LA DETENCION DE LOS INTEGRANTES DE MOVADEF ME LLEVA AL RECUERDO LO SIGUIENTE
¿TERRORISMO COMBATIDO CON VIOLACIONES DE DD. HH.?
EL OJO POR OJO, EL DIENTE POR DIENTE
Han pasado 25 años desde el día en que seis miembros de la escolta presidencial Batallón Húsares de Junín murieron despedazados en una calle de Barrios Altos. Catorce años, y nadie ha pagado por esta
masacre excepto los asesinados en los Barrios Altos, pero no se ha calmado el dolor de las familias de esos soldados que fueron blanco del odio enfermizo de Sendero Luminoso y su jefe, Abimael Guzmán. Después de tanto tiempo, este crimen pudo haber quedado en el olvido como tantos otros, si no fuera porque la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) le dedicó meses de investigación y análisis. Gracias a sus miembros, este hecho que conmocionó al país e hizo sentir por primera vez a los limeños que la barbarie terrorista había llegado a la capital, ha sido puesto nuevamente en el tapete. Y en homenaje a los soldados muertos y heridos en ese hecho (la mayoría eran todavía unos adolescentes), la CVR dedicó un capítulo entero de su informe a esta masacre. Además, ha invocado a las autoridades retomar las investigaciones y no permitir que un hecho tan terrible quede impune. RUMBO A PALACIO Aquel fatídico día (3 de junio de 1989), el bus con los 46 miembros del batallón número uno de los Húsares de Junín partió un poco retrasado del cuartel Barbones en dirección a Palacio de Gobierno. El tráfico estaba pesado y el conductor, previa aceptación del oficial a cargo, tomó la ruta más corta hacia su destino. La maniobra era habitual cuando el tiempo apremiaba. Detrás salió un segundo vehículo llevando a la banda de músicos. La idea era llegar juntos -en el menor tiempo posible- a Palacio de Gobierno y relevar, con todo el espectáculo que eso representaba, al batallón militar que había cubierto el primer turno. Todo estuvo bien hasta que el primer bus llegó a la cuadra 11 del jirón Junín, frente a la iglesia Virgen del Carmen. En ese lugar, un hombre que empujaba un automóvil Volskwagen blanco (que aparentaba ser un taxi) obligó a parar la marcha de los militares. No era algo normal, pero aún así nadie se preocupó. Minutos después, el sujeto dejó el auto en medio de la pista y se ocultó entre la muchedumbre. Esto llamó la atención del vigía, quien sin embargo no imaginó de lo que se trataba. Acto seguido, un tipo que empujaba un triciclo cargado de botellas vacías se acercó al bus como queriendo invadir la vereda que estaba libre. Enseguida entró en acción un tercer sujeto que tenía un paquete extraño. Este se acercó al hombre del triciclo y le entregó un envoltorio, el cual fue puesto sobre las botellas. A los pocos segundos, mientras los Húsares de Junín descifraban si el hombre del taxi era un ladrón o un conductor irresponsable, el tipo de las botellas impulsó su triciclo contra el lado derecho del bus. Previo a ello, había activado una carga explosiva, la cual estaba en el misterioso paquete. La detonación mató en el acto a cinco integrantes del histórico regimiento militar e hirió a otros 25 (uno de ellos moriría a las pocas horas), además de destrozar el vehículo y dañar varias viviendas y autos que estaban cerca.
Los caídos
Soldado EP (SM) Antonio Bogona Monforte Soldado EP (SM) Elisbán Cueva Lliuya Soldado EP (SM) Ronny Cavero Cárdenas Soldado EP (SM) José Janjachi Toribio Soldado EP (SM) Mauro Ojeda Cárdenas Soldado EP (SM) Roberto Camacho Ramos
Cómo lo hicieron
Las investigaciones que realizó después la PNP Dincote (en ese tiempo Dircote) establecieron que los terroristas que llevaron a cabo esa cruel acción pertenecían a un comando especial de aniquilamiento selectivo. Lo conformaban tres hombres y una mujer y respondían directamente al Comité Central de Sendero Luminoso, es decir, a Abimael Guzmán. Asimismo, que planearon el criminal atentado a lo largo de un mes, mediante seguimientos especiales (reglaje). Además, que para consumar el crimen utilizaron el automóvil (de placa IG-9036) de un taxista a quien previamente secuestraron y drogaron en una calle del distrito de San Luis. Luego de consumado el robo del vehículo, se dirigieron a la zona de Barrios Altos y permanecieron esperando el paso de los Húsares de Junín por espacio de 15 minutos. Así lo dijeron los testigos. Finalmente, que la carga explosiva usada por los terroristas era una mezcla de dinamita, polvo de aluminio y anfo, con un peso superior a 12 kilos.
MASACRAN A PRESUNTO SUBVERSIVOS DE SL EN BARRIOS ALTOS, POSIBLES AUTORES DEL ATENTADO CONTRA LOS HUSARES DE JUNIN
OJO POR OJO, DIENTE POR DIENTE
El Ejercito Peruano, monto un operativo de inteligencia para dar con los responsables del atentado criminal, el 3 de noviembre de 1991 en los Barrios Altos, una zona tradicional y popular del cercado de Lima en Perú. Quince personas murieron y cuatro más fueron heridas por atacantes que posteriormente fueron identificados como miembros del Servicio de Inteligencia del Ejercito del Grupo Colina, al mando del Mayor EP Martin Rivas, . Esta masacre es vista como un símbolo de las violaciones a los derechos humanos perpetradas durante el gobierno del presidente Alberto Fujimori y fue uno de los crímenes citados por el gobierno peruano en su solicitud de extradición presentada a Japón en el 2003. El hecho perpetrado en Barrios Altos fue por el grupo colina que fue formado por Vladimiro Montesinos, por encargo de Alberto Fujimori."1 Este caso fue uno de los acontecimientos que ocurrió en Lima en los años de la violencia interna que fueron victimas personas inocentes por las fuerzas armadas del Perú.
"se produce la masacre de 15 personas perpetrada por el Grupo Colina en el jirón Huanta Nº. 840, en Barrios Altos. Los muertos son: Luis Antonio León Borja, Luis Alberto Díaz Astovilca, Alejandro Rosales Alejandro, Filomeno León León, Odar Méndez Sifuentes Núñez, Teobaldo Ríos Lira, Máximo León León, Octavio Benigno Huamanyauri Nolasco, Lucio Quispe Huanaco, Manuel Isaías Pérez, Benedicta Yanche Churi, Placentina Marcela Cumbipuma Aguirre, Nelly María Rubina Arquíñigo, Tito Ricardo Ramírez Alberto y Javier Díaz Borja."2 estas personas fueron victimas entre estas están menores de edad y este grupo colina no tuvo piedad por este niño.
Aproxidamente a las 22:30 horas del 3 de noviembre de 1991, seis individuos fuertemente armados irrumpieron en el inmueble ubicado en el Jirón Huanta No. 840 del vecindario conocido como Barrios Altos de la ciudad de Lima. Al producirse la irrupción, se estaba celebrando una "pollada", es decir, una fiesta para recaudar fondos con el objeto de hacer reparaciones en el edificio. Los atacantes del SIN del EP llegaron al sitio en dos vehículos, uno de marca jeep Cherokee y otro Mitsubishi. Estos automóviles portaban luces y sirenas policiales, que fueron apagadas al llegar al lugar de los hechos;
Los individuos, cuyas edades oscilaban entre los 25 y 30 años, encubrieron sus rostros con pasamontañas y obligaron a las presuntas víctimas a arrojarse al suelo. Una vez que éstas estaban en el suelo, los atacantes les dispararon indiscriminadamente por un período aproximado de dos minutos, matando a 15 personas e hiriendo gravemente a otras cuatro, quedando una de estas últimas, Tomás Livias Ortega, permanentemente incapacitada. Posteriormente, con la misma celeridad con que habían llegado, los atacantes huyeron en los dos vehículos, haciendo sonar nuevamente las sirenas;
Las personas sobrevivientes declararon que las detonaciones sonaban "apagadas", lo cual permite suponer que se utilizaron silenciadores. Durante la investigación, la policía encontró en la escena del crimen 111 cartuchos y 33 proyectiles del mismo calibre, correspondientes a pistolas ametralladoras;
Las investigaciones judiciales y los informes periodísticos revelaron que los involucrados trabajaban para inteligencia militar; eran miembros del Ejército peruano que actuaban en el "escuadrón de eliminación" llamado "Grupo Colina" que llevaba a cabo su propio programa antisubversivo. Diversas informaciones señala que los hechos del presente caso se realizaron en represalia contra presuntos integrantes de Sendero Luminoso"
¿TERRORISMO COMBATIDO CON VIOLACIONES DE DD. HH.?
EL OJO POR OJO, EL DIENTE POR DIENTE
Han pasado 25 años desde el día en que seis miembros de la escolta presidencial Batallón Húsares de Junín murieron despedazados en una calle de Barrios Altos. Catorce años, y nadie ha pagado por esta
masacre excepto los asesinados en los Barrios Altos, pero no se ha calmado el dolor de las familias de esos soldados que fueron blanco del odio enfermizo de Sendero Luminoso y su jefe, Abimael Guzmán. Después de tanto tiempo, este crimen pudo haber quedado en el olvido como tantos otros, si no fuera porque la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) le dedicó meses de investigación y análisis. Gracias a sus miembros, este hecho que conmocionó al país e hizo sentir por primera vez a los limeños que la barbarie terrorista había llegado a la capital, ha sido puesto nuevamente en el tapete. Y en homenaje a los soldados muertos y heridos en ese hecho (la mayoría eran todavía unos adolescentes), la CVR dedicó un capítulo entero de su informe a esta masacre. Además, ha invocado a las autoridades retomar las investigaciones y no permitir que un hecho tan terrible quede impune. RUMBO A PALACIO Aquel fatídico día (3 de junio de 1989), el bus con los 46 miembros del batallón número uno de los Húsares de Junín partió un poco retrasado del cuartel Barbones en dirección a Palacio de Gobierno. El tráfico estaba pesado y el conductor, previa aceptación del oficial a cargo, tomó la ruta más corta hacia su destino. La maniobra era habitual cuando el tiempo apremiaba. Detrás salió un segundo vehículo llevando a la banda de músicos. La idea era llegar juntos -en el menor tiempo posible- a Palacio de Gobierno y relevar, con todo el espectáculo que eso representaba, al batallón militar que había cubierto el primer turno. Todo estuvo bien hasta que el primer bus llegó a la cuadra 11 del jirón Junín, frente a la iglesia Virgen del Carmen. En ese lugar, un hombre que empujaba un automóvil Volskwagen blanco (que aparentaba ser un taxi) obligó a parar la marcha de los militares. No era algo normal, pero aún así nadie se preocupó. Minutos después, el sujeto dejó el auto en medio de la pista y se ocultó entre la muchedumbre. Esto llamó la atención del vigía, quien sin embargo no imaginó de lo que se trataba. Acto seguido, un tipo que empujaba un triciclo cargado de botellas vacías se acercó al bus como queriendo invadir la vereda que estaba libre. Enseguida entró en acción un tercer sujeto que tenía un paquete extraño. Este se acercó al hombre del triciclo y le entregó un envoltorio, el cual fue puesto sobre las botellas. A los pocos segundos, mientras los Húsares de Junín descifraban si el hombre del taxi era un ladrón o un conductor irresponsable, el tipo de las botellas impulsó su triciclo contra el lado derecho del bus. Previo a ello, había activado una carga explosiva, la cual estaba en el misterioso paquete. La detonación mató en el acto a cinco integrantes del histórico regimiento militar e hirió a otros 25 (uno de ellos moriría a las pocas horas), además de destrozar el vehículo y dañar varias viviendas y autos que estaban cerca.
Los caídos
Soldado EP (SM) Antonio Bogona Monforte Soldado EP (SM) Elisbán Cueva Lliuya Soldado EP (SM) Ronny Cavero Cárdenas Soldado EP (SM) José Janjachi Toribio Soldado EP (SM) Mauro Ojeda Cárdenas Soldado EP (SM) Roberto Camacho Ramos
Cómo lo hicieron
Las investigaciones que realizó después la PNP Dincote (en ese tiempo Dircote) establecieron que los terroristas que llevaron a cabo esa cruel acción pertenecían a un comando especial de aniquilamiento selectivo. Lo conformaban tres hombres y una mujer y respondían directamente al Comité Central de Sendero Luminoso, es decir, a Abimael Guzmán. Asimismo, que planearon el criminal atentado a lo largo de un mes, mediante seguimientos especiales (reglaje). Además, que para consumar el crimen utilizaron el automóvil (de placa IG-9036) de un taxista a quien previamente secuestraron y drogaron en una calle del distrito de San Luis. Luego de consumado el robo del vehículo, se dirigieron a la zona de Barrios Altos y permanecieron esperando el paso de los Húsares de Junín por espacio de 15 minutos. Así lo dijeron los testigos. Finalmente, que la carga explosiva usada por los terroristas era una mezcla de dinamita, polvo de aluminio y anfo, con un peso superior a 12 kilos.
MASACRAN A PRESUNTO SUBVERSIVOS DE SL EN BARRIOS ALTOS, POSIBLES AUTORES DEL ATENTADO CONTRA LOS HUSARES DE JUNIN
OJO POR OJO, DIENTE POR DIENTE
El Ejercito Peruano, monto un operativo de inteligencia para dar con los responsables del atentado criminal, el 3 de noviembre de 1991 en los Barrios Altos, una zona tradicional y popular del cercado de Lima en Perú. Quince personas murieron y cuatro más fueron heridas por atacantes que posteriormente fueron identificados como miembros del Servicio de Inteligencia del Ejercito del Grupo Colina, al mando del Mayor EP Martin Rivas, . Esta masacre es vista como un símbolo de las violaciones a los derechos humanos perpetradas durante el gobierno del presidente Alberto Fujimori y fue uno de los crímenes citados por el gobierno peruano en su solicitud de extradición presentada a Japón en el 2003. El hecho perpetrado en Barrios Altos fue por el grupo colina que fue formado por Vladimiro Montesinos, por encargo de Alberto Fujimori."1 Este caso fue uno de los acontecimientos que ocurrió en Lima en los años de la violencia interna que fueron victimas personas inocentes por las fuerzas armadas del Perú.
"se produce la masacre de 15 personas perpetrada por el Grupo Colina en el jirón Huanta Nº. 840, en Barrios Altos. Los muertos son: Luis Antonio León Borja, Luis Alberto Díaz Astovilca, Alejandro Rosales Alejandro, Filomeno León León, Odar Méndez Sifuentes Núñez, Teobaldo Ríos Lira, Máximo León León, Octavio Benigno Huamanyauri Nolasco, Lucio Quispe Huanaco, Manuel Isaías Pérez, Benedicta Yanche Churi, Placentina Marcela Cumbipuma Aguirre, Nelly María Rubina Arquíñigo, Tito Ricardo Ramírez Alberto y Javier Díaz Borja."2 estas personas fueron victimas entre estas están menores de edad y este grupo colina no tuvo piedad por este niño.
Aproxidamente a las 22:30 horas del 3 de noviembre de 1991, seis individuos fuertemente armados irrumpieron en el inmueble ubicado en el Jirón Huanta No. 840 del vecindario conocido como Barrios Altos de la ciudad de Lima. Al producirse la irrupción, se estaba celebrando una "pollada", es decir, una fiesta para recaudar fondos con el objeto de hacer reparaciones en el edificio. Los atacantes del SIN del EP llegaron al sitio en dos vehículos, uno de marca jeep Cherokee y otro Mitsubishi. Estos automóviles portaban luces y sirenas policiales, que fueron apagadas al llegar al lugar de los hechos;
Los individuos, cuyas edades oscilaban entre los 25 y 30 años, encubrieron sus rostros con pasamontañas y obligaron a las presuntas víctimas a arrojarse al suelo. Una vez que éstas estaban en el suelo, los atacantes les dispararon indiscriminadamente por un período aproximado de dos minutos, matando a 15 personas e hiriendo gravemente a otras cuatro, quedando una de estas últimas, Tomás Livias Ortega, permanentemente incapacitada. Posteriormente, con la misma celeridad con que habían llegado, los atacantes huyeron en los dos vehículos, haciendo sonar nuevamente las sirenas;
Las personas sobrevivientes declararon que las detonaciones sonaban "apagadas", lo cual permite suponer que se utilizaron silenciadores. Durante la investigación, la policía encontró en la escena del crimen 111 cartuchos y 33 proyectiles del mismo calibre, correspondientes a pistolas ametralladoras;
Las investigaciones judiciales y los informes periodísticos revelaron que los involucrados trabajaban para inteligencia militar; eran miembros del Ejército peruano que actuaban en el "escuadrón de eliminación" llamado "Grupo Colina" que llevaba a cabo su propio programa antisubversivo. Diversas informaciones señala que los hechos del presente caso se realizaron en represalia contra presuntos integrantes de Sendero Luminoso"
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