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27 ene 2013

LOS AMIGOS (POR CARLOS RETAMOZO)

6 consejos para conservar los amigos
La amistad es uno de los pilares que sustentan nuestra vida. Como han constatado cientos de estudios, el contacto con nuestros amigos influye de forma determinante en nuestro bienestar psicológico, algo que todas las personas que han perdido a un amigo han comprobado tarde o temprano.

Tener buenos amigos es casi un requisito vital que influye, incluso, en nuestra salud física. Aunque se trata de un campo que habría que estudiar con más detenimiento, existe una relación estadística entre las redes sociales que mantiene una persona y su longevidad, tal como han confirmado recientemente varios estudios. No en vano, la pérdida de los amigos, ya sea por la pérdida de contacto o por la muerte de éstos, es una de las mayores fuentes de preocupación de las personas mayores.

En el libro The Top Five Regrets Of The Dying (“Los cinco lamentos de los moribundos”, en inglés), Bronnie Ware, una enfermera de cuidados paliativos, asegura que una de las cosas que más lamentan los enfermos terminales en su lecho de muerte es haber perdido el contacto con sus amigos. Lo cierto es que, quizás por la propia dinámica de nuestra sociedad, a medida que nos hacemos mayores tendemos a encerrarnos en nuestro entorno cercano, olvidando a nuestros amigos durante largas temporadas. Al llegar al final de nuestras vidas nos lamentamos profundamente de no haber mantenido los lazos de amistad y no haber dedicado a nuestros seres queridos el tiempo que se merecían.

Las amistades hay que cuidarlas. Igual que el “roce hace el cariño”, la distancia hace que éste desaparezca, y todos hemos perdido amistades por desidia o, lo que es peor, por no saber perdonar y ser demasiado orgullosos. Cuidar a los amigos no es sencillo, pero será más fácil si tenemos en cuenta estos seis consejos.


Sé honesto

Una amistad sin sinceridad no es una amistad. En el momento en que nos sorprendemos mintiendo a un amigo u ocultando lo que vamos a hacer para evitar su compañía, debemos plantearnos si realmente nuestra amistad es verdadera. Podemos tener muchos conocidos, pero un verdadero amigo es aquel al que tratamos con la máxima sinceridad. La única manera de conectar realmente con una persona es abriéndonos (psicológicamente) ante ella. Y sólo las amistades sinceras perduran en el tiempo.
Aprende a superar los desencuentros

La amistad no es siempre un camino de rosas. Es habitual que surjan desencuentros incluso con nuestros amigos más cercanos, pero es precisamente la habilidad para solucionar estos lo que refuerza las amistades. Cuando conoces a alguien muy bien sabes perfectamente cuáles son sus fortalezas, pero también cuáles son sus debilidades. El refrán es claro al respecto, “quien más te quiere te hará llorar”. En momentos de tensión podemos hacer mucho daño a nuestros amigos y ellos pueden hacérnoslo a nosotros. Para que una relación dure en el tiempo tenemos que saber perdonar. El rencor es, de largo, el mayor enemigo de la amistad.
Muestra aprecio
Un verdadero amigo es aquel con el que no desaparece el contacto, aunque la vida te haya separado de él más de lo que querríais ambos. Si descuidamos a nuestros amigos, aunque sea de manera inconsciente, la relación acabará enfriándose hasta desaparecer por completo. Es sencillo que esto nos ocurra con los amigos que, por una razón u otra, ya no viven cerca nuestro, pero ocurre también con personas con las que convivimos a diario. La amistad no implica necesariamente una cercanía física, pero sí un cariño, un contacto sincero y una gratitud permanente. Si tratamos a nuestros amigos de forma rutinaria, sin compartir nuestra amistad más allá de los convencionalismos, ésta puede enfriarse del todo, aunque nuestro amigo viva en la casa de enfrente.

Preocúpate por saber lo que quieren tus amigos

Uno de los mayores problemas que pueden aparecer en una amistad es el egoísmo. Si utilizamos a nuestros amigos para satisfacer nuestras propias necesidades estos acabarán cansándose de nosotros tarde o temprano. Cuando estamos con un amigo no sólo tenemos que hacer lo que nos gusta a nosotros, también lo que le gusta a él. La amistad, en definitiva, es una relación necesariamente reciproca. No sólo tenemos amigos para divertirnos, tenemos amigos para que nos apoyen, y se sientan apoyados por nosotros.
Sé humilde en tus expectativas

En ocasiones nuestros amigos, por buenos que sean, nos decepcionan. Todos podemos pasar una mala racha. Es normal sentirse herido si nuestro mejor amigo se olvida de nuestro cumpleaños, no nos coge las llamadas durante un tiempo, o nos ayuda cuando se lo hemos pedido, pero debemos confiar en que será una actitud pasajera. Todos tenemos fallos. Y, aunque todo tiene un límite, no cometas el error de perder por completo el contacto con tus amigos, nunca es tarde para recuperar una amistad.
Practica el altruismo

Un buen amigo es el que está siempre dispuesto a hacerte un favor, sin esperar nada a cambio, pero también es la persona que sabe decirte a la cara que estás haciendo algo mal. Cuando conocemos bien a una persona es muy fácil caer en el cinismo, evitando las cosas que nos disgustan, y aprovechando las que nos agradan, pero es un comportamiento que a la larga debilita la amistad. En las relaciones personales es mejor hacer lo correcto, que ser correcto. Si hacemos algo que enfada a nuestro amigo, pero lo hacemos por su bien, al final acabará agradeciéndonoslo. Igual que se lo agradeceríamos nosotros.

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