Milagros Leiva
¿Señor de la granada?
¿Señor más que sospechoso de haber presenciado el asesinato cruel y miserable del periodista Bustios que solo cumplía con su labor?
¿Señor capitán Arturo que algún día pagará por el crimen de Bustios?
Le gustaría que digan en Twitter refiriéndose a usted:
¿Señor presidente Humala agarre a su ministro can que está con rabia?
¿Señor presidente Humala agarre a su mascota?
¿Qué ha tomado o fumado el ministro Urresti que cree tener la impunidad para atacar a periodistas y
políticos como le da su regalada gana? ¿O es así de violento en su vida cotidiana y recién lo estamos reparando?
¿Para eso quiso ser ministro del Interior? ¿Para mostrarnos su patanería?
Dios nos libre de tener un candidato presidencial como el tuitero
ministro Urresti, una copia fallida de Hugo Chávez que hizo tanto daño a
Venezuela, pero que al menos tenía humor para enfrentarse a sus
opositores.
Mi solidaridad con Juan José Garrido Koechlin, director de Peru21, y con todos los periodistas que este ministro insulta. Ahora también se le ha dado por cambiar de nombre a los periódicos que osan editorializar recordándole lo que prometió y no cumplió. ¿Esa es su “tolerancia” con el diario El Comercio y con la libertad de expresión?
No soy aprista y no creo que vaya a serlo en mi vida y como todos los peruanos he sufrido el desastre de su primer gobierno, pero la manera como ataca este ministro al ex presidente García y compañía está llegando a niveles inimaginables. ¿Le parece correcto meterse con la vida íntima de la gente? ¿Le parece correcto meterse con las mujeres que nada tienen que ver?
Tampoco soy fujimorista y ustedes saben todo lo que pienso de ese régimen, ¿pero no se supone que algo de altura tiene que haber en el debate político o mejor todo lo mandamos al tacho de la basura y prendemos fuego? Los peruanos debemos tener memoria, por supuesto, pero incluso para la memoria hay palabras contundentes que se alejan del insulto fácil y que pintan de cuerpo entero la contundencia de un ministro que es capaz de enfrentar la amnesia colectiva con argumentos.
Ya sé señor Urresti, ya sé que usted me dirá que me creo dueña de la verdad como cuando comenté que en sus narices se escapó Martin Belaunde Lossio; ya sé que usted intenta callar a todos los periodistas que lo critican y que solo le piden eficiencia en la lucha contra la inseguridad. La verdad es que no me creo nada, solo pienso que su patanería ha llegado a límites psiquiátricos. Quizá se ha cumplido lo que usted mismo vaticinó: si no atrapaba a Martin Belaunde Lossio iba a necesitar un psiquiatra, quizá haya llegado la hora de ir a terapia. Porque si algo no puede negar, aunque grite como enloquecido, es que nunca pudo atraparlo y que Belaunde Lossio salió del Perú como sale Pedro de su casa y con ese gol de arco a arco que le metió usted ha quedado tan mal parado que hoy su candidatura presidencial parece una broma nacionalista de mal gusto.
¿No era que lo tenía cercado? ¿No era que todo un comando de inteligencia estaba detrás de él? Eso es lo que algún día tiene que aclarar en lugar de insultar. ¿O su papel en este gobierno es distraer y que nos olvidemos de los asuntos de fondo? ¿Su papel es ser el troll más agresivo del Twitter para que no le recordemos que policías siguen muriendo y que sicarios siguen haciendo de las suyas en nuestro país? ¿Su misión es distraer a la prensa para que no hablemos de Ramos Heredia, Orellana, Belaunde Lossio y sus pagos extraños a la primera dama allá por el 2005? ¿Nos olvidamos de Antalsis y de Chocherin? ¿A qué juega ministro? ¿A regalar titulares a la prensa hambrienta de líos entre políticos? Explíquenos por favor cuál es su misión en este gobierno, pues la verdad es que pensamos que con su ímpetu inicial los índices de criminalidad bajarían y usted ya sabe que no ha sido así. ¿Eso es lo que quiere tapar?
Mi solidaridad con Juan José Garrido Koechlin, director de Peru21, y con todos los periodistas que este ministro insulta. Ahora también se le ha dado por cambiar de nombre a los periódicos que osan editorializar recordándole lo que prometió y no cumplió. ¿Esa es su “tolerancia” con el diario El Comercio y con la libertad de expresión?
No soy aprista y no creo que vaya a serlo en mi vida y como todos los peruanos he sufrido el desastre de su primer gobierno, pero la manera como ataca este ministro al ex presidente García y compañía está llegando a niveles inimaginables. ¿Le parece correcto meterse con la vida íntima de la gente? ¿Le parece correcto meterse con las mujeres que nada tienen que ver?
Tampoco soy fujimorista y ustedes saben todo lo que pienso de ese régimen, ¿pero no se supone que algo de altura tiene que haber en el debate político o mejor todo lo mandamos al tacho de la basura y prendemos fuego? Los peruanos debemos tener memoria, por supuesto, pero incluso para la memoria hay palabras contundentes que se alejan del insulto fácil y que pintan de cuerpo entero la contundencia de un ministro que es capaz de enfrentar la amnesia colectiva con argumentos.
Ya sé señor Urresti, ya sé que usted me dirá que me creo dueña de la verdad como cuando comenté que en sus narices se escapó Martin Belaunde Lossio; ya sé que usted intenta callar a todos los periodistas que lo critican y que solo le piden eficiencia en la lucha contra la inseguridad. La verdad es que no me creo nada, solo pienso que su patanería ha llegado a límites psiquiátricos. Quizá se ha cumplido lo que usted mismo vaticinó: si no atrapaba a Martin Belaunde Lossio iba a necesitar un psiquiatra, quizá haya llegado la hora de ir a terapia. Porque si algo no puede negar, aunque grite como enloquecido, es que nunca pudo atraparlo y que Belaunde Lossio salió del Perú como sale Pedro de su casa y con ese gol de arco a arco que le metió usted ha quedado tan mal parado que hoy su candidatura presidencial parece una broma nacionalista de mal gusto.
¿No era que lo tenía cercado? ¿No era que todo un comando de inteligencia estaba detrás de él? Eso es lo que algún día tiene que aclarar en lugar de insultar. ¿O su papel en este gobierno es distraer y que nos olvidemos de los asuntos de fondo? ¿Su papel es ser el troll más agresivo del Twitter para que no le recordemos que policías siguen muriendo y que sicarios siguen haciendo de las suyas en nuestro país? ¿Su misión es distraer a la prensa para que no hablemos de Ramos Heredia, Orellana, Belaunde Lossio y sus pagos extraños a la primera dama allá por el 2005? ¿Nos olvidamos de Antalsis y de Chocherin? ¿A qué juega ministro? ¿A regalar titulares a la prensa hambrienta de líos entre políticos? Explíquenos por favor cuál es su misión en este gobierno, pues la verdad es que pensamos que con su ímpetu inicial los índices de criminalidad bajarían y usted ya sabe que no ha sido así. ¿Eso es lo que quiere tapar?
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