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La política es la búsqueda del poder, es el arte de lo posible. En esa búsqueda del poder (y por ende en su ejercicio) todo vale. La transgresión de los valores éticos y morales, tienen en ese contexto, una explicación, una justificación o en el mejor de los casos, una negación, que es por lo general tres veces mayor que la de Pedro a Jesús. Por eso es que sin rubor
ni vergüenza, nuestros políticos tienen un discurso que niegan groseramente en los hechos con sus actos.
En un país sin instituciones y donde el poder y las relaciones son lo que valen; en la política y sobre todo en la política criolla (esa por la que los ciudadanos son pasibles de ser engañados, hueveados o sorprendidos, por su ignorancia, su ingenuidad o su falta de capacidad de indignación) hay frases que como "conversar no es pactar" o "para los amigos todo para los enemigos la ley", grafican los enjuagues y la doble moral que tanto se critica en la hora presente. En esa perspectiva, no sorprende que el Sr. Oscar López Meneses -amigo de Adrian Villafuerte cuando ambos trabajaron con el ex Ministro del Interior Fujimorista General César Saucedo; operador de Vladimiro Montesinos y ex jefe de Ollanta Humala en la Facultad de Odontología en la Universidad San Martín de Porres; que fungió como filtro o nexo de candidatos al Congreso en las elecciones del 2006, cuando Humala se presento con el logotipo de UPP- tenga seguridad en dos de sus propiedades, en virtud de ordenes fraguadas expedidas en la gestión del General Raul Salazar, ex Director General de la PNP, ordenes que indicaban que la seguridad era para el Comandante General de la Marina.
Según el
generalmente bien informado periodista y ex Ministro del Interior,
Fernando Rospigliosi, la custodia a los inmuebles de López Meneses,
sería porque éste "chuponea" a políticos y periodistas de
oposición para el régimen de Humala y eso implica la necesidad de
brindarle seguridad a los inmuebles, porque la mafia que opera en
función de diversos intereses, puede birlarle a López Meneses, equipos
cuyo robo no va a poder denunciar ante ninguna autoridad.
Si a la
afirmación de Rospigliosi, se suma el hecho de que López Meneses y
Villafuerte fueron vistos almorzando juntos en un restaurante de San
Isidro; la lógica y la razón sustentan la afirmación y prueban, que para
Humala hay fujimoristas malos y fujimoristas buenos, siendo estos
últimos, los que le sirven a sus intereses de diverso tipo. Los que su
corrupción, su delito y su propio juego político, se justifican en
función de los "altos intereses nacionales" que la pareja presidencial dice defender.
Y en medio de
este escándalo, mientras el oficialismo niega todo, en el Congreso de la
República, el APRA no tiene mucho margen de maniobra porque Lopez
Meneses, almorzó con Agustín Mantilla, trabajo en la Universidad San
Martín de Porres, cuya vinculación con Alán García es innegable y es
también pata (igualmente negado) del abogado de Fujimori. En ese amplio
abanico de relaciones y amistades de Lopez Meneses, tan propias de
nuestros políticos; al resto de nuestros padres de la patria de
oposición, solo se les ocurre invitar al Ministro Pedraza, que es un
bueno para nada, un hombre que esta pintado en la pared y cuyo poder en
el cargo es limitado.
Igual falta de reacción muestra el Ministerio Público que debería abocarse a abrir investigación preliminar de oficio y solicitar al Poder Judicial el intervenir las viviendas. Claro que eso sería posible en un país con una institucionalidad que funcione y donde el interés del Estado esta por encima de intereses particulares, que en un país como el nuestro son pasibles de negociar en determinado momento porque todos los actores políticos tienen cola.
Igual falta de reacción muestra el Ministerio Público que debería abocarse a abrir investigación preliminar de oficio y solicitar al Poder Judicial el intervenir las viviendas. Claro que eso sería posible en un país con una institucionalidad que funcione y donde el interés del Estado esta por encima de intereses particulares, que en un país como el nuestro son pasibles de negociar en determinado momento porque todos los actores políticos tienen cola.
Vamos a ver que
pasa, aunque no creo que pase mucho. López Meneses es un hombre de
sociedad......de la sociedad política claro está. Esa sociedad que gusta
de grandes restaurantes, de buena comida, del buffett y el vinito de
los mega eventos, para conversar y definir "los grandes intereses de la patria". Intereses que terminan siendo los pequeños y mezquinos intereses particulares de siempre. "La honestidad hace la diferencia" decían.
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