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9 ene 2013

LOS INCAS EXPLORADORES

Túpac Yupanqui explorador.


    Durante el siglo XV, fueron los navegantes portugueses los que más
habían ensanchado el mundo que conocía Occidente. A lo largo de esa
centuria, los predecesores, contemporáneos y quienes siguieron el afán
explorador de Enrique el Navegante o Vasco da Gama, en suma, habían
tocado las costas del Brasil, bordeado prácticamente todo el litoral
africano, tocado parte de las orillas de India y hecho algún escarceo
por las costas de Groenlandia y América del Norte, lo que no era poca
cosa.

    Pero desde puertos aún ignorados por las metrópolis europeas, otros
viajeros, sin contar con galeotes o instrumentos de medición
tan
sofisticados, iban haciendo sus propios trazos, a punta de balsas y
velas, en ese vasto fresco geográfico que es el mapamundi.

    Y los antiguos peruanos no fueron precisamente ajenos al antiguo y
venerable arte de hacerse a la mar. Túpac Yupanqui (1440-1485) -hijo de
Pachacútec, décimo inca del Cusco y segundo emperador del Tahuantinsuyo-
 fue no solo el responsable de la más importante expansión territorial
inca, sino además el líder de una expedición marina que marcaría un hito
 en la historia de la navegación, al haber arribado, por primera vez, a
las islas de Mangareva y Pascua, convirtiéndose ni más ni menos que en
el descubridor de Oceanía.

    Pero no sería esta la primera de sus aventuras oceánicas. Cuando se
hallaba en pleno proceso expansionista por la costa norte del Pacífico,
entre los actuales territorios de Perú y Ecuador, Yupanqui tuvo ocasión
de conocer de cerca la habilidad para la navegación que tenían los
lugareños y, más aun, basado en sus relatos, dedujo la posibilidad de
que existieran tierras desconocidas en el centro del océano. Y no se
equivocó, pues aquello que excitaba la imaginación del inca eran las
Islas del Poniente.


    Rumbo a las Galápagos

    A 965 kilómetros de las costas de Ecuador se encuentran las islas
Galápagos, un archipiélago de trece islas que distan entre 85 y 100
kilómetros entre sí. Su aspecto es volcánico, su flora pobre; pero su
fauna, en conjunto, debe haber sido lo más cercano al paraíso que
conoció Charles Darwin, el gran naturalista del siglo XIX.

    Pero algunos siglos antes, Túpac Yupanqui habría arribado a la
Isabela, la isla mayor del conjunto, identificada en el imaginario
mítico como Isla de Fuego o Ninachumbi, pero el inca no habría logrado
dar con el oro ni las personas mencionadas por sus informantes,
información que además corroboró el nigromante Antarqui, que acompañaba
al inca en todos sus viajes. La Isabela, pues, estaba deshabitada.

    Yupanqui, por otro lado, tenía otras motivaciones para emprender
este viaje, más allá del simple afán de riqueza. Una de ellas, acaso la
más poderosa, era que en el mar del Hurín Pacha (mundo de los nacidos)
moraba Kon Ticsi Huiracocha, de modo que el viaje encerraba también un
propósito místico-religioso, ya que pretendía un encuentro con el
Hacedor del Universo.

    Lo cierto, en todo caso, es que habría estado deambulando,
maravillado, entre enormes tortugas, iguanas de más de un metro de
longitud e imponentes lobos marinos, para no olvidar por lo menos veinte
 especies de aves, como cormoranes, rabihorcados, pájaros bobo o
pinzones. Pero de oro nada y de Kon Ticsi menos.

    Es obvio que volver al Cusco solo con el recuerdo de una fauna
extraña no correspondía a su investidura. Por eso decide proseguir su
viaje, sin saber que cruzaba la línea equinoccial, para dirigirse a
Auachumbi, la Isla de Afuera, que en realidad debe haber sido Terarequí,
 la más grande de las Islas de las Perlas, en mar panameño.

    Terarequí era llamada también Isla Rica, Isla del Rey e Isla de las
Flores y en su "Décadas del Nuevo Mundo", el erudito italiano Pedro
Mártir de Anglería aseguraba que allí podía uno pasársela opíparamente
alimentado, debido a su abundancia de frutos, peces, ciervos, conejos y
otros manjares en medio de su verdísima exhuberancia tropical.

    Y de esa misma isla, o tal vez de la costa panameña, debieron
provenir los trofeos que exhibió el inca al retornar a la ciudad
imperial: hombres de piel oscura -melanodermos, que pudo recoger también
 en Oceanía o en la Isla de Pascua- y cueros y restos de animales
desconocidos, que algunos cronistas de Indias confundieron con un
caballo.

    VIAJE A OCEANIA.



    EMULANDO EL VIAJE DE TUPAC YUPANQUI EN TIEMPOS ACTUALES

    Thor, quien obtuviera fama mundial por su hazaña de llegar de Perú a
 la Polinesia en la balsa Kon-Tiki, con lo que confirmó su teoría de que
 los indígenas incas eran avezados navegantes.

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