Rosa María Palacios.
Carlos Basombrío, sociólogo de la PUCP y experto en materia de
seguridad ciudadana, me recibe en la bien ubicada oficina que comparte
con Fernando Rospigliosi en Miraflores. Tenemos una vista preciosa del
mar y del Puente Villena. La armonía natural que nos rodea no parece la
adecuada para
hablar de cosas urgentes y dramáticas como la terrible
situación de inseguridad que vive el país. El problema número uno en
toda encuesta de opinión pública no tiene pronóstico favorable para este
gobierno. Basombrío fue parte del equipo que intentó reformar la
Policía Nacional durante el gobierno de Alejandro Toledo. Esa
experiencia está presente en esta conversación.
En materia de seguridad ciudadana, ¿se cuenta con acceso a información oficial del Estado que sea de buena calidad?
Yo retrocedería un acápite. No solo es el acceso sino el tener la
información. Algo se ha mejorado, hay que ser justos. El Ministerio
Público tiene un observatorio de criminalidad. Me han dicho que las
cifras no son tan buenas pero son mejores de lo que había antes. El INEI
está incluyendo en la Encuesta Nacional de Hogares preguntas sobre
victimización. Eso sí es bien grande. Y ahí paro de contar. También hay
los esfuerzos privados que hace Gino Costa en Ciudad Nuestra y que son
valiosos. Pero la policía sigue siendo el hueco negro. Las cifras de la
policía son malas, no son confiables, no están auditadas, no están
capacitados para tomarlas, no están actualizadas y no son comparables,
ni nacional, ni internacionalmente.
Con tan pobre información ¿cómo se puede planificar?
La información es pobre pero digamos que la evidencia es grande. Lo
que no se puede es usar la información disponible hoy como elemento para
evaluar la política. En Chile, por ejemplo, el éxito de la política
está formalmente definido por la encuesta nacional de victimización.
Ellos miden el éxito por el número de víctimas registradas en una
encuesta nacional que nadie discute. Incluso Piñera ha salido bien, ha
mejorado un poquito. Eso podría ir por el lado del INEI que podría
llegar a convertirse en eso. Hoy no hay elementos para evaluar una
política en el sentido objetivo, pero hay evidencia suficiente para
construir una política pública que creo es lo que no hay hoy día en el
Perú.
¿Se trata el problema sólo con medidas aisladas?
Medidas aisladas y muchas veces contradictorias. Por ejemplo, se
decide reducir beneficios penitenciarios y aumentar penas. A la vez
sabemos que desde las cárceles es desde donde se desarrollan gran parte
de los delitos. Si tú reduces los beneficios y aumentas la penas lo que
tienes es más tugurización en las cárceles y por tanto más delitos
cometidos desde la cárcel. ¿Te das cuenta de la incoherencia? No hay una
política penal pero tampoco hay una política preventiva, que es otra de
las patas de una política pública de seguridad ciudadana, es decir,
¿cómo hacemos para que los muchachos no se vuelvan gringashos?
El Ministro ha lanzado una campaña de vigilantes ciudadanos
Me parece bien pero no hay ninguna novedad en ello. Las juntas
vecinales de la policía comenzaron en el año 1997 en el período de
Fujimori. Han funcionado razonablemente bien a lo largo del tiempo y
explican en parte por qué la delincuencia no se ha desbordado en muchos
sitios. En buena hora que lo continúe haciendo, punto. Pero no nos diga
que eso es una novedad que se está aportando porque no es verdad.
En materia de infraestructura se anuncian grandes compras, pero también se ven grandes retrocesos como en los equipos Tetra.
En un artículo de Güido Lombardi, con un título feroz: “Tetra o
cutra” se explica la esencia del problema. El Ministerio optó por
comprar una plataforma tecnológica de comunicación que no existe. Cuando
el proveedor les dijo: “no existe, te vamos a dar la que hay”,
decidieron anular la licitación. Creo que es más por incompetencia en
ese caso. No creo que sea cutra sino incompetencia.
¿Siempre ha habido una inoperancia histórica en la Policía Nacional para comprar?
No. Antes no había recursos. Te lo digo con total transparencia,
cuando nosotros estuvimos en el Ministerio había para compras la
cantidad de: ¡Cero! Hicimos un esfuerzo inmenso, todavía me acuerdo que
salimos a los medios a decir que habíamos logrado ahorrar 10 millones de
soles, es decir, nada. Ahora hay cientos de cientos. No te digo que en
esa época no había incompetencia pero ahora se suma el hecho de que hay
el dinero para gastar. El Ministerio del Interior devuelve presupuesto
al Tesoro Público. Es uno de los ministerios que peor gastan. Defensa,
con Cateriano el año pasado, logró recuperar su nivel de gasto pero
Pedraza no lo logró.
¿Cómo están evolucionando los datos que hay de
victimización? ¿Tenemos aún un nivel bajo de asesinatos –para
Latinoamérica– pero altísimo de robo?
Todo eso está cambiando para mal. La foto que tú describes combina
dos cosas. Primero, no somos un país –por razones que me cuesta
entender– tremendamente violento. De repente el fenómeno Sendero tuvo un
papel inhibidor de las formas violentas pero eso está volviendo a
cambiar. Es verdad que la forma más violenta del delito, el asesinato,
no se manifiesta como en otros países. En Venezuela, Caracas es la
ciudad más violenta del mundo, donde hay más asesinatos en el planeta.
Van ya por 250 por cada 100,000 habitantes. Es una cosa monstruosa. Lima
debe estar ya en 24 con la nueva cifra. La subida es grande. Eso es lo
mismo que tiene hoy Bogotá. En segundo lugar, en paralelo, todas las
encuestas que se hacen indican que somos o el país o uno de los países
de América Latina con más victimización. Es decir, donde más gente sufre
el pequeño delito, que es el que afecta a la mayoría. Este fenómeno de
homicidio es escalofriante pero estadísticamente no afecta a la inmensa
mayoría de la gente que sí es afectada por el robo de su celular, el
atraco en la calle, en el banco, bajo todas las modalidades que
conocemos. Esto además se combina con un factor que es perverso, la
percepción (esa que el Ministro nunca ha entendido) de la impunidad. No
se sanciona nunca al delincuente, ni se recupera lo robado y por tanto
no se denuncia. Lo único que se denuncia en el Perú es el robo del auto,
por eso esas estadísticas son buenas.
¿Está creciendo en el Perú el sicariaje? Construcción civil,
problemas políticos regionales y locales, extorsión a comerciantes,
parecen ser las nuevas áreas del asesinato.
El sicariaje, que inicialmente estuvo focalizado en el narcotráfico y
que ocurría con relativa frecuencia en provincia y menos frecuencia en
Lima, continúa en esa modalidad pero también se ha extendido como
servicio a terceros extendiéndose a la vida privada. También hay una
modalidad más complicada que está vinculada a una cierta articulación
desde los penales sobre gente que es obligada a pagar cupos por su
actividad económica. Cuando esta gente se resiste se le amenaza y se le
mata.
¿La gente está tomando la violencia en sus manos harta de todo esto?
Lo hemos visto en Casma hace unos días. La población termina
ejerciendo violencia colectiva por su preocupación por su seguridad.
Digamos, es una conjunción entre la modalidad de conflicto social con la
inseguridad. Y esto no es justificable, por supuesto, pero es
comprensible. Esto se está convirtiendo en un problema central. A mí lo
que más me impresiona es que los políticos no lo llegan a comprender. El
otro día reflexionaba sobre cómo a lo largo de los ochentas se temió
tomar medidas económicas radicales por no enfrentar el costo social. Al
final, se tuvo que hacer en 1990. Fue lo mejor pero aun así era
comprensible que no se quisiera hacer porque había un efecto social. Sin
embargo, en el caso de la seguridad ciudadana no entiendo por qué se
sigue trabajando con curitas y mejoral, lo que es un problema que
necesita cirugía mayor. Y hacerlo no tendría un costo social.
El Ministro cree que la inseguridad es un problema de percepción, es decir, no hay la realidad como la que usted describe.
El problema de percepciones es cómo se complejiza la realidad por el
efecto traumático que genera el hecho. Cuando te asaltan vas a conversar
con alguien y este recuerda “a mí también me asaltaron una vez”. Esto
genera un clima mayor de inseguridad, es cierto, pero esas percepciones
son parte de la realidad. En política uno tiene que atacar ese fenómeno
en conjunto y no con publicidad como han anunciado. Hay una campaña de
un millón y medio de soles aprobada en el Ministerio del Interior en
cuyos términos de referencia se señala que como es un problema de
percepciones hay que luchar contra ellas con publicidad. A estas alturas
creo que no es un problema de los Ministros, es un problema del
Presidente. Yo sé de personas a las que le han ofrecido el ministerio.
Estas personas le han dicho que esto solo se soluciona con cirugía mayor
y la respuesta fue un “ha sido un gusto y hasta luego”.
¿Qué significa “cirugía mayor”? ¿Que el ministro pueda designar al Director General de la Policía?
No, eso sigue siendo cirugía menor. Hay que refundar la policía. En
la policía no hay una manzana podrida. Lo que hay son muy pocas sanas
con las cuales hay que trabajar. Hay que ir creando áreas de excelencia
dentro de la policía con lo que te quede y con muchachos que van
saliendo. El problema de refundar la policía es que tienes que
refundarla mientras sigue trabajando, esa es la complejidad. Las
pequeñas reformas no sirven, o sea, si tú cambias a un corrupto de
Sullana para ponerlo en Paita no estás solucionando nada. Hay que
refundar la policía; resolver el problema de la relación
Municipio–Policía; y definir un esquema del tipo de policía que
queremos. Yo cada vez pienso más que las policías locales tienen que ser
una opción, y que debemos ir hacia un esquema de policía nacional tipo
FBI que además es lo que mejor hace la policía: investigación criminal,
grandes temas. Finalmente, hay que tener una política de prevención y
darle coherencia al sistema penal en su conjunto.
¿Todo el servicio policial está perdido?
¿Qué cosa hay? Hay una eficiencia focalizada. Hemos tenido muy buena
división antisecuestros durante muchos años y creo que todavía sigue
siendo razonablemente buena porque es bastante disuasiva y hay muy pocos
secuestros. Tuvimos una dirección de bancos espectacular que malogró el
ministro Valdés por ignorancia. Y también hay la capacidad de resolver
casos mediáticos. Cada vez que aparece un caso mediático yo siempre digo
lo van a resolver y lo resuelven. Lo demás es un mundo de corrupción,
de complicidad con el delito. Lo que ha cambiado con la policía en los
últimos 10 años es que era profundamente corrupta pero no era parte del
crimen –en el sentido organizado de la palabra–. Hoy creo que hay
sectores importantes de la policía que son parte del crimen organizado.
Por eso hay que refundarla y eso pasa por una depuración muy grande. En
Colombia, cuando el general Rosas Serrano hizo la gran reforma en la
policía, sacaron a miles de miles de policías. Los tuvieron que sacar
porque no había forma, no eran recuperables. Insisto en que no tiene
nada de malo que compren los francos pero es como ponerle curitas y
mejoral a un paciente que está en coma. Yo no entiendo a los políticos,
¡les daría una popularidad inmensa! El propio Humala tendría 80% de
popularidad.
¿Qué hay en el diseño institucional de la policía que genera ese clima de corrupción?
No existen mecanismos de control reales. Hay tres tipos de robo en
la Policía, uno, el de la calle que tiene las dos modalidades: en
tránsito y en el trato de Dirincri con el delincuente. La segunda está
en las licitaciones, y la tercera es el aprovechamiento de los recursos
que el Estado les da fundamentalmente en 4 áreas: inteligencia, ranchos,
salud y gasolina. Esos recursos tienen nivel de controles bajísimos.
Hasta hace relativamente poco el dinero del rancho se le depositaba al
Coronel a cargo en su cuenta personal y él decidía lo que había de
rancho. Entonces el efecto perverso es que la corrupción viene de arriba
a abajo. Una de las frases famosas del oficial a suboficiales es:
“Muchachos, la calle es de ustedes”. El patrullero está parado no porque
esté en una ubicación estratégica sino que ya le robaron la gasolina
antes. ¿Y para qué los oficiales se asignan decenas de vehículos? Cuando
llegamos al Ministerio encontramos que había un ex general muy
importante, tenía como 35 vehículos asignados. Yo decía ¿para qué? Para
la dotación de gasolina, pues. Los vehículos estaban guardados en un
depósito. ¿Te das cuenta? Todo eso se puede cambiar con buenos
mecanismos de control.
Si todos sabemos esto ¿por qué no cambia?
Yo quisiera decirte algo adicional. Los que más lo saben son los
policías y eso desmoraliza a aquellos que quieren hacer una buena
carrera, que los hay. Gente que tiene vocación, que quisiera ganar más
como es normal y que quisiera ascender rápido. Hoy hay toda una teoría
sobre que hay que esconderse para el ascenso porque si tú vas a cargos
complicados los castigos son más probables. Entonces, ¿quiénes ascienden
mucho más?: los que son secretarios de general, los que trabajan de
edecanes. Destacar es un problema, te machetean. Además se asciende por
antigüedad y no por mérito. Si tú te presentas a la primera en la
Policía, fijo que no asciendes, o si lo haces estás bajo la sospecha de
estar envarado.
¿No se suponía que todo eso cambió?
Y se revirtió en 90%, casi todo lo que se cambió se revirtió.
Con facultades legislativas, hay una nueva estructura
administrativa para el Ministerio, un nuevo régimen para la policía
incluyendo disciplina. Todo este paquete de normas ¿no significa un
cambio importante?
¿Tú recuerdas alguna medida que haya llamado la atención, que sea
significativa? A mí sólo me llamó la atención lo de los Tribunales
Civiles. Me pareció una idea interesante. Ahora ¿dime de un coronel, un
comandante, uno, que tú sepas que ha sido sancionado? Las sanciones son a
los suboficiales, son abajo, y esas también se negocian. Yo no percibo
ningún efecto como ciudadano que, aunque no tengo acceso a información
privilegiada, sigo viendo los problemas. Quiero ser justo, no existen
opciones mágicas. Así se hagan las cosas exactas que se tienen que hacer
será complicado por mucho tiempo. La pelea es larguísima y no siempre
se gana. ¡Pero demos la pelea! Por mi trabajo, conozco más o menos bien
lo que ocurre en casi todos los países de América Latina en política de
seguridad y yo me atrevería a decir que el Perú es el único país donde
no se está haciendo nada. No digo que los demás estén siendo exitosos,
pero están tratando.
"Toledo ha cavado su fosa política y lo tiene merecido, se lo buscó"
Fernando Rospigliosi ha revelado información de la DINI sobre reglaje a políticos y periodistas críticos al gobierno.
Yo soy cercano a él y sé que ha sido informado de gente de adentro,
activa y muy preocupada por esto. Después lo ha corroborado con otras
personas que le han dicho lo mismo. Los contactos en el Estado existen,
hay simpatías y lealtades establecidas, antiguas, y todos saben que esto
cambiará más adelante. A Rospigliosi le han informado que a raíz de su
denuncia se han asustado y han suspendido una semana por lo menos parte
del operativo. Ahora, yo creo que los ministros no lo saben. Ahí pongo
mi mano al fuego, son correctos. Cateriano, Pedraza, Jiménez, son
inocentes, en las dos acepciones de la palabra. Porque si te aumentan a
700% los gastos de inteligencia y te hacen creer que es para seguridad
ciudadana hay que ser bien inocente. De ahí los dos sentidos.
¿Le pidieron ser ministro del Interior de este gobierno?
Nunca, jamás. No solo eso, además lo digo: no cabría la posibilidad.
Yo soy un opositor, por convicción. Voté viciado en la segunda vuelta
porque me parecía que los dos eran males mayores. Para mí era
inconcebible que un hombre que estuvo vinculado a Madre Mía sea
Presidente. Por eso, por convicciones, no podría. Y además no tendría
autoridad moral para hacer las críticas que hago si estuviera aspirando a
eso. Tengo la tranquilidad absoluta de hacerlo como ciudadano
preocupado.
Usted trabajó en el Gobierno de Toledo. ¿Qué piensa de su situación actual?
Me da pena. Yo sabía, cuando trabajaba en el gobierno de Toledo, que
era un hombre que no era perfecto, por decirlo de alguna manera.
Desordenado, sus familiares nos volvían locos en el Ministerio, pero era
todo por bagatelas. Lamentablemente esto me suena muy mal. No creo en
sus versiones. Creo que es corrupción de una u otra manera. Creo que ha
cavado su fosa política y lo tiene merecido, se lo buscó.
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