QUE DICE DARIO HURTADO CARDENAS?

ENTREVISTA. General (r) Darío Hurtado

El piloto Darío Hurtado (55) lamenta que la ciudadanía le haya perdido la confianza a la PNP. Revela que el general Raúl Salazar no trabajaba en equipo, colocaba en puestos inadecuados a personal que luego cometía errores y los volvía a rotar tras echarles la culpa. También explica el caos que se genera cuando no se respeta el orden por antigüedad en una entidad jerarquizada, y la debilidad interna porque no se ha enfrentado el grave problema de administración de personal. “La estructura orgánica de la PNP actual es un arroz con
mango”, señala. Por cierto, niega haber filtrado el audio que ocasionó la salida del general Raúl Salazar de la Dirección General de la Policía.

El general Salazar lo culpa de haber filtrado el audio en el que se jacta de tener comunicación directa con el presidente Humala ¿Fue así?

No sabía que me había mencionado. Si tuviera que decir alguna cosa lo diría directamente y probablemente lo complicaría más a él desde el punto de vista de su administración.

¿Cuán regular fue su pase al retiro por renovación?

Ninguna de las causales me alcanza.Cuando asciendo a general en 2011 el comando de ese entonces me asigna como director de Aviación de la Policía, una cosa natural porque soy piloto de helicópteros y casi fundador de esa unidad. Pero, luego, el ministro Óscar Valdez me comunicó que calificaba para otro cargo, antidrogas. Acepté. Empecé a diseñar lo que iba a hacer en el 2012. Mi lucha antidrogas iba a ser a través del lavado de activos; luego de una operación exitosa en Iquitos, que comuniqué a Salazar, el ministro Valdez me llamó a pedirme detalles y solicitó que cada vez que hubiera operativos similares también diera cuenta a él. Esto no le gustó mucho a Salazar, pensó que yo tenía cierto acercamiento con él. Me envió a la dirección de fronteras. Más allá de sus problemas personales no estaba manejando la institución con eficiencia, hacía cosas totalmente contrarias al objetivo que decía tener: que haya una policía moderna. No se puede enviar a un general en su segundo año en el grado a comandar una oficina que era un apéndice del Estado Mayor General –la división de seguridad de fronteras– que tiene no más de seis suboficiales o 13 oficiales que ocupan cargos totalmente burocráticos, pues no teníamos puesto de comando de los puestos de vigilancia, esos estaban a cargo de cada director territorial.

¿Las malas decisiones de Salazar solo se deben a su afán de figuración, a su personalidad?

Problemas de madurez, celo, deseo de protagonismo. Uno adquiere experiencia a lo largo de los años participando en trabajos policiales, difícilmente en oficinas donde no te involucras en el problema. Él trabajó en la década de los 80 como alférez en Barranco; luego en el destacamento de Toquepala, luego en la 66 Comandancia de Águilas Negras (protección de bancos), una unidad privilegiada; y cuatro o cinco años como equipo de seguridad en Palacio. Dice que ha tenido actos heroicos, pero ¿dónde habré estado yo que no lo he visto? Como fundador de la aviación he trabajado en desastres naturales, contra la delincuencia, contra el terrorismo y las caras siempre son conocidas allí. Las veces que he visto al general Salazar no ha sido con ropa de combate. Los aires de haber trabajado en Palacio lo hicieron una especie de emperador.

Hubo muchos cambios y pases al retiro desde que él asumió en octubre de 2011.

En la institución marca una diferencia la antigüedad: la ley habla de antigüedad. De allí parte la disciplina. Salen 29 generales y él era el número 30, estaba en su segundo año y todos los que estábamos atrás estábamos en el primer año de general. Era el antiguo por el ascenso, pero era el menos antiguo de toda mi promoción procedente de escuela. Si uno tiene un año más en el grado, nosotros le debemos obediencia, pero se la tiene que ganar con hechos, no con dotes de orador. Después de los hechos de Kiteni (mayo pasado), los generales le pedimos tener reuniones de comando por cuestiones de disciplina para discutir los problemas internos, pero no se dieron.

¿Qué edad tiene?

Acabo de cumplir 55 años.

Es una promoción antes que Salazar.

Sí, con la suerte de que yo ascendí por el proceso normal y Salazar obtuvo méritos a través de un proceso judicial en 2005 y ganó años de antigüedad. El tema es que no solo conmigo, sino con todos los generales tenía un tremendo celo de que demuestren su verdadera capacidad. Cuando había algún éxito él tenía que salir a explicar, salir en la foto, sin enterarse muy bien de las cosas. Por eso comete errores.

Es difícil entender que Salazar se haya sostenido pese a la ineficacia y la mentira que los ciudadanos hemos visto durante su gestión. Y quienes están en la institución le conocen más asuntos.

Hay quienes dicen que como trabajó en seguridad del Estado durante procesos electorales, conoce asuntos de los candidatos. Pero quiero mencionar que con su inmadurez le ha quitado las armas a la Policía pues la estructura orgánica de la PNP actual es un arroz con mango. A altos oficiales les han creado puestos burocráticos sin siquiera tener oficina. El general Abel Gamarra, que era el segundo al mando en la Dirección Ejecutiva de Operaciones Policiales, jefe de todas las regiones y unidades especializadas, ahora está subvalorado
y en una situación extrainstitucional en el equipo de asesores del Ministerio del Interior, aunque allí está nombrado un coronel como asesor. El general Prada –recién ascendido– trabaja en la PCM como coordinador con la Policía. ¿Cómo hace si existe el Ministerio del Interior para coordinar con la PCM? Ese cargo nunca ha existido en la PNP. Y en la Dirección Ejecutiva de Gestión (que abarca Logística, Economía, Transporte, Bienestar) nombraron al general Torres Falcón, pero quien tenía el control de facto era el segundo de Salazar, el general Aldo Miranda Soria. Torres no tenía oficina. ¿Esa es la policía moderna?
(Jacqueline Fowks).