Pedro Yaranga, analista en temas de seguridad y
narcotráfico, habla sobre los últimos acontecimientos suscitados en el
Valle del Río
Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM) y el nuevo accionar de los
rezagos de Sendero Luminoso (SL).
¿Cuál es el objetivo de los rezagos de Sendero Luminoso (SL)
con las últimas acciones en el VRAEM, como la emboscada y muerte de un
soldado en Cañapampa – Ccentabamba?
Lo que sucede es que SL dejó de realizar algunas acciones armadas,
específicamente desde el operativo desplegado en febrero por las fuerzas
combinadas en Río Seco (Vizcatán) a uno de sus campamentos. Ahora SL se
ha reagrupado y está aplicando una nueva ofensiva, que la podemos ver
en la incursión en Tutumbaru; además esta misma columna también ha
emboscado y matado a un soldado el pasado martes. En la mañana de hoy
las Fuerzas Armadas han intentado rescatar al herido pero las columnas
persisten en la misma zona y están disparando a los helicópteros.
¿Podría advertirse de un ataque terrorista de grandes dimensiones en los próximos meses en la zona del VRAEM?
Yo no descartaría esa posibilidad, porque los rezagos de SL al parecer
están distrayendo con sus acciones en esta zona y lo seguirán haciendo
en las próximas semanas, y simultáneamente podrían pretender golpear en
otro sitio, que puede ser tranquilamente algún lugar en los territorios
del Cusco.
Hace algunos días se reportó la muerte del teniente
gobernador de Villa Virgen en Cusco, Carlos Pariona, ¿tiene algo que ver
el accionar de SL?
Este hecho se debe tomar en cuenta, porque si bien lo de Villa Virgen
es discutible en el sentido de que sean miembros del SL los autores,
también con esa misma modalidad asesinaron a un ex teniente gobernador
en un poblado de Echarate en Cusco.
¿Qué pretendería SL al asesinar a estas autoridades?
En el caso de Villa Virgen respondería al hecho de que el teniente
gobernador estuvo dando información a la policía y al ejército. Asimismo
tengo información de amenazas indirectas a miembros de los comités de
autodefensa de Villa Virgen por parte de miembros de SL.
¿La información de que SL cobra cupos de guerra a empresas como el Consorcio Vial Quinua es verídica?
Es cierto. En Ayacucho todavía no están cobrando pero ya les han
comunicado a las empresas sobre un monto determinado. En Cusco la
mayoría de las empresas incluyendo las pequeñas pagan cupos. Por
ejemplo, si una empresa no tiene mucho dinero les piden que consideren
un monto equivalente al pago de cuatro o cinco obreros, con ello los
sediciosos tienen de 10 a 15 mil nuevos soles mensuales.
Pero ¿no son suficientes los recursos que SL logra del narcotráfico?
Lo que SL quiere con estas acciones es lavar la imagen de
narcoterroristas con la que se les ha etiquetado, por ello están dejando
de lado la custodia de cargas de droga del narcotráfico, porque
tranquilamente tienen al gasoducto de Camisea y a las obras que se
ejecutan en Cusco para cobrar cupos. De ahí pueden obtener entre 100 a
200 mil nuevos soles mensuales.
En la incursión al campamento del Consocio Vial Quinua, SL
secuestró a trabajadores, pero ¿por qué cree que el gobierno no admite
este hecho?
Es que el gobierno piensa que tiene el control y en la práctica ya no
es así, porque las Fuerzas Armadas han perdido toda la dotación de
información sobre la zona ya que se ha desactivado una de las unidades
de inteligencia que tenía manejo directo de información actualizada.
Ahora bien, el secuestro se produjo ya que varios trabajadores
confirmaron que fueron llevados hasta Tircos hasta donde llevaron los
víveres.
¿Qué está fallando en la estrategia de combate a los rezagos de SL?
Desde una mirada general no hay coordinación entre las Fuerzas Armadas y
la Policía. En el tiempo que el ejército tiene control de las acciones
de combate en el VRAE, no se ha logrado mucho, porque después de la
ubicación de las mochilas de Alipio en Huancavelica no hay ningún logro.
En cambio, un contingente policial, logró recuperar a los niños de la
margen izquierda de Río Ene así como la muerte del camarada “William”.
Si el gobierno reflexionara ya hubiera hecho un cambio de mando.
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