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17 feb 2017

El megacutron Alan Garcia Perez y algunos de sus anticuchos.

Suriel Chacon
Atención: fíjate bien en el cacharro de este “patita” de nombre Sergio Siragusa, quien, a estas alturas, sería el Jorge Barata de la década de 1980 y 1990. Hoy, damas y caballeros, les voy a contar una historia que todo el
país tiene que conocer. Aquí empezamos: En el primer gobierno de Alan García hubo muchísimos escándalos políticos; la prensa, de aquel entonces, lo reportaba con más acuciosidad que ahora: pero de alguna manera, el APRA de García Pérez, tenía argumentos legales (leguleyadas) para defenderse. Sin embargo, ya cuando el caballerete expresidente había enviado al talud (precipicio) a todo el país, y nos había sumido en la más profunda fatalidad. Años después, para ser más exacto en 1993, apareció un sujeto muy decidido a delatar a García Pérez. ¿Cómo se llamaba ese denunciante? Sergio Siragusa Mule. Un ciudadano italiano, quien resolvió sin resquemor o alarma delatar al citado expresidente de la República ante fiscales italianos y peruanos. Este inversionista extranjero declaró que: “había pagado cifras millonarias de dinero en calidad de soborno al expresidente, Alan García Pérez, con el objeto de ganar la licitación pública para la construcción del Tren Eléctrico de Lima”. Así es, la misma megaobra que actualmente está en el ojo de la tormenta. No bien que estalló el escándalo de Odebrecht y Camargo Correa en Perú: y apresaron a: Cuba, Luyo, Navarro, Tejada, Huerta me acordé con claridad del tal Sergio Siragusa y dije en voz muy alta: “pero sí es la misma historia del primer gobierno de Alan García, solo que ahora cambiaron de personaje: ya no es el tal Siragusa, sino ahora es el tal Barata. ¡Carajo!”. Allí no más, la Interpol lanzó la alerta roja para capturar a Toledo Manrique, e investigando hallé información que, sin lugar a dudas, los jóvenes del Perú desconocen por completo. Pues es importante precisar que en la historia política de Perú hubo más alertas rojas que emitió la Interpol; por ejemplo, en 1995 hubo una alerta roja para capturar a Alan García por el mismo delito (enriquecimiento ilícito) que Alejandro Toledo, para ese entonces, García Pérez había fugado a Colombia. Y muchos años después (2003), hubo otra alerta roja contra Alberto Fujimori; éste último fugó a Japón. García Pérez estuvo en la lista de la Interpol con una alerta roja. Lo más insólito es que era requerido por el mismo delito que Toledo Manrique, pero lo más risible aún es que ahora el líder aprista posea la gran desfachatez de catalogar como: MEGACORRUPTOS a los demás políticos (Fujimori, Toledo, Ollanta). Francamente solo me queda decir: ¡Qué tal cuajo! Sigamos, en 1993 la justicia italiana y peruana acusó a García Pérez de haber recibido sobornos millonarios para que él a través de sus influencias ayude al consorcio Tralima a ganar la licitación pública para construir la megaobra: “el tren eléctrico de Lima”. El empresario Sergio Siragusa Mule. O sea, el Jorge Barata de la década de 1980 y 1990. Superintendente del citado consorcio declaró ante un fiscal de Italia, lo mismo que está declarando (ante un fiscal de Brasil) Jorge Barata contra Alejandro Toledo: “Alan García y el exprimer ministro italiano Bettino Craxi se beneficiaron de un pago millonario, corrupto e ilícito”. Pasaron los meses: y Siragusa vino a Lima a declarar ante la fiscal peruana, Flor de María Maita, en ese momento, Sergio Siragusa Mule, afirmó que había dado en calidad de soborno US$ 200 mil en efectivo a Alan García Pérez, pero eso no era todo, sino que había hecho más depósitos a cuentas bancarias en el exterior (paraísos fiscales: Gran Caimán) por un total de US$ 480 mil. Además precisó que él y García Pérez llegaron a estos acuerdos en un viaje oficial que realizó el líder aprista a Yugoslabia, exactamente en 1989. Es decir, la misma historia que Alejandro Toledo, quien se reunió con Jorge Barata en Brasil, Río de Janeiro: “García me invitó a reingresar en la sala dejando fuera a mi acompañante. Una vez solos, me entregó dos trozos de papel con número e instrucciones de dos bancos. En tono gracioso me dijo que él no podría recibir menos que Bettino Craxi, y que por lo tanto hiciese lo necesario, estando él dispuesto a recibirlo gradualmente”, declaraciones que yacen en el testimonio oficial de Siragusa; y que por cosas del destino se filtraron a los hombres de prensa de aquella época. Testimonio extraído de los archivos del Diario La República. Eran los años 1988 y 1989 y Siragusa estaba experimentando dificultades económicas en/con el consorcio que tenía bajo su responsabilidad, y había demorado en pagar los sobornos, según su declaración, y fue a reunirse personalmente con Alan García (en ese entonces presidente) para explicarle la real situación. Siragusa Mule declaró ante la Fiscalía de Perú que: “se dieron dos depósitos, pero faltaba una tercera para poder completar la suma pactada: en enero de 1990 se pudo saldar por fin todo el dinero acordado” enfatizó Siragusa Mule. Llegó la noche del 5 de abril de 1992, al autoritario Alberto Fujimori disolvió el Congreso de la República y realizó el sonado “autogolpe”: informan que esa noche militares armados habían ido a la residencia ubicada en Chacarilla de García Pérez, con el objeto de capturarlo. Sin embargo, el citado político ya se había fugado a Bogotá, Colombia. Las evidencias contra García Pérez en 1993 y 1995 eran muy pesadas, al igual que las de Alejandro Toledo en la actualidad, el proceso judicial siguió su curso en Italia y Perú. El delito que pesaban sobre él era: enriquecimiento ilícito. Y por ese motivo, en 1995 la justicia de Perú solicitó a la INTERPOL que emita una alerta roja para capturarlo en cualquier lugar del mundo. En ese periodo, Alan García estaba en calidad de reo contumaz; repito, la misma condición que posee Toledo Manrique, hoy por hoy. Y finalmente en el 2001 prescribieron sus delitos, pues la defensa de García Pérez poseía el argumento: “El expresidente Alan García es inocente. Ese dinero se depositó a cuentas bancarias en entidades financieras de Gran Caimán a nombre de Alfredo Zanatti, (una suerte de Josef Maiman) brazo derecho y financistas del APRA, pero repetimos no fueron a las cuentas bancarias de García Pérez, sino a las cuentas del indicado financista”. ¿Alejandro Toledo podrá utilizar el mismo argumento, dado que Jorge Barata depositó el dinero a las cuentas del empresario Josef Maiman, y no a las cuentas en los paraísos fiscales del expresidente, Alejandro Toledo? =====================================
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