TU CUERPO Y EL AZÚCAR
Esta dulce sustancia es tan dañina para la salud que algunos expertos exigen que se regule como si fuera una droga. Para saber si la consumes en exceso, pon atención a las señales ocultas.
¿Es el azúcar más nocivo
que -por ejemplo-, la cocaína? Según un artículo publicado en la revista
Nature
en 2012, es una sustancia tóxica que debería regularse como el tabaco y el
alcohol. Los estudiantes muestran que el exceso de azúcar (ya sea en forma de
sacarosa natural o como jarabe de maíz rico en fructuosa) no sólo contribuye a
que engordemos, sino que también causa estragos en el hígado, trastorna el
metabolismo, deteriora el funcionamiento cerebral y puede hacernos vulnerables
a las enfermedades cardiacas, la diabetes e incluso al cáncer. Hasta el
momento, ninguna medida oficial se ha tomado al respecto (hay quienes culpan a
los cabilderos de la industria), y los expertos dicen que crear conciencia no
es suficiente, sobre todo porque muchas de nuestras opciones alimentarias
contienen azúcar. “Es como ver un
accidente de tren en cámara lenta”, investigadora de la Universidad de
California en San Francisco.
Pero a pesar de saber
esto, muchos de nosotros fingimos calma y volvemos a comer pastelillos. Es
posible que algunos ya estemos resintiendo los efectos del exceso de de azúcar
sin siquiera darnos cuenta. He aquí cómo resolver los problemas más comunes
para evitar daños en el largo plazo y sentirnos mejor ahora mismo.
Comer por estrés
Para recobrar la energía
o el ánimo, uno puede comerse dos barras de chocolate o un puñado de galletas;
sin embargo, el impulso es mucho más intenso. Para examinar el poder que el
azúcar puede ejercer sobre nosotros, los investigadores del abuso de sustancias
han tomado tomografías cerebrales de personas mientras comen algo dulce. Lo que
ha visto es algo parecido a la mente de un adicto: cuando prueba el azúcar, su
cerebro se activa en las mismas regiones que el de un alcohólico que bebe una
botella de ginebra. La dopamina –la llamada “recompensa química”- inunda el cerebro y aumenta el deseo de
ingerir más. El azúcar también estimula la secreción de serotonina, una hormona
calmante.
La solución. Muchos de
nosotros tendemos a comer en exceso cuando estamos estresados. Si a ti te pasa
lo mismo, comer una galleta un par días a la semana no te hará daño, pero los
demás días opta por un plato de avena con no más de una cucharada de azúcar
morena, sugiere el doctor Jeffrey Fortuna, profesor de salud y comportamiento
en la Universidad Estatal de California en Fullerton. El cereal entero te
saciará y lo dulce hará que te relajes al aumentar tu secreción de serotonina.
Niebla
cerebral
¿Te quedas con la mente
en blanco a la mitad de una junta en la oficina? Un estudio realizado por la
Universidad de California en Los Ángeles indica que el exceso de azúcar forma
radicales libres en el cerebro y afecta la comunicación entre las neuronas.
Esto puede minar nuestra capacidad para recordar instrucciones, procesar ideas
y controlar nuestros estados de ánimo, asegura el doctor Fernando Gómez –
Pinilla, autor del estudio.
La solución. Mantén tu
consumo de azúcar por debajo del límite señalado por la Asociación
Estadounidense de Cardiología: los hombres, nueve cucharaditas al día, y las
mujeres, cinco. Lee la información nutricional de los alimentos procesados que
compres; muchos postres y bebidas contienen tanta azúcar que podrías sobrepasar
fácilmente tú porción diaria. Son mejores opciones el café negro y el yogur con
arándanos y nueces, endulzado con una cucharadita de miel.
Arrugas en la
piel
Al igual que los
cigarrillos y los rayos UV, el azúcar contribuye al envejecimiento prematuro.
Cuando las estructuras de soporte de la piel –el colágeno y la elastina-, son
dañadas por el sol o por exposición a los radicales libres, las células tratan
de repararse; sin embargo, este proceso se hace lento con la edad. Y cuando el
azúcar está presente en la piel, forma enlaces cruzados con aminoácidos que
podrían haber sido dañados por los radicales libres. Estos enlaces detienen el
mecanismo de reparación y, con el tiempo, hacen que la piel se vea avejentada
prematuramente.
La solución. Una vez que
los enlaces cruzados forman, ya no se rompen, así que mantén tu consumo de
azúcar lo más cerca de cero que sea posible. “Es el enemigo”, dice el dermatólogo William Danby, profesor de la
facultad de Medicina de la Universidad Dartmounth, en New Hampshire.. Evita los
refrescos y los pastelillos procesados, y cambia los sobrecitos de azúcar por
un poco de canela; al parecer, ésta retrasa la formación de enlaces cruzados,
como lo hacen también el clavo de olor, el jengibre y el ajo.
Lentitud
corporal
Los músculos usan
principalmente carbohidratos como combustible, ya que se descomponen en
glucosa, un azúcar simple que puede acelerar tu trote matutino. Pero los
bocadillos elaborados con supuestos “edulcorantes naturales” podrían contener
sólo fructuosa, un azúcar que se metaboliza sobre todo en el hígado, no en los
músculos. Comerlos podría causarte inflamación e incluso diarrea.
La solución. Toma un
refrigerio rico en glucosa y muy bajo en fructuosa antes de hacer ejercicio,
dice el doctor Richard Johnson, profesor de medicina de la Universidad de
Colorado en Aurora. Toma una bebida deporiva como Gatorade, o come una barra
energética con una cantidad de azúcar una hora antes de realizar un ejercicio
vigoroso.
Dulce enemigo:
¿Es cierto que
el azúcar nos hace engordar?
Si, dicen los
expertos, quienes sostienen que el exceso de azúcar acelera nuestro ritmo de
almacenamiento de grasa. Los estudios indican que el azúcar tiene ciertas
propiedades que preparan al cuerpo para subir de peso, sobre todo en forma de
la peligrosa grasa abdominal asociada con las enfermedades cardiacas y la
diabetes. El hígado metaboliza la mayor parte del azúcar que comes y convierte
el resto en grasa. El exceso de grasa en el hígado aumenta la resistencia de la
insulina.
Sin embargo, David Katz,
director del Centro de Estudios para la Prevención de la Universidad de Yale,
opina que no debemos satanizar demasiado el azúcar. “El exceso de almidones,
como los de las donas endulzadas artificialmente, también puede ser dañino,
advierte. En lo que todo el mundo está de acuerdo es en que debemos reducir al
mínimo el consumo de alimentos procesados con azúcar adicionada.
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