El lunes 13 se cumplirán dos largos meses desde
el descubrimiento del resguardo policial al operador 'montesinista'
Óscar López Meneses, evento que originó la peor crisis política en lo
que va del Gobierno de Ollanta Humala. Sesenta días sin respuestas.
Pasado el escándalo y los discursos indignados, las interrogantes siguen
abiertas: ¿por qué se protegió durante 18 meses a un procesado por
'chuponeo' y conocido operador de Vladimiro Montesinos? ¿A quién servía
López Meneses? ¿Qué funciones cumplía al punto que se necesitaba un
despliegue de seguridad policial del que no gozaba ni el presidente ni
sus ministros?Ollanta Humala saldó la crisis con la destitución de algunos funcionarios y un ajuste en el gabinete. Sin embargo, el Gobierno -que debería garantizar la identificación de los responsables y el esclarecimiento de las graves sospechas- emprendió una cruzada contra la llamada "concentración de medios" e inauguró una nueva etapa política con el sinceramiento del poder de la primera dama, Nadine Heredia, ungida como presidenta del Partido Nacionalista. Mientras el mandatario y su graciosa cónyuge atacan a sus opositores y defienden el reforzado poder del "gobierno familiar", el caso López Meneses se mantiene en un conveniente segundo plano.
PIEDRAS EN EL CAMINO. Si bien el Ministerio Público avanza en su investigación, reservada en esta etapa, es en el plano político en el que se evidencian las grandes dificultades para hallar la verdad. "Nadie parece querer investigar. Los relacionados vienen bloqueando la investigación con sus versiones falsas o con su actitud entorpecedora", asegura el congresista del Partido Popular Cristiano, Luis Galarreta. El legislador recuerda que luego de cumplirse un mes de que el Congreso votara unánimemente -110 votos a favor, ninguno en contra y cero abstenciones- para conformar una comisión investigadora, el entusiasmo duró poco y recién esta semana interrogarán a los implicados.
"El Gobierno intentó demorar la investigación; acordémonos de los problemas para instalar y elegir al presidente del grupo. Luego, el problema de la reunión en Palacio de Gobierno con Víctor Andrés García Belaunde (su presidente, quien tuvo que renunciar), lo que golpeó la confianza de nuestro grupo", recuerda.
El mandatario minimizó el hecho de haberse juntado con quien tenía por misión conducir la investigación de un escándalo que sacude a su administración. "Si llegamos a ese nivel de desconfianza, en que el presidente de esa comisión no se puede juntar con nadie porque este señor Meneses tiene también conocidos en el Poder Judicial, tiene conocidos en la prensa, tiene conocidos en diferentes áreas... El señor que preside esa comisión no puede ir, por ejemplo, al Año Judicial porque si conversa con el presidente del Poder Judicial lo van a sacar. Me parece que estamos exagerando", alegó Humala.
Tras la salida de 'Vitocho' lo sucedió interinamente el fujimorista Juan de Díaz Dios. Pero las cosas también están bastante complicadas en el Parlamento.
Lo más grave según Galarreta es que, a la fecha, el presidente del Congreso, Fredy Otárola, no ha cumplido con su ofrecimiento de apoyar logísticamente a la comisión investigadora. "Ya hemos publicado las fotos de las oficinas peladas, no tienen ni sillas, ni computadoras, ni asesores". El nacionalista Otárola, a través de sus asesores, hizo saber a esta revista que el apoyo está garantizado, pero que se ha paralizado mientras no exista un nuevo presidente elegido -enfatizaron que no "interino"- en el grupo investigador.
Justamente,
al cierre de esta edición, la elección del nuevo presidente de la
comisión -disputada entre Jonhy Lescano y Días Dios- amenazaba, otra
vez, la continuidad de la pesquisa. Consultado sobre quién debería
conducir el grupo, el congresista nacionalista Omar Chehade asevera:
"Lescano es un buen sabueso y lo hace de manera objetiva. Galarreta
también, yo no me opongo a que ellos presidan la comisión".
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