Los Doce Apóstoles de la Corrupción Policial.
El 2009 era columnista de opinión del Diario Correo, el 23 de Agosto página 4, hice una denuncia pública titulada "LOS DOCE APÓSTOLES" esperando
-tuviera alguna resonancia en las autoridades, en otros medios, en la opinión pública, lamentablemente no pasó absolutamente nada al respecto, pero sí represalias contra mi persona, me notificaron mi cese; llegué a enterarme, que fue por las gestiones de un Oficial General de la Policía Nacional, hoy distinguido funcionario público. En ese artículo denunciaba, que el Fondo de Vivienda Policial, el Fondo de Salud Policial, el Fondo de Apoyo Funerario, el Fondo de Seguro de Retiro de Oficiales, el Fondo de Seguro de Retiro de Suboficiales, la Asociación Mutualista de Oficiales de la PNP, la División de Educación, Dirección de Salud, Dirección de Bienestar, Dirección de Economía, Dirección de Logística y la Dirección de Protección de Carreteras de la Policía Nacional del Perú, conformaban los "doce apóstoles" del fantasma de la corrupción al interior de la PNP. Algunas de ellas como la Asociación Mutualista de Oficiales de la PNP creada para otorgar una compensación económica al Oficial que pasa el retiro, fallece o se invalida, se había convertido en una entidad financiera, inmobiliaria y prestataria, premiada como la mejor empresa peruana por la Asociación Civil Empresa Peruana del Año. Esta Asociación como los denominados Fondos, - se dijo - se nutren de las aportaciones de todos los integrantes de la PNP, en tanto que las Direcciones administran los fondos del presupuesto del Estado. Otros como el Fondo de Apoyo Funerario de la PNP ha dejado de ser una institución creada específicamente para atender a la familia policial, y hoy se anuncia como cualquier Agencia Funeraria brindando servicios a particulares, con el dinero proveniente de los aportes obligatorios de todos los policías, a quienes como en el caso de Trujillo se les brinda un servicio totalmente indigno, al haberse cancelado el convenio con el cementerio Parque Eterno que si era un lugar decente y adecuado, para celebrarlo hace aproximadamente 15 años con el cementerio Jardines de la Paz lugar donde actualmente se entierran oficiales, suboficiales y sus familiares, ubicado nada menos que en uno de los lugares más peligrosos de la Provincia de Trujillo como es el Distrito de Florencia de Mora.La corrupción en la PNP, como en otras instituciones privadas y públicas, es sistémica y se manifiesta de diferentes formas, quizás las menos graves son aquellas más visibles: pedidos de dinero o prebendas por efectuar algún servicio, o la que tiene que ver con procesos internos en los que se cobra por efectuar trámites, cambios de colocación, anulación de sanciones, ingresos a cursos, a las escuelas, ascensos, entre otros. Pero la más grave sin duda alguna y la que genera el mal ejemplo, es aquella de carácter administrativo proveniente de altos mandos policiales en grandes adquisiciones y licitaciones, en administración fraudulenta de recursos del estado y aportes de policías, en aprovechamiento ilícito de gananciales que no les corresponde y en su complaciente actuación como integrante de directorios de las "empresas policiales" en donde reciben dietas y comparten beneficios al estilo de cualquier empresa privada a sabiendas que estas empresas se lucran de manera contraria a los fines de su creación y funcionamiento.
Los "doce apóstoles" son las más identificables instancias de la Policía peruana cuya existencia impuesta, obligada y abusiva, - dije en ese entonces -, habían convertido a un sector privilegiado de Oficiales PNP en Empresarios, Financistas, Prestamistas, Gerentes, Directores de Empresas, Adquirientes de Material Médico y Medicinas, Administradores de Fondos de Pensiones, Retiros y demás recursos del Estado, sin un adecuado control ni fiscalización. Allí es donde debería empezar el sistema anticorrupción en la PNP, limpiando lo malo de su interior, en vez de pretender engañar a la sociedad, pasando al retiro a los Policías que no convienen a los intereses del sistema enquistado fuertemente al interior de la institución policial. La cadena se rompe por el eslabón más débil, la corrupción a mi parecer sigue siendo evidente, probablemente hoy con nuevas modalidades y nuevas organizaciones. Veamos algunas muestras, hoy en día seguimos viendo patrulleros de la Policía de Carreteras estacionados a los costados de las carreteras porque no tienen suficiente combustible para patrullar, profesores de las escuelas de formación de la PNP a quienes la Dirección de Educación y Doctrina adeuda sus pagos por servicios prestados en algunos casos por más de un año. Un Fondo de Vivienda Policial que se sigue alimentando de sus aportantes, bajo clausulas leoninas y que en algún momento sobrevaluaron terrenos para construir casas que ahora ya no construye. Vivimos nuevos tiempos, se denuncian Presidentes, Ministros, Vice Ministros y altos funcionarios de gobiernos salientes por enriquecimiento ilícito, tráfico de influencias, corrupción: considero que es hora que el actual Ministro del Interior ponga atención en los DOCE APÓSTOLES de la Policía Nacional y verifique si la situación actual es la correcta o todavía existen visos de corrupción que observé el año 2009; una vez más hago pública esta denuncia a través de la redes sociales.
Hugo Muller S.
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