La noticia de su detención llegó discreta como la bala de un francotirador. El técnico de segunda Harold Palomino se encontraba de guardia en la comisaría Juan Manuel Ingunza del Callao cuando uno de sus colegas, el técnico de segunda
Miguel Vásquez, corrió a contarle que a su casa acababa de llegar una extraña notificación judicial. Ellos, junto al técnico de tercera
Cristhian Ramos, estaban siendo acusados de homicidio simple y un juez.......
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