BRAVISIMO !!!

La Republica.
‘Chuponeo’ permitió ubicar el refugio de Timaná y sus socios en casa de Comas

Eficiencia Policial. Los agentes de la Sub Unidad de Acciones Tácticas (SUAT) fueron los que incursionaron en la vivienda en la que
se ocultaba el delincuente Timaná y los otros forajidos.

Labor de inteligencia. Delincuentes se habían organizado para asaltar el Banco de Crédito de la avenida Túpac Amaru, en Comas, para financiar su escape hacia Colombia. Lo que no sabían era que la policía ya los había rastreado con inteligencia electrónica. Por ello, su captura era cuestión de horas.


Doris Aguirre.

El brujo lo había presagiado. Carlos Timaná Copara confiaba ciegamente en “Mosquito”, su chamán de cabecera. Así que cuando el hampón lo visitó, antes de que la policía lo recapturara en Comas, este le vaticinó: “Cholo, veo ‘chalecos’ (policías) como cancha. ¡Te van a caer encima, carajo! ¡Mejor cuídate!”.

“¿Estás seguro, ‘Mosquito’?”, le preguntó Tinamá al brujo.

Y él le respondió: “Tú sabes que yo nunca te miento, cholo. Prepárate para lo que viene”.

Carlos Timaná relató este episodio a uno de los policías que participaron en el operativo del martes 18 de junio.

“Lo que me dijo el brujo me puso más mosca que nunca, por eso seguramente me he salvado, si no hubiera terminado como ‘Puerto Rico’ y ‘ Lucano’”, comentó Timaná al efectivo de la policía que lo atrapó en la casa de la urbanización El Paraíso en Comas.

Allí, el ex integrante de la banda Los Destructores se había refugiado con sus cómplices Lindomar Hernández Jiménez ‘Puerto Rico’ y Edgar Lucano Rojas ‘Lucano’ luego de la fuga de la carceleta judicial de Lurigancho.

Al resistirse a la incursión policial a balazo limpio –como lo han comprobado los peritajes–, ‘Puerto Rico’ y ‘Lucano’, asesinos del fotorreportero Luis Choy, murieron acribillados.

La orden que recibieron los agentes del equipo especial que se formó el mismo día en que los delincuentes se evadieron de Lurigancho, el martes 11 de junio, fue que los recapturaran vivos o muertos. No era cualquier frase.

Todos sabían que se trataba de sujetos de altísima peligrosidad, quienes no dudarían ni siquiera un instante en disparar al primer efectivo que se les cruzara en el camino. Y así fue.

ASÍ LOS UBICARON

“Una vez que tuvimos conocimiento de la fuga de los cinco delincuentes, inmediatamente formamos varios equipos operativos con el objetivo de buscar información que nos condujera a la ubicación y captura de los prófugos. Desde un primer momento supimos que Carlos Timaná había dirigido la fuga, lo que significaba que estábamos frente a un astuto delincuente que nos haría muy difícil la tarea, porque, además, iba acompañado de dos sicarios”, relató a La República el jefe de la Dirección de Investigación Criminal (Dirincri), el general PNP César Cortijo Arrieta.

Contingentes policiales se desplegaron por toda la capital para detectar el movimiento de los hampones, en particular de Carlos Timaná Copara.

“Mi gente se movilizó por diferentes puntos de la capital y del Callao. Varios agentes se infiltraron en los barrios que frecuentaban y en los ‘huecos’ donde acostumbraban reunirse para planificar sus robos. Sabíamos por dónde se desplazaban, incluidas las viviendas de sus mujeres y familiares. Todo estaba vigilado al milímetro. Los teníamos ‘mapeados’”, explicó el general Cortijo.

Los agentes de la Dirección General de Inteligencia del Ministerio del Interior (Digimin) y de la Dirección de Inteligencia de la Policía Nacional (Dirin) también cumplieron un papel clave en la obtención de información que guiara a los equipos operativos al escondite de los malhechores.

Había mucha presión de los políticos y la prensa sobre la policía por la sensación de inseguridad que implicaba la fuga de estos cinco delincuentes de alto rango que huyeron frente a las narices de decenas de efectivos de Lurigancho. Así empezó la operación “Cazador 2”.

CÓMO FUE LA INCURSIÓN

“Ningún dato se desechaba. Todo era procesado y analizado por inteligencia. Llegó información que indicaba que los fugitivos estaban escondidos cerca del penal de Lurigancho. Otros decían que estaban por Comas o el Callao. Por último, se decía que habían fugado a provincias. Todas estas informaciones se analizaban y luego se verificaba minuciosamente para no cometer un error”, expresó el general Cortijo.

La policía no descartaba que parte de la información recibida era difundida por los allegados de los hampones con la finalidad de distraer o despistar a los efectivos y de esa manera ganar tiempo.

Los altos mandos de la Policía Nacional también sabían que tenían el tiempo en contra y que los delincuentes buscaban alguna forma de escapar del cerco para abandonar el país. Una vez recapturado, Carlos Timaná confirmó que ese era el plan. Por eso preparaban el asalto a un banco cercano a donde se ocultaban para financiar un viaje al extranjero.

–¿A dónde pensaban irse? –le preguntó un oficial de la policía a Timaná.

–Tío, la firme es que nos íbamos a largar para Colombia –respondió.

–¿Y por qué a Colombia?

–insistió el oficial.

–Porque ‘Puerto Rico’ decía que en ese país tenía familia. Por eso nos pusimos de acuerdo para golpear el banco –contestó Timaná.

La planificación del asalto al banco, que obligó a Carlos Timaná y a sus cómplices a usar insistentemente el teléfono, fue lo que facilitó la ubicación de los hampones. La policía tenía interceptados los números de sus familiares y cómplices más cercanos.

“Gracias al intenso trabajo de inteligencia con los informantes, el viernes 14 de junio, a los tres días de la fuga, recibimos información confidencial de que Carlos Timaná estaba reclutando gente, armas y vehículos para atracar un banco y con el dinero financiar su fuga. Hasta ese momento no sabíamos dónde se encontraba escondido Timaná. Tampoco sabíamos si estaba solo o con los otros cuatro sujetos con los que se evadió de Lurigancho”, narró el jefe de la Dirincri.

El sábado 15 de junio se estableció que el Banco de Crédito de la avenida Túpac Amaru, en Comas, era el objetivo de los maleantes. El atraco estaba previsto para el lunes 17 o martes 18 de junio.

“En un principio pensamos atrapar a los delincuentes cuando llegaran al banco, pero lo descartamos porque había un alto riesgo de desencadenar una tragedia con rehenes y muertos. En el segundo piso del banco hay un jardín de niños y en los alrededores hay muchos ambulantes y transita demasiada gente. Pero de todas maneras ‘sembramos’ agentes encubiertos en la zona. Poco después supimos que Timaná acordó dar el golpe el martes 18 de junio, entre las 10 y 11 de la mañana”, relató el general César Cortijo.

Si querían viajar al extranjero, los maleantes requerían financiamiento. Así que de todas maneras tenían que cometer el asalto. Esa era la carta que se jugaba la policía.

Por la interceptación electrónica ya se les había ubicado (ver recuadro).

NO SE LA ESPERABAN

“A las 7 am del 18 de junio, un equipo de 20 agentes de la División de Robos y de Inteligencia empezó a peinar las inmediaciones del Banco de Crédito, mientras que otro grupo enrumbó hacia la urbanización El Paraíso, donde se escondían los sujetos. Entre el banco y el escondite de Carlos Timaná hay una distancia de un kilómetro”, detalla el general.

Alrededor de 100 hombres de la División de Investigación de Robos de la Dirincri, al mando del coronel PNP César Iturrizaga Cruzalegui, y 30 efectivos de la Sub Unidad de Acciones Tácticas SUAT, al mando del coronel PNP Walter Arrué Pereyra, se ubicaron en puntos estratégicos en las inmediaciones de la urbanización El Paraíso, en Comas.

Aproximadamente a las 10 am un nutrido grupo efectivos de la SUAT penetró en la vivienda de la manzana D, lote 12 de la calle Los Membrillos, inmueble de propiedad de Leonor Salazar Gutiérrez.

“El primero en caer fue Timaná. Fue reducido en la segunda planta de la casa, sin haber disparado un solo tiro. Fue divisado en un rincón de una de las habitaciones. Llevaba puesto un chaleco antibalas. Mientras tanto, otro grupo en el mismo piso comenzó a recibir disparos. Dos proyectiles impactaron en el mayor PNP Marco Puente, pero el chaleco antibalas le salvó la vida. Al responder el fuego cayeron acribillados los sicarios ‘Puerto Rico’ y ‘Lucano’. Estos delincuentes habían decidido no entregarse a la policía. Prefirieron la muerte a retornar a prisión.

Carlos Timaná Copara se salvó. El brujo “Mosquito” le había advertido que la policía llegaría por él. Y él no dudó de sus palabras.

"AL LLEGAR AL LUGAR, TIMANÁ YA HABÍA TRITURADO SIETE CHIPS DE CELULAR”

Desde un primer momento se aplicó la interceptación telefónica para ubicar el paradero de los delincuentes fugados. Por Inteligencia, se sabía que la debilidad de Carlos Timaná era comunicarse por teléfono con sus familiares y amigos.

Cuando fue detenido dentro de la vivienda, Timaná comenzó a escupir compulsivamente. Se había tragado siete chips con varios números de celular y los masticó hasta convertirlos en trocitos de metal para que la policía no descubriera a sus contactos registrados en los dispositivos.

"...Padrino, si son inteligentes reconstrúyanlos. Allí van a encontrar todo el cerebro", dijo Timaná a uno de sus captores. No sabía que ya había sido rastreado.

La interceptación electrónica, sin embargo, no indica con certeza el lugar donde se encuentra el objetivo sino el área donde se desplaza. En este caso, se trataba de la urbanización El Paraíso, en la que existen al menos 200 casas. Por esta razón, la policía incursionó en dos viviendas donde creía que estaban escondidos los delincuentes. Se equivocaron hasta dar en el clavo.

El éxito de la operación se debió a la vigilancia, seguimiento y el compartimentaje. "Por eso ganamos. De otro modo la historia hubiera sido otra”, afirmó uno de los oficiales de inteligencia.

En cifras

150 agentes de Dirincri, SUAT y de Inteligencia participaron en la operación Cazador 2.

05 francotiradores de la SUAT estuvieron en puntos estratégicos alrededor de la casa donde estaban los delincuentes.

05 armas entre pistolas y revólveres fueron incautados a los malhechores durante el operativo en Comas.