¿Quién se tumbó al General Raúl Salazar?
Martes 5, ocho de la noche, el general Raúl Salazar
se reúne con todos los generales de la Policía en su despacho y les
anuncia que ha dado un paso al costado. No oculta su malestar e
indignación. Habla, inclusive, de malnacidos y traidores. Se escucha, a
media voz, el apelativo de Apache. ¿Quién es Apache y cuán cierta puede
ser esta elucubración del hoy caído en desgracia ex director de la
Policía Nacional? La siguiente crónica trata de explicarlo.
El Ministro del Interior, Wilfredo Pedraza, durante su comparescencia
en el pleno del Congreso el martes 5. Se salvo de la interpelación.
Apache no es otro que el apelativo
del general Darío Hurtado. ¿Quién es? El mejor piloto aéreo de la Policía, experto en conducir los helicópteros a los cuales les debe su sobrenombre (ver entrevista en la p. 24). A fines del 2011, cuando era jefe de la Dirandro, protestó porque el hoy renunciante general Salazar nombró al entonces coronel Ortiz como jefe de la Policía Aérea. Apache no se quedó callado e hizo sentir su malestar. Salazar, en venganza, lo envió a la Dirección de Fronteras.
Allí no quedó la cosa. A fines del 2012, el mismísimo 31 de diciembre, en la ceremonia de saludo al ministro del Interior y al director general, Salazar se prodigó en saludos a Hurtado. A las pocas horas, se le comunicó su pase al retiro.
Pues bien, el domingo de la semana pasada se hizo público un audio en el que Salazar se despacha y hace gala de su supuesto nivel de influencia en Palacio. Allí comenzó su despedida. Y él cree que ese audio fue filtrado por Apache, quien estuvo presente en esa reunión. Así se lo ha dicho a sinfín de allegados.
Ya desde el lunes, el renunciante director de la Policía estaba desolado. La crisis puso en evidencia, además, que pocos lo querían en el seno de su institución. Amparado en un supuesto padrinazgo del coronel EP Adrián Villafuerte, asesor de Ollanta Humala, se creyó intocable. Ambos, el presidente y su asesor, se habían aliado con el general para impulsar la militarización de la Policía, un objetivo que Humala se trazó desde antes de asumir su mandato. El general iba a ser el encargado de que sus subalternos se adecuen y acoplen a este cambio sin chistar. Es por eso que cuando Wilfredo Pedraza asumió el cargo de ministro le dieron la directriz que trabaje coordinadamente con Salazar porque el general iba a permanecer en el cargo hasta el 2016. A eso se sumaba la cercanía con Hermógenes Pérez, primo político de Nadine Heredia, quien sería el principal asesor del presidente en temas policiales.
“La verdad, sin embargo, es que no tenía mucha experiencia. Tenía apenas un año y nueve meses de general antes de ser nombrado director. Y se dejó manipular”, subraya nuestro informante. Muchos le atribuyen al general PNP Menahem Hanamel, jefe de la Dirin, el haber cavado la fosa en la que luego cayó Salazar. Hanamel se habría encargado de destruir a los que él consideraba potenciales adversarios de Salazar y así logró granjearle un número sorprendente de enemigos. “Hanamel organizó una guardia pretoriana para defenderlo, pero se le pasó la mano”, aseveran.
Enemigos debajo de las piedras
La coraza de Salazar se fue construyendo a punta de ganarse cientos de adversarios al interior de la Policía Nacional. Desmanteló la División de Investigaciones Especiales (Divinesp) de la Dirección Antidrogas de la Policía y fueron removidos 21 de los 26 oficiales que la conformaban con notable éxito. Esta división capturó a Florindo Flores ‘Artemio’ y el general Salazar aprovechó ese logro ajeno para condecorarse a sí mismo. Se otorgó el grado de ‘Oficial’. Pero, lo que más indignó a los policías de la Divinesp fue que Salazar agregara en la lista de condecorados a sus allegados, el mayor PNP Luis Faustor Villajuan y el capitán, Jorge Huerta Coronel, con el único propósito de que sean beneficiados posteriormente en los ascensos. Ninguno de los dos participó de las acciones antisubversivas. La resolución tiene la firma de Ollanta Humala y del entonces ministro del Interior, Daniel Lozada.
En la Unidad Especial de Águilas Negras tampoco aprecian al general Salazar. Durante un año el comandante Iván Pimentel Laguna fue jefe de esta unidad. Según los agentes, Pimentel se jactaba de ser ahijado de la esposa de Salazar, Enma Barrantes y por lo tanto decía ser un intocable. “Todos los generales roban combustible y él no se quedó atrás”, comentó un oficial para esta nota. Los suboficiales de Águilas Negras denunciaron a Pimentel ante Inspectoría porque habría intentado apropiarse de una cantidad de dinero que los policías ahorraban en un fondo común para la compra de televisores. Al comandante solo lo removieron de su cargo.
El general Salazar ha salido del cargo antes de que la Fiscalía inicie una investigación exhaustiva de una serie de irregularidades que recién salen a la luz. Cuando se reunió con la abogada Liliana Humala, prima del presidente, para discutir el desalojo del camal de Yerbateros que, supuestamente, iba a beneficiar a su cliente, salió librado. En el escándalo de Brujas de Cachiche, donde se reunió con Omar Chehade para coordinar el desalojo de la azucarera Andahuasi, también fue salvado. Luego demostró su ineficiencia en la operación de La Parada, que finalizó con dos muertos. Y en las últimas semanas se esforzó en exhibir su escasa competencia policial en los casos de la Notaría Paino, el asesinato de Luis Choy y el secuestro de un recién nacido.
Todo se cayó de golpe. Hasta el domingo, Salazar mantenía una buena relación con Palacio. Se sabe que el presidente Humala, si bien era consciente de la necesidad de su salida, buscaba hacerlo en un momento más propicio. Inclusive, se barajó la idea de tomar la decisión luego de que comandase una operación exitosa en la azucarera Andahuasi. El propio ministro Wilfredo Pedraza lo defendió. Pero el audio fue letal. El audio que el general Salazar, en su fuero íntimo, sostiene que filtró su archienemigo, el general Darío Hurtado, el famoso Apache.
El Ministro del Interior, Wilfredo Pedraza, durante su comparescencia
en el pleno del Congreso el martes 5. Se salvo de la interpelación.
Apache no es otro que el apelativo
del general Darío Hurtado. ¿Quién es? El mejor piloto aéreo de la Policía, experto en conducir los helicópteros a los cuales les debe su sobrenombre (ver entrevista en la p. 24). A fines del 2011, cuando era jefe de la Dirandro, protestó porque el hoy renunciante general Salazar nombró al entonces coronel Ortiz como jefe de la Policía Aérea. Apache no se quedó callado e hizo sentir su malestar. Salazar, en venganza, lo envió a la Dirección de Fronteras.
Allí no quedó la cosa. A fines del 2012, el mismísimo 31 de diciembre, en la ceremonia de saludo al ministro del Interior y al director general, Salazar se prodigó en saludos a Hurtado. A las pocas horas, se le comunicó su pase al retiro.
Pues bien, el domingo de la semana pasada se hizo público un audio en el que Salazar se despacha y hace gala de su supuesto nivel de influencia en Palacio. Allí comenzó su despedida. Y él cree que ese audio fue filtrado por Apache, quien estuvo presente en esa reunión. Así se lo ha dicho a sinfín de allegados.
Ya desde el lunes, el renunciante director de la Policía estaba desolado. La crisis puso en evidencia, además, que pocos lo querían en el seno de su institución. Amparado en un supuesto padrinazgo del coronel EP Adrián Villafuerte, asesor de Ollanta Humala, se creyó intocable. Ambos, el presidente y su asesor, se habían aliado con el general para impulsar la militarización de la Policía, un objetivo que Humala se trazó desde antes de asumir su mandato. El general iba a ser el encargado de que sus subalternos se adecuen y acoplen a este cambio sin chistar. Es por eso que cuando Wilfredo Pedraza asumió el cargo de ministro le dieron la directriz que trabaje coordinadamente con Salazar porque el general iba a permanecer en el cargo hasta el 2016. A eso se sumaba la cercanía con Hermógenes Pérez, primo político de Nadine Heredia, quien sería el principal asesor del presidente en temas policiales.
“La verdad, sin embargo, es que no tenía mucha experiencia. Tenía apenas un año y nueve meses de general antes de ser nombrado director. Y se dejó manipular”, subraya nuestro informante. Muchos le atribuyen al general PNP Menahem Hanamel, jefe de la Dirin, el haber cavado la fosa en la que luego cayó Salazar. Hanamel se habría encargado de destruir a los que él consideraba potenciales adversarios de Salazar y así logró granjearle un número sorprendente de enemigos. “Hanamel organizó una guardia pretoriana para defenderlo, pero se le pasó la mano”, aseveran.
Enemigos debajo de las piedras
La coraza de Salazar se fue construyendo a punta de ganarse cientos de adversarios al interior de la Policía Nacional. Desmanteló la División de Investigaciones Especiales (Divinesp) de la Dirección Antidrogas de la Policía y fueron removidos 21 de los 26 oficiales que la conformaban con notable éxito. Esta división capturó a Florindo Flores ‘Artemio’ y el general Salazar aprovechó ese logro ajeno para condecorarse a sí mismo. Se otorgó el grado de ‘Oficial’. Pero, lo que más indignó a los policías de la Divinesp fue que Salazar agregara en la lista de condecorados a sus allegados, el mayor PNP Luis Faustor Villajuan y el capitán, Jorge Huerta Coronel, con el único propósito de que sean beneficiados posteriormente en los ascensos. Ninguno de los dos participó de las acciones antisubversivas. La resolución tiene la firma de Ollanta Humala y del entonces ministro del Interior, Daniel Lozada.
En la Unidad Especial de Águilas Negras tampoco aprecian al general Salazar. Durante un año el comandante Iván Pimentel Laguna fue jefe de esta unidad. Según los agentes, Pimentel se jactaba de ser ahijado de la esposa de Salazar, Enma Barrantes y por lo tanto decía ser un intocable. “Todos los generales roban combustible y él no se quedó atrás”, comentó un oficial para esta nota. Los suboficiales de Águilas Negras denunciaron a Pimentel ante Inspectoría porque habría intentado apropiarse de una cantidad de dinero que los policías ahorraban en un fondo común para la compra de televisores. Al comandante solo lo removieron de su cargo.
El general Salazar ha salido del cargo antes de que la Fiscalía inicie una investigación exhaustiva de una serie de irregularidades que recién salen a la luz. Cuando se reunió con la abogada Liliana Humala, prima del presidente, para discutir el desalojo del camal de Yerbateros que, supuestamente, iba a beneficiar a su cliente, salió librado. En el escándalo de Brujas de Cachiche, donde se reunió con Omar Chehade para coordinar el desalojo de la azucarera Andahuasi, también fue salvado. Luego demostró su ineficiencia en la operación de La Parada, que finalizó con dos muertos. Y en las últimas semanas se esforzó en exhibir su escasa competencia policial en los casos de la Notaría Paino, el asesinato de Luis Choy y el secuestro de un recién nacido.
Todo se cayó de golpe. Hasta el domingo, Salazar mantenía una buena relación con Palacio. Se sabe que el presidente Humala, si bien era consciente de la necesidad de su salida, buscaba hacerlo en un momento más propicio. Inclusive, se barajó la idea de tomar la decisión luego de que comandase una operación exitosa en la azucarera Andahuasi. El propio ministro Wilfredo Pedraza lo defendió. Pero el audio fue letal. El audio que el general Salazar, en su fuero íntimo, sostiene que filtró su archienemigo, el general Darío Hurtado, el famoso Apache.
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