Juan Aguilar D.
SUPERVIVENCIA
“No me duelen tanto las acciones de la gente mala; como me hiere profundamente, la brutal indiferencia; de la supuestamente gente buena”
Las funciones policiales, siempre a lo largo de la historia; en todo el mundo han sido objeto de ambición, por poseerlas; es así que numerosas instituciones realizan innumerables y considerables
esfuerzos; por tratar de que estas, le sean concedidas, lográndolo en ya no pocas oportunidades, por la decidía, negligencia y especialmente la pereza de los Comandos Policiales, que no implementan política institucional, alguna; para contrarrestar dichas acciones.
Lo último de lo cual tenemos conocimiento es la implementación en Honduras, de Batallones de Policía Militar (fuerzas netamente militares, y no como podría creerse fuerzas de policía militarizadas), para realizar funciones policiales de interdicción en Trafico Ilícito de Drogas o Narcotráfico, hacemos presente que en dicho país existe una fuerza policial establecida, dentro de cuyas labores se encuadraba estas funciones.
En España, hace algunos años se implemento y viene funcionando a completa satisfacción de la población, la Unidad Militar de Emergencias (UME), que cumple labores preventivas y ejecutivas en casos de desastres naturales y otros eventos que pongan en riesgo la integridad física de la población y territorio interior español, incluso una Delegación del Comando Conjunto de nuestro país ha efectuado un estudio “in situ” sobre el particular, para tratar de adecuar dicha experiencia, en nuestro territorio.
En México, conocemos también que se han empleado y se emplean fuerzas militares en labores netamente policiales de interdicción de Tráfico Ilícito de Drogas o Narcotráfico, obteniendo algunos éxitos, al lograr la captura de importantes “capos” o dirigentes de dichas organizaciones criminales.
En todos estos lugares al igual que en nuestro país, los Comandos Policiales, han resultado ineptos y dan muestras de una marcada incapacidad, para implementar políticas y acciones, que defiendan sus fueros institucionales. Parecería más bien que están de acuerdo en que se medre la competencia de las fuerzas de Policía.
En el caso especifico de nuestro territorio, es mas venimos siendo objeto de permanente acoso, por parte del Ministerio Publico o Fiscalía, que aprovechando muy bien, las facultades que les concede la Ley, de “dirigir e intervenir en la investigación de los delitos desde la etapa policial”, intentan y quieren mayormente, volvernos simples auxiliares, sin comprender muchas veces que para logar éxitos, en la lucha contra el crimen; debemos de trabajar juntos y no subordinados unos a los otros.
Las fuerzas de “Serenazgo”, por esa misma desidia y negligencia, cada día avanzan más en su intención de convertirse en “Fuerzas de Policía Local”, apoyados para tal fin con “personal policial que en su necesidad de obtener ingresos para mejorar su diario vivir, se ven en la obligación de vender los conocimientos que adquirieron al interior de la Institución”, resultando sin querer; nuestros propios enemigos.
Como vuelvo a repetir, lo peligrosísimo; de esta situación es la “INDIFERENCIA”, del Alto Comando Policial, que desde hace muchísimo tiempo no hace nada por revertir tal situación; no tenemos conocimiento de que exista política o planeamiento, sobre el particular, para contrarrestar esta situación, que ya linda con la supervivencia. Es por ello, que todo el personal en sin excepción y sin distinción de su situación policial (Actividad, Disponibilidad o Retiro), debe de involucrarse en esta dramática lucha, que afecta nuestra existencia, pues los que estamos fuera del Instituto, solamente dejamos de vestir el uniforme, pero solo dejaremos de ser Policías, con la muerte.
Claros ejemplos de que esto; si se puede lograr, es la situación actual en que se encuentran, a nivel Sud-América, la Policía Nacional de Colombia y Carabineros de Chile, en que Comandos preocupados por el desarrollo y fortalecimiento institucional, desarrollaron políticas y acciones adecuadas, para tal fin, consiguiendo prestigiar a las mismas; logrando que las mismas sean consideradas insustituibles en las sociedades en las cuales desenvuelven sus labores.
“No llores después como mujer; lo que ahora, no supiste defender como hombre”
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