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23 nov 2013

GARGANTA PROFUNDA.

Cortesia Correo.
 
El rostro, las actitudes y palabras del ministro de Defensa, Pedro Cateriano, son el mejor 'termómetro' para medir hasta dónde sacudió al Gobierno la revelación de una estructura aún no bien definida de altos oficiales de la Policía Nacional, contactos en las Fuerzas Armadas y operadores palaciegos
vinculados a la custodia irregular de Óscar López Meneses, un ex operador político de Vladimiro Montesino cuya reaparición en escena parece confirmar las sospechas de métodos de seguimiento y espionaje a opositores y periodistas críticos, al estilo de los años 90.
Las sospechas de vinculaciones entre López Meneses y el actual Gobierno todavía no se disipan pese al desmentido del propio presidente Ollanta Humala. Y aun cuando se anuncia una comisión investigadora, tampoco hay indicios claros de que la oposición vaya a acometer esta misión en serio.
Para el mandatario, el incidente que se trajo abajo a casi una decena de generales de la Policía, un ministro del Interior y a su controvertido -pero siempre bien protegido- asesor Adrián Villafuerte, se reduce a "un acto de corrupción policial". Declaración que ha suscitado rechazo al interior de la institución y podría alimentar reacciones en las próximas semanas. Precisamente, para conjurar esta eventualidad, Humala se preocupó el martes 19 por reunirse con el alto mando de la PNP y con el flamante titular de Interior, Walter Albán, para procurar una imagen de unidad de cara a la opinión pública.
UN PODER EN LA BALANZA. El término "poder paralelo", utilizado a raíz de estos hechos en que ministros como Wilfredo Pedraza e incluso el propio titular del Consejo de Ministros, César Villanueva, parecían solo pintados en la pared, no es nuevo. En enero de 2012 el ex jefe de Inteligencia del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas (Ccffaa), Roger Zevallos Rodríguez, advirtió que desde aquella fecha ya se venía desarrollando un poder alterno. "Están creando una fuerza paralela dentro del Ejército, que pretende ser manipulada por (Adrián) Villafuerte", advirtió Zevallos, al tiempo que denunciaba una manipulación delincuencial en los ascensos de militares cercanos al ex consejero presidencial en temas de seguridad. Fue la primera denuncia frontal contra Villafuerte desde que asumiera el rol de 'brazo derecho' presidencial en materia castrense.
Hoy el término vuelve a la palestra debido al escándalo alrededor de la protección oficial a López Meneses y a una presunta red de espionaje puesta al servicio de colaboradores directos del jefe del Estado, tal como ha denunciado el ex ministro del Interior Fernando Rospigliosi y otras fuentes de origen castrense que prefieren -por el momento- mantenerse en el anonimato. La respuesta, en boca de Cateriano, tuvo la misma contundencia de Humala: "Acusan al actual Gobierno de tener una red de espionaje. Yo pregunto a la ciudadanía: ¿cuáles fueron los dos Gobiernos en cuyos mandatos se probó la existencia de espionaje telefónico?", expresó en alusión a las administraciones de los ex presidentes Alberto Fujimori y Alan García.
Para Rospigliosi, quien denunció públicamente en más de una ocasión la existencia de una maquinaria de inteligencia aceitada por la mano de Villafuerte y cuyo fin era impulsar la candidatura de la primera dama en las elecciones de 2016, expresa que "probablemente ha estado funcionando un centro de espionaje en la casa de López Meneses, utilizando gente y plata de la DINI porque es de ahí de donde pueden echar mano y no dar cuenta a nadie", insiste.
GARGANTAS PROFUNDAS. A propósito de este escándalo, en los últimos días varias fuentes militares y policiales en actividad y retiro han sido consultadas por esta revista. Con la información recogida se puede, con la única condición de quedar en el anonimato y así poder armar el rompecabezas de la inteligencia nacional, tentar un primer esbozo de cómo habrían desempeñado sus labores de 'inteligencia' diversos operadores que estarían vinculados a Villafuerte y a algunos allegados a este. Sin duda se trata de indicios que deberán ser confirmados o descartados cuando se realicen las investigaciones que, desde el Congreso, se anuncian.
Sobre este tema, López Meneses, la 'estrella' del momento, asegura no tener "ningún afán de vincularme al señor Humala. Tenía alguna fe en él, pero me equivoqué y hoy día podría decir que para mí el señor Humala ha defraudado al país", expresó en entrevista brindada a RPP como si se tratara de un ciudadano cualquiera. En las próximas semanas las autoridades tendrán la oportunidad de confirmar si esto es así.
Es importante que así ocurra porque, según voces policiales, el hilo de la madeja parte desde la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI). "Lo ponen a Víctor Gómez Rodríguez como jefe de la DINI, pero lo estarían manteniendo al margen y colocan a Iván Kamisaki como su segundo operativo. Este último es clave en todo. Kamisaki interviene y se jala a (Raúl) Salazar para controlar la Policía", explican nuestros informantes. Como se sabe, Kamisaki y Raul Salazar, ex director de la Policía -el mismo que saliera a declarar en contra del jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, el vicealmirante José Cueto Aservi-, pertenecen a la misma promoción Los Sinchis 1982, de la desaparecida Guardia Civil.
"Miran los cuadros y dicen cómo podemos controlar a la Policía. Este Salazar tiene un ejecutante que estaba en la Séptima Región Policial Lima, que es el general Gómez Cahuas, que también lo han sacado. Con ellos se materializa el control de la Policía, se dan de baja a 29 generales y entra Salazar teniendo el control", enfatiza esta versión.
En el Ejército las fichas son movidas con cautela. Las fuentes consultadas insisten en que el puesto de comandante general del Ejército, del general EP Ricardo Mocanda Novoa, sería estratégico. "Subordinado al 'Ácido' -como se conoce a Villafuerte-, Moncada sería quien habría 'filtrado' al general EP del arma de Inteligencia, Oswaldo Zapata Corrales, primo de López Meneses".
"Él (Villafuerte), junto a Salazar, Kamisaki y Oscar López Meneses conforman la organización de Inteligencia paralela con recursos provenientes de la DINI. De ahí se estaría informado el presidente Humala", añaden. Es más, en estos días se ha llegado a afirmar que López Meneses habría visitado el Pentagonito, desde donde se habrían monitoreado actividades de inteligencia (seguridad electrónica, psicosociales). La información es variada y solo una investigación independiente podrá confirmar o descartar la veracidad y gravedad de estos hechos.

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