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IVAN SLOCOVICH
El abogado Walter Albán es el quinto ministro del Interior del gobierno del presidente Ollanta Humala, que se encuentra en la mitad de su mandato y tiene ante sí el reto más grande que pueda asumir el régimen, que es el de limpiar las calles de los hampones que en reiteradas oportunidades llevan a los
peruanos a señalar que el principal problema que afrontan es el de la inseguridad ciudadana.
Mucho
se ha cuestionado el desconocimiento que el propio Albán ha admitido
sobre el sector que ahora tiene a su cargo, su pasado como abogado
"defensor de derechos humanos", que en este país es motivo suficiente
como para sospechar de parcializaciones en contra de las fuerzas del
orden, y la falta de un equipo de gente lo suficientemente capaz para
hacer frente a la titánica labor que tiene por delante.
Recordemos
que quien está sentado en el despacho del cuarto piso del edificio
rectangular de Corpac no solo tiene que luchar contra el delito en las
calles, sino contra los grandes e históricos problemas que afronta la
Policía Nacional, como son la corrupción, la improvisación, la falta de
equipamiento y la carencia de capacitación del personal, como lo ha
señalado muchas veces el exministro Wilfredo Pedraza.Debe recordar Albán que cada día que pasa y no se consiguen los resultados esperados, lo que pierde este país no es dinero u oportunidades, sino vidas humanas en manos de sicarios, asaltantes y demás impresentables que deberían ser erradicados en los dos años y medio que le queda a este gobierno, que llegó al poder ofreciendo soluciones inmediatas a tan álgida situación.
El viernes último hemos visto cómo una banda de delincuentes asaltó a un grupo de cambistas dentro de Polvos Azules, y horas antes a una banda que intentó robar un banco en La Molina, a plena luz del día y con balacera de por medio. A eso se suma la ola de sicariato que golpea a diferentes ciudades, las extorsiones, los robos a viviendas y hasta los arrebatos de carteras y celulares que tanta indignación provocan.
Si este gobierno no
quiere pasar a la historia como el del quinquenio perdido en la lucha
contra la violencia, deben adoptarse acciones decididas y contundentes
contra la inseguridad. Bien por el abatimiento de secuestradores en
Lambayeque y por la labor que hace el Escuadrón Verde en las calles de
Lima, pero hace falta mucho más y ojalá Albán esté en condiciones de dar
la batalla.
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