Ernesto Guerrero L.
Eran de lo peor y sin embargo se paseaban por las calles con absoluta
libertad. Los dos delincuentes que el viernes último protagonizaron un
descomunal tiroteo con la Policía tras un fallido robo en la zona
comercial de San Miguel fueron beneficiados por jueces complacientes que
les abrieron las puertas de
la cárcel pese a estar procesados por
secuestro, homicidio, asociación ilícita para delinquir y hurto
agravado, entre otros delitos muy graves.
En efecto, Víctor Manuel Palomino Salinas (40) –quien ese día perdió
la vida al enfrentarse con las autoridades– fue detenido junto a tres
cómplices el 17 de setiembre del 2013 en la calle Gregorio Albarracín,
de la ciudad de Tacna. Esa fecha iban en un auto y se disponían a
asaltar al empresario Pedro Gutiérrez, dueño de una cadena de ópticas. A
todos se les incautó armas automáticas, capuchas y otros pertrechos.
Después se comprobó que el vehículo con placa falsa Z2G-458 que usaba
la banda había sido robado en Puno a la ciudadana Luz Cáceres Alduve.
Palomino es limeño y ya tenía antecedentes por asalto a mano armada,
tenencia ilegal de armas y plagio. Por esa razón, el fiscal de Tacna,
José Vega Pilco, consiguió que sea confinado en el penal Pocollay.
El 3 de abril pasado, cuando los trabajadores del Poder Judicial
acataban una huelga indefinida, el peligroso maleante consiguió
abandonar el presidio por la puerta principal gracias a una resolución
emitida por el Tercer Juzgado de Investigación de Tacna.
Inexplicablemente se le otorgó el beneficio de ser procesado en
libertad, pese a que el fiscal Vega Pilco interpuso hasta tres escritos
oponiéndose a dicha medida.
Sesenta y cuatro días después, la tarde del viernes último, Palomino
murió en su ley. Ese día reapareció en escena cubierto con un chaleco
blindado y provisto de un fusil de guerra. Así se enfrentó a las fuerzas
del orden en el cruce de las avenidas Escardó y La Marina, muy cerca de
una sucursal de Scotiabank que, aparentemente, iba a ser asaltada.
Esta vez también se hallaba con varios cómplices en el auto robado de placa F4A-351.
Asesinó a empresario
Tremenda sorpresa se llevaron las autoridades al descubrir que el
abatido hampón estaba acompañado por otro rufián que, supuestamente,
debía cumplir arresto domiciliario.
Se trataba de Javier Arturo Theran Florián, un sanguinario homicida y
secuestrador, lugarteniente del ex capitán PNP Jhonny Vásquez Carty (a)
‘La Gata’.
A Theran se le atribuye el asesinato del empresario Jaime Lobatón
Pizarro (59), ocurrido en Miraflores el 28 de abril del 2006. Ese mismo
día, la Policía lo detuvo y le incautó la pistola con silenciador que
había usado para dar muerte al hombre de negocios.
También era procesado por los secuestros de Andrés Gude Gonzales y
Augusto Arenas Castro. Afrontaba cargos, además, por asociación ilícita
para delinquir, falsedad ideológica, etc. En octubre del 2012 el Poder
Judicial lo benefició con el arresto domiciliario, ordenando que sea
confinado en la casa de su abuelita, ubicada en Taboadita, Callao, de
donde desapareció para seguir delinquiendo.
Piden a la OCMA investigar a jueces
El presidente de la Asociación Pro Seguridad Ciudadana, César Ortiz,
exigió a la Oficina Nacional de la Magistratura (OCMA) que investigue y
sancione a los magistrados que otorgaron beneficios irregulares a los
protagonistas de este caso.
El especialista señaló que este ya es un tema recurrente en la justicia del país.
En tanto, el coronel (r) Juan Mejía, ex jefe de la División
Antisecuestros, recordó que el detenido Javier Arturo Theran integró una
banda responsable del 80% de los plagios registrados en Lima durante la
década pasada.
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