Eliana Janett
La cocaína reduce el placer de las relaciones sociales
El consumo habitual de esta droga disminuye la empatía y la gratificación que deriva de las relaciones sociales.
Un nuevo estudio ha descubierto nuevos efectos secundarios de la
cocaína. Según sus conclusiones, este narcótico también debilita el
sistema de recompensa cerebral, por lo sus consumidores presentan
una
percepción menos positiva y gratificante de las relaciones sociales.
La cocaína es considerada la droga del entretenimiento
por excelencia y, como es bien sabido, sus consumidores habituales
presentan una reducida capacidad de memoria, problemas de concentración y
déficit de atención. Y a la lista de efectos secundarios ahora también
hay que añadir los descubiertos por Katrin Preller, de la Universidad de
Zurich, y sus colaboradores, que han demostrado que esta droga afecta
negativamente a las habilidades sociales de las personas que la
consumen.
De acuerdo con los resultados del estudio, publicado
en la revista Proceedings of the Nationall Academy of Sciences (PNAS),
los drogadictos tienen dificultades en identificarse mentalmente con el
estado de ánimo de los demás y les cuesta reconocer las emociones ajenas
por el tono de voz. Esto les convierte en personas con una conducta más
individualista y opuesta a la que creían antes de empezar a consumir el
narcótico, por lo que acaban reduciendo el número de contactos
sociales.
En concreto, mediante el seguimiento del movimiento
de los ojos, los científicos comprobaron que los consumidores de cocaína
debían esforzarse para mantener la atención en un objeto que era de
interés para un grupo de personas (atención conjunta). Por otra parte,
un análisis de la actividad del cerebro mediante resonancia magnética
funcional demostró que los drogadictos mostraban una activación reducida
de una parte básica del sistema de recompensa cerebral, la corteza
orbitofrontal. «Estas personas tienen una percepción menos positiva y
gratificante de las relaciones sociales que los individuos que no
consumen cocaína», afirma Boris Quednow, de la Universidad de Zurich.
El hallazgo, según los investigadores, resulta interesante también para
los profesionales que se dedican a la recuperación de las personas
adictas al narcótico, ya que la gratificación que deriva del
reconocimiento social constituye un factor fundamental para el éxito de
sus psicoterapias. En el trascurso de estos tratamientos, por tanto,
habría que prestar especial atención a la recuperación de habilidades
como la capacidad de «ponerse en la piel de los demás», debilitadas
precisamente por los efectos de la cocaína.
No hay comentarios:
Publicar un comentario