El coronel PNP (r) Jorge Reyes Matos conseguía que
peritajes grafotécnicos practicados a documentos fraguados por la mafia
fueran validados como verdaderos por agentes de la Dirección de
Investigación Criminal de la Policía Nacional, con la finalidad de
consumar el despojo de inmuebles y terrenos a víctimas de la red de
Rodolfo Orellana.
Doris AguirreQuiso pasar inadvertido, pero no lo consiguió. Cuando la policía capturó en Huaral a Ludith Orellana
Rengifo, quien se encontraba prófuga de la justicia, estaba en una camioneta conducida por el coronel PNP (r) Jorge Reyes Matos. Los agentes de la Dirección General del Ministerio del Interior (Digimin) que participaron en la operación dejaron en libertad a Reyes y se llevaron presa a Ludith Orellana. Habían dejado escapar a un pez gordo.
Las autoridades han reparado que el coronel Jorge Reyes Matos cumplía un papel de importancia en la organización criminal de Rodolfo Orellana Rengifo. Se le atribuye haber infiltrado la Dirección de Criminalística (Dircri), especialmente en el Departamento de Grafotecnia, que se dedica a verificar la autenticidad o falsificación de documentos.
Reyes fue captado por el coronel PNP (r) Benedicto Jiménez Bacca, su compañero de la Promoción Audaz 1979, de la desaparecida Policía de Investigaciones del Perú (PIP).
Mientras que el 28 de noviembre del 2003 Benedicto Jiménez fue pasado al retiro, el coronel Jorge Reyes continuó con su carrera en puestos estratégicos. En 2007 y 2008 laboró en la División de Requisitorias, y entre 2009 y 2011, en la Dirección de Criminalística y además condujo la Escuela de Criminalística. El 1° de enero del 2012 pasó al retiro.
El coronel Jorge Reyes estaba en actividad cuando se relacionó con Rodolfo Orellana por intermedio de Benedicto Jiménez.
La República en cuatro ocasiones buscó al coronel Reyes en las direcciones que ha consignado en documentos oficiales, pero en toda las ocasiones rechazó ofrecer su versión sobre los hechos.
Peritajes exprés
Las autoridades consideran que encontrándose en funciones Jorge Reyes se puso al servicio de la red de Orellana.
Poco meses después de pasar al retiro, en julio del 2012 el empresario Vicente Díaz Arce le extendió una carta poder al coronel Jorge Reyes para que en su representación hiciera gestiones ante la División de Grafotecnia de la Dircri. La relación de Vicente Díaz y Jorge Reyes resultó tan estrecha que comparten la misma congregación evangélica "Restaurando Vidas".
Hoy Vicente Díaz Arce es acusado de lavado de activos como parte de la red de Orellana.
¿Qué papel cumplía el coronel Jorge Reyes en la organización de Orellana?
Cada vez que propietarios legítimos de inmuebles usurpados con documentos falsos fabricados por Rodolfo Orellana Rengifo o Vicente Díaz Arce solicitaban peritajes de dichos papeles al Departamento de Grafotecnia de la Policía Nacional, en ese momento entraba a tallar el coronel Jorge Reyes.
Como era un oficial conocido en la Dircri, Reyes aprovechaba de su influencia para presionar a los peritos y estos emitieran informes señalando que los documentos de Rodolfo Orellana y Vicente Díaz eran verdaderos.
Poderoso caballero
Con esta modalidad, la empresaria Norma Egas Cáceres perdió un terreno de cuatro hectáreas, en Huancayo, valorizado aproximadamente en nueve millones de dólares.
Aprovechándose de la amistad con Egas, Vicente Díaz falsificó una minuta de compra y venta para apropiarse del predio de su amiga. Inscribió el terreno a nombre de la empresa "Construcciones e Inversiones V&E".
Norma Egas lo denunció y pidió una prueba grafotécnica. El peritaje concluyó que, efectivamente, el documento había sido fraguado por Vicente Díaz.
Enterado del resultado adverso del análisis técnico, el coronel Jorge Reyes, en representación de Vicente Díaz, ofreció soborno a los peritos para que cambiaran su pronunciamiento. Como se negaron, Vicente Díaz los denunció ante la Inspectoría de la Policía Nacional y el Ministerio Público.
En sus descargos, los peritos, el mayor Javier Champac Cabezas y el superior Albert Álvarez Quispe, acusaron al coronel Jorge Reyes de pretender recompensarlos económicamente si emitían un nuevo peritaje, esta vez a favor de Vicente Díaz.
Como el empresario no consiguió su cometido, acusó ante la División de Estafas a la empresaria Norma Egas y a los peritos Javier Champac y Albert Álvarez de haber fraguado un peritaje en su perjuicio. Era una gran mentira.
Sin embargo, la División de Estafas encargó un nuevo peritaje a la Oficina de Grafotecnia de la Dirección de Investigación Criminal (Dirincri). Increíblemente, los peritos de la Oficina de Grafotecnia de la Dirincri, los mayores PNP Ángel Zabarburu Vargas y Wilfredo Ponce Herrera, opinaron que los documentos de Vicente Díaz Arce eran verdaderos.
Esto es, la Policía Nacional emitió dos opiniones técnicas contradictorias.
Mano larga
¿Cómo consiguió Vicente Díaz Arce un peritaje grafotécnico a la medida? La respuesta es obvia. Con el nuevo peritaje a su favor, Vicente Díaz Arce obligó a Norma Egas a someterse a un laudo arbitral, que fue conducido por el abogado Alberto Vásquez Ríos. Este le dio la razón al empresario, quedándose con el terreno de nueve millones de dólares.
Norma Egas no sabía que Alberto Vásquez es uno de los acusados de integrar la mafia de Rodolfo Orellana, y que es especialista en dictaminar laudos arbitrales y procesos de liquidación amañados a favor de los miembros de la red criminal.
Por negarse a recibir dinero, Vicente Díaz denunció a los peritos Javier Champac Cabezas y Albert Álvarez Quispe ante la Inspectoría General de la Policía Nacional. Era evidente que los efectivos policiales cumplieron con su trabajo, pero la Inspectoría le dio la razón al socio predilecto de Rodolfo Orellana.
El coronel PNP Luis Espejo Céspedes, padrino de promoción del coronel Jorge Reyes, emitió un informe de la Inspectoría en el que sindica a los peritos Champac y Álvarez de "extralimitarse en sus facultades".
Es decir, en haber cumplido demasiado bien su trabajo. Y los sancionó.
A raíz de este caso de evidente conducta mafiosa, las autoridades se disponen a revisar todos los peritajes grafotécnicos de la Policía Nacional que resultaron a favor de Rodolfo Orellana y su hermana Ludith Orellana, su socio Vicente Díaz Arce y a la red de empresas de la organización criminal.
El seguimiento de Vicente Díaz Arce trajo más sorpresas.
Los negocios de Díaz Arce con Rodolfo Orellana
La Fiscalía Especializada en Lavado de Activos, que despacha Marita Barreto Rivera, investiga la venta de los estacionamientos del estadio Alianza Lima. En la operación, Rodolfo Orellana transfirió la propiedad a favor de Vicente Díaz Arce.
El empresario también es investigado por apropiarse de más de 40 tiendas del centro comercial Santa Lucían en el jirón Gamarra, en La Victoria. En este caso, nuevamente intervino en laudo arbitral el abogado de la mafia de Rodolfo Orellana, Alberto Vásquez Ríos, otro investigado por lavado de activos.
Este diario llamó varias veces al teléfono de la compañía Construcciones & Inversiones, cuya dirección Vicente Díaz Arce consigna como su domicilio en Reniec. Nunca respondieron las llamadas.
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