y que otro tema distraiga la atención de los ciudadanos.El miércoles y el viernes últimos Sendero Luminoso voló cuatro torres de telefonía celular: tres en Tayacaja, en Huancavelica y una en Llochegua, en Ayacucho.El viernes, minutos antes del Perú-Chile, un grupo de barristas apedrearon el Metropolitano. Lo hacen cada vez que hay un partido importante, y si el Clásico es en el Monumental, los propietarios de las casas aledañas, pagan pato. La Policía tiene orden de escoltar a los barristas en su desplazamiento.
El lunes, un grupo de pobladores de Arequipa norte, bloquearon durante doce horas la carretera a Puno. Quieren que el gobierno Central le entregue al gobierno Regional, el total manejo de los fondos del canon minero. Ya saben que este gobierno le teme a las medidas de fuerza.
Si la falta de autoridad en la seguridad ciudadana se extiende a los vándalos y a los extremistas se profundiza el caos. Nadie teme a la Policía, nadie le teme a las sanciones judiciales, nadie respeta la ley.
Todos estamos gratamente sorprendidos por el pragmatismo económico mostrado por el presidente Humala, pero la economía y hasta la democracia se nos pueden desmoronar si es que el terrorismo de Sendero Luminoso avanza en su estrategia de dinamitar bienes de servicio público, si la delincuencia común se instituye en el sicariato del que ya somos testigos, y si la violencia política, disfrazada de ecologista o de reivindicatoria de las riquezas naturales, continúa debilitando al Estado.
Y A NOSOTROS ¿QUIÉN NOS CUIDA?
EL Ministro del Interior se desplaza rodeado de fuertes medidas de seguridad. El viernes llegó al Congreso acompañado del Director General de la Policía Nacional y en medio de una impresionante cantidad de guardaespaldas. ¿Cómo leemos su mensaje?
a) El Ministro del Interior teme un atentado de parte de la oposición.
b) El Ministro del Interior teme un atentado de parte de la prensa.
c) La percepción de inseguridad del Ministro del Interior es mayor que la de los ciudadanos.
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