LA CORRUPCIÓN EN LA POLICÍA ORIGINAL AQUI
Conferencia
dictada en el Instituto de Criminología de la Facultad de Derecho de la
Universidad de Liége, por D. Javier Gamero Kinosita, miembro
de la Sociedad Europea de Criminología y la Asociación Internacional de
Policía – Sección Perú y representante de la Legión de Honor de la
Benemérita Guardia Civil del Perú.
HACIA LA CONSOLIDACIÓN DE LA INTEGRIDAD Y ÉTICA POLICIAL[1]
lic.iur. Javier Gamero Kinosita, LL.M.[2]
La corrupción en la policía constituye
hoy en día, en distintas latitudes, una de las principlales
preocupaciones sociales y por consiguiente una temática de estudio de la
política criminal contemporánea, ya que ella tiene un efecto
profundamente corrosivo en la sociedad socavando el sistema de la
autoridad democrática establecida y amenazando permanentemente la
seguridad de la ciudadanía. Un mal o lacra social que, en opinión del
Dr. Tim Prenzler, investigador del Consejo de Investigación en Asuntos
de Seguridad y Policía de la Universidad de Griffuth, Brisbane,
Australia[3]
adopta camaleónicamente muy variadas formas, dando lugar a una amplia
gama de inconductas en el ejercicio de la profesión, que ván desde las
faltas más nimias hasta los más execrables delitos, tales como desde el
dejar pagarse un café, o vender boletos de rifas que las mismas
instituciones policiales organizan, aprovechando una intervención de
control policial, hasta la fabricación o eliminación de evidencias de
una hecho delictivo o involucrarse en asesinatos o tráfico ilícitos de
drogas.
La corrupción policial promueve el
crimen organizado y fomenta el debilitamiento del gobierno, la
desconfianza pública, la resistencia a la autoridad y estimula en la
población la falta de cooperación con la policía. Ella se da muchas
veces en medio de escándalos públicos y notoriedad.
- I.CATEGORIZACIÓN DE LA MALA CONDUCTA DEL PERSONAL POLICIAL
- 1.Corrupción clásica
Comprende a los
funcionarios policiales que aprovechan de su posición para beneficio
personal. Un típico ejemplo es el soborno, que implica un pago para que
la policía no cumpla con su deber. Esta corrupción clásica abarca
también la obtención de beneficios a través de la apropiación de bienes
de la escena del crimen o el robo del patrimonio de personas en custodia
o de la reventa de droga incautada o la venta de información
confidencial. La corrupción clásica comprende también obsequios o
descuentos.
Muchas veces se le denomina también la “corrupción insignificante” porque
los beneficios son usualmente pequeños en valor pero que suponen de
todas formas una expectativa de tratamiento policial favorable o una
concesión de parte de la autoridad en favor de quién otorga una ventaja
económica o regalo.
- 2.Corrupción en el proceso de investigación judicial
Comprende
alteraciones o fabricaciones deliberadas de evidencias que inducen a
error judicial. Víctimas de este tipo de corrupción pueden ser tanto
inocentes como culpables. Este tipo de corrupción está orientado a la
tergiversación del curso de la justicia en las cortes penales .
Modalidades usuales de actuación policial en este rubro son el
ocultamiento de evidencias contrarias o cuando las informaciones son
obtenidas de fuentes ilegales, coerción a sospechosos para realizar una
confesión, denegación de asesoramiento legal o cuando los sospechosos no
son informados de sus derechos.
- 3.Fuerza excesiva o brutalidad
Comprende una amplia
gama del empleo de fuerza injustificada tales como el cacheo o registro
excesivo, la tortura o el asesinato . El abuso verbal, la intimidación y
las amenazas de violencia pertenecen a esta categoría, así como la
persecución peligrosa de vehículos a alta velocidad, lo cual constituye
una amenaza física. La capacidad de la policía de recurrir al uso de la
fuerza está normalmente restringida a una fuerza mínima, razonable o
proporcional requerida cuando la policía interviene para proteger
personas o arrestar a sospechosos que ofrecen resistencia o en un acto
de auto-defensa. Acciones tales como disparos a sospechosos huyendo o
registros arbitrarios a las personas son ilegales.
- 4.Comportamiento indebido e indisciplinado en el servicio
En esta categoría se
encuentran actuaciones incorrectas hacia el público, tales como faltas
disciplinarias o mala conducta. Muchas veces no se persigue en este tipo
de hechos un beneficio material directo, verbigracia tenemos, la
discriminación racial y sexual, el acoso sexual, la incivilidad o
descortesía, inacción y pereza, abandono a las víctimas del crimen o
rehusarse a colaborar con otro cuerpo policial o autoridad competente en
la persecución del delito. De igual forma cuando la decisión de la
investigación policial se realizan parcial y deliberadamente para
favorecer a amigos o familiares (nepotismo) y arremeter contra los
enemigos. Aquí pueden incluirse partidos políticos o activistas de
determinados grupos sociales. También corresponden a este rubro el uso
del estatus policial para zanjar disputas privadas.
- 5.La corrupción interna
Incluye el
hostigamiento al personal subordinado (inclusive también el acoso
sexual), la discriminación o el favoritismo en los cambios de
colocación, la promoción y ascensos, otorgamiento de becas de estudios y
viajes al extranjero. Las faltas y delitos en el ámbito administrativo,
tales como sustracción de recursos económicos para combustibles,
repuestos de vehículos, compras y adquisiciones de vehículos, armamento y
equipos policiales, etc.
- 6.Comportamiento indebido fuera del servicio
Incluye la comisión
de ofensas y conductas inapropiadas del personal policial cometidas
fuera del servicio pero que afectan negativamente el trabajo policial,
tales como el lenguaje abusivo, grosero y procaz, agresiones , conducir
en estado de ebriedad, no respetar las señales de tránsito.
- II.CAUSAS DE LA MALA CONDUCTA DEL PERSONAL POLICIAL
Las formas del mal
comportamiento del personal policial son diversas y complejas, las
causas del mal comportamiento del personal también lo son; dando lugar a
que los criminólogos y estudiosos de la política criminal hayan
identificado distintas categorías de los factores causales.
Un factor inicial lo identifican en el reblandecimiento de la moral individual. Es frecuente que que el fracaso moral personal
constituye un elemento esencial para dar inicio a decisiones de
actuación que colindan con la corrupción. Sin embargo la sostenibilidad
de la corrupción está normalmente ligada a factores que van mucho más
allá del plano individual. Esto implica por lo general una combinación
de elementos que confluyen tanto en el marco de la organización policial (por ejemplo mecanismos inadecuados de control y supervisión o ausencias de programas preventivos) como en el plano exterior, vale decir en el ámbito social y político.
El Dr. Prenzler distingue dos factores que coadyuvan a la corrupción del personal policial: la estructura y la cultura. Ellas impiden muchas veces aplicar a su favor esa vieja premisa popular, la denominada “teoría de la manzana podrida”.
Una manzana malograda debe ser inmediatamente extraída, de lo contrario
contagiará al resto y se terminarán pudriendo todas. Las influencias
estructurales y culturales impiden muchas veces separar de las
instituciones policiales a los malos elementos que mellan el prestigio
de la institución.
- 1.Estructura
La perspectiva
estructural de la tarea policial (funcional-estructural) está inmersa en
un sistema social y roles institucionales mucho más amplios. Ella es
solo un elemento del sistema de justicia social. Desde esta perspectiva
el Dr. Prenzler advierte, que las oportunidades de una corrupción
primaria derivan directamente de la función represora de la policía.
El trabajo policial implica un contacto frecuente con criminales, que
están ávidos y dispuestos a brindar ciertos beneficios o ventajas para
evitar la intervención policial y por ende la persecución penal.
El problema se agrava
cuando existe una gran demanda social para actividades ilícitas, tales
como el comercio ílegal de licor, drogas, pornografía, prostitución, lo
que origina el establecimiento de redes de corrupción de largo alcance.
Un factor adicional viene a ser la alta dispersión del trabajo policial,
lo que limita el monitoreo y supervisión de la tarea diaria que realiza
el personal policial. El personal de baja graduación y que está
disperso a lo largo y ancho del territorio nacional gozan, en el
ejercicio de sus funciones, de bajos niveles de control y supervisión
por parte de la superioridad, además de disponer de altos niveles de
decisión y discreción, lo que les da un amplio margen para cometer una
infracción y evitar ser detectados.
El trabajo policial es altamente compartimentalizado,
la investigación policial y represión del crimen es una trabajo muy
reservado, que se reliza de manera discreta presentando oportunidades
para delinquir. Por lo general el personal policial encargados de
prestar servicios en Unidades Anti-narcóticos terminan involucrados en
corrupción, envueltos en negocios altamente lucrativos
La corrupción en los procesos de investigación policial y judicial pueden ser la respuesta directa de la frustración policlal
por las limitaciones o restricciones del debido proceso. Muchas veces
la policía se siente presionada a fabricar evidencias con el fin de
llevar a los culpables a los tribunales de justicia en corto tiempo. Se
trata de una presión tanto política como social. Los medios de
comunicación incrementan de una manera esta presión.
La brutalidad policial es también influenciada por esta presión social recurriendo muchas veces el personal policial a la denominada justicia callejera. El
personal policial a veces se siente impotente de poder prevenir y
reprimir la conducta criminal recurriendo a un exceso de sus poderes. Me
refiero a los Escuadrones Polciales de la Muerte. Los sindicatos policiales y las instituciones polciales mismas
se han mostrado notoriamente defensivas con respecto a colegas
corruptos. Otro factor funcional-estructural es que los funcionarios de
policía constantemente son objetos de provocaciones y tentaciones a
recurrir al uso excesivo de la fuerza.
- 2.Cultura
Un segundo gran
factor del mal comportamiento del personal policial en opinión del Dr.
Prenzler es el concepto de cultura organizacional vigente en la
institución policial. Se entiende por cultura todo el conjunto de
identidades, valores, actitudes, creencias, tradiciones, códigos no
escritos, símbolos, rituales y hábitos. La cultura ocupacional de la policía o subcultura policial ha sido objeto de un profundo estudio en la política criminal contemporánea.
El secreto y la solidaridad proteccionista son elementos básicos dentro de esta perspectiva cultural. El código del silencio ha neutralizado todos los esfuerzos para controlar la corrupción.
La cultura de la solidaridad y el cinismo
proveen una justificación moral para la corrupción. Esta solidaridad se
extiende aparentemente hasta una incapacidad crónica de la policía de
investigar desapasionadamente el mal accionar policial y disciplinar a
sus propios miembros. Los Consejos de Inverstigación Interna muchas
veces cumplen raramente con su cometido con eficiencia.
La subcultura
policial tradicional que ha servido de soporte para la corrupción
comienza con el reclutamiento y entrenamiento, que forma a un tipo de
policía conformista, se inocula un sentimiento de sumisión y permisibilidad. En muchos países se percibe tradicionalmente que el reclutamiento se ha focalizado en varones de bajo nivel educativo.
En sociedades pluri-étnicas o sociedades divididas racialmente, la
policía ha estado conformada predominantemente o exclusivamente por
blancos, alimentando aquella mentalidad de “nosotros versus ellos”. Muchas veces esta división se extiende entre oficiales (blancos o mestizos) y personal subalterno ( indígenas o de color).
El entrenamiento
policial se centra muchas veces en una formación estrictamente militar,
técnicas de control físico, fitness, estimulando una cultura social del macho o cultura del rambo;
hecho que a la larga ha generado violencia en el accionar policial
frente a mujéres y minorías étnicas. La policía no tiene enemigos a
quién combatir sino a ciudadanos a quién proteger. Muchos aspectos de la
cultura polical tradicional están asociados con las influencias
funcionales estructurales.
- III.LA IMPORTANCIA DE LA ÉTICA POLICIAL Y EL ROL DE LOS CÓDIGOS DE ÉTICA
La policía es una
institución esencial en la realización de los valores humanos
fundamentales de la libertad, seguridad, equidad y justicia. La ética
policial está inextricablemente ligada a la legitimidad policial. Un
comportamiento no ético de su personal deslegitima el accionar poilcial.
Muchas veces el
policía se confronta al ciudadano con la posibilidad de una decisión de
detención, lo cual puede implicar en la persona intervenida su privación
de libertad momentánea, inconvenientes, vergüenza o pérdida del empleo,
los estándares de la ética policial están garantizados con la alta
calidad de un servicio policial dentro de un marco democrático. La ética
tiene una concepción mucho más amplia que orienta la dirección de la
ley y opera más que como la letra, como el espíritu de la ley.
En este sentido las instituciones policiales han promulgado códigos policales de ética, en
donde definen con claridad la conducta esperada de sus miembros. Estos
códigos por lo general, rigen no solo la conducta profesional de sus
miembros en el ejercicio de sus funciones, sino también la conducta
personal fuera del servicio. Su observancia es condición sine qua non para la militancia en el cuerpo policial. . La ética policial debe impartirse como asignatura en todos los niveles de educación policial.
- IV.LOS PROCESOS DE SELECCIÓN, ADMISIÓN Y EL CONTEXTO SOCIAL DEL PERSONAL
Una forma de
gerenciar la integridad policial en los cuerpos policiales es excluir a
los potenciales oficiales problemáticos durante los procesos de
selección antes de ser removidos o dados de baja cuando ya son personal
activo.
Es por ello que en
los prolijos exámenes del proceso de selección se debe identificar a
aqellas personas que tienen una disposición al crimen, a la violencia, a
la decepción, la volatilidad emocional, la rudeza y a las inconductas o
indisciplinas en el servicio. Es importante para la integridad del
cuerpo policial, lo que su personal trae de casa.[4]
Es muy fácil que la
ética del personal policial pueda ser rápidamente erosionada debido al
ámbito de trabajo donde se realiza la función policial, muchas veces
motivados por el estrés, la frustración en el trabajo, las tensiones, el bajo reconocimiento social, los salarios paupérrimos.
Ello hace necesario implementar durante el proceso de formación,
estrategias orientadas a que el personal policial observe los estándares
universales de la ética policial. Es justamente en el período de
formación donde se puede contrarrestar la potencialidad de estas
tendencias.
Dentro de las estrategias y medidas a tomerse en consideración tenemos:
- El control del historial delictivo y su automática exclusión
- Referencia de los empleadores respecto del carácter. Deben ser por lo general por escrito respecto a las experiencias, carácter y actitudes del postulante. Pueden solicitarse también a colegas, maestros, empleados y supervisores.
- Test psicológico para determinar la personalidad, la estabilidad emocional, la honestidad, la impulsividad, la agresividad y una gama de desórdenes psicológicos. Ayuda a identificar a los “falsos positivos” y los “falsos negativos” para efectos de la separación.
- Test de consumo de drogas.
- Panel de entrevistas llevadas a cabo cara a cara, para examinar las motivaciones, apariencia, destreza interpersonal y las actitudes de los reclutas potenciales.
- Observación de los códigos de ética durante el período de instrucción.
- Ejercicios simulados para gerenciar dilemas éticos.
- Visitas a domicilio, pueden incluir entrevistas a los vecinos.
- Control y seguimiento de Inteligencia a las asociaciones, amigos y familia de los candidatos para determinar posibles lazos del personal policial potencial con el crimen organizado.
- Control patrimonial / financiero, la policía ocupa una posición especial en la comunidad y necesita ser objeto de una supervisión o contro lextra de su balance patrimonial.
- Altos estándares educativos; definitivamente que una buena formación profesional del futuro oficial de policía incrementará su destreza para desenvolverse en una intervención policial, tendrá mayor destreza en la comunicación, negociación y solución de problemas. Ello le permitirá un mejor entendimiento y tolerancia de grupos minoritarios con distintos modus vivendi y una más apropiada valoración crítica de asuntos éticos. Definitivamente que un alto nivel de educación tendrá un impacto favorable en el servicio: el uso de la fuerza, record de enfermedades, niveles de estrés, etc. Sin embargo hay quienes sostienen que policías bien educados y con altas calificaciones, no son necesariamente requeridos, ya que dada sus altas calificaciones académicas y profesionales terminan por abandonar el cuerpo policial búscando mejores perspectivas económicas.
- V.EL MONITOREO DE LA INTEGRIDAD POLICIAL Y EL SISTEMA DE ALERTA E INTERVENCIÓN TEMPRANA
Los indicadores del
comportamiento no ético, faltas o indisciplinas del personal debe ser
inmediatamente tomadas en cuenta dentro de un sistema de alerta temprana. Un sistema de alerta temprana debe contemplar todas las quejas o reclamaciones
contra el personal policial, aún cuando éstas sean nimias o poco
considerables, de esta forma podrá activarse oportunamente este sistema
de advertencia anticipada.
Aún el retiro o retracción de quejas
deben de registrarse. El compendio de los resultados de las
investigaciones de quejas o denuncias interpuestas al personal,
permitirá elaborar un perfíl personal y profesional del policía. Es un
trabajo de inteligencia. Se debe fortalecer la provisión de líneas
telefónicas confidenciales, tanto internas como externas, a fin de
recepcionar tales quejas o denuncias.
Los tipos de indicadores que por lo general son considerados en un sistema de alerta temprana son:
- Las quejas de la ciudadanía.
- Las quejas internas.
- Frecuentes descargas del arma de fuego.
- Ausentismo inusual.
- Persecusiones a alta velocidad.
- Colisión de vehículos.
- Injurias durante las detenciones o arrestos.
- Uso de la fuerza en las intervenciones.
- Informes adversos de su rendimiento profesional.
- Sanciones, suspensiones o otras medidas disciplinarias.
Un programa para
fortalecer la actuación profesional del personal policial, en virtud del
sistema de alerta e intervención temprana contempla los siguientes
pasos:
- Una vez elaborado el perfíl del funcionario policial involucrado, será convocado a una reunión para discutir acerca de los indicadores percibidos.
- Las entrevistas pueden ser conducidos por oficiales superiores asistidos por otros profesionales (psicólogos, sociólogos, terapeutas, etc)
- Uno de los aspectos más importantes de la entrevista es abordar el tema de los indicadores percibidos en el ejercicio de sus funciones en el servicio.
- Estas entrevistas no son procesos o interrogatorios disciplinarios demandándose la cooperación requerida por parte del funcionario policial.
- Los resultados de estas entrevistas suelen ser diversos. En muchos casos la explicación del funcionario involucrado respecto a los indicadores adversos, pueden ser razonables y comprensibles, lo cual conlleva a la aceptación de sus explicaciones, no siendo necesario la adopción de medidas adicionales.
- Muchas veces se adoptan medidas de asistencia y consejo al personal involucrado en problemas de alcoholismo, juego o se adoptan medidas de reentrenamiento ose establece una minuciosa supervisión que escrute la interactuación del funcionario policial con los ciudadanos.
- Debe existir en los archivos documentación reservada de los nombres de los informantes incluyendo sus “alías”.
- El acceso a la identidad de los informantes debe estar limitada a un círculo muy pequeño de personas (códigos electrónicos secretos).
- Los oficiales supervisores deben reunirse personalmente con el informante.
- Los oficiales supervisores deben tener entrevistas regulares con los funcionarios policiales.
- Todos los pagos deberán ser minuciosamente registrados.
- El valor de la información debe ser evaluada y debe terminarse la relación existente con el informante, cuando la información proporcionada no tiene un valor probatorio forense.
El monitoreo de informantes
El uso de informantes
ha tenido una influencia corrupta en la policía. Para minimizar los
riesgos en esta área se han establecido las siguientes recomendaciones:
Riesgo de corrupción y rotación de personal
Un aspecto típico de
la corrupción polical se genera por la larga permanencia del personal en
unidades policiales en áreas de alto riesgo. La manera de contrarrestar
este problema es la rotación del personal. La idea central radica en
desbaratar las redes de corrupción existentes a través de los cambios de
colocación. La asignación de nuevo personal policial constituye siempre
una amenaza para las organizaciones criminales que operan,
especialmente si el personal asignado ha sido alertado de la existencia
de esas relaciones ilícitas.
Muchas veces la
política de rotación genera ciertos inconvenientes, tales como la
pérdida del conocimiento especializado o la integridad moral del
funcionario puede verse afectada por la recolocación forzosa.
Es por ello que es
importante que el sistema de cambios de colocación debe ser planeado
adecuadamente de manera sitemática, metódica y justificada a fin de
generar un efecto óptimo en el personal transferido que contraste los
impactos negativos. Tengamos en consideración que el cambio de
colocación del personal conlleva frecuentemente a la movilización de
toda la familia, incluyendo cambio de escuela de los hijos y cambio de
trabajo del cónyuge. Se recomienda que estos cambios de colocación no
deben ser necesariamente compulsivos, deben estar acompañados de ciertos
incentivos tales como una pre promoción a la jerarquía inmediata
superior, valoración de la experiencia, otorgamiento de viviendas
policiales, subvenciones económicas adicionales o algún otro beneficio.
Rol de la prensa en la lucha contra la corrupción policial
La prensa es un
elemento esencial en la lucha contra la corrupción policial, ya que ella
constituye en alguna forma, los ojos y oídos de la sociedad, en aras de
su cometido ella investiga, informa, esclarece, persigue, controla y
denuncia sobre el mal accionar del personal policial. Ella está
permanentemente vigilante y al acecho de la noticia cotidiana, oportuna y
veraz. Ella debe ser concebida como una aliada de la policía, el buen
periodismo blinda a su vez a la intervención policial impecable de las
manipulaciones o maniobras políticas arbitrarias.
- VI.LIDERAZGO PARA LA INTEGRIDAD
El liderazgo es uno
de los aspectos más importantes requeridos para la integridad policial.
La ética policial se inspirará en una buena conducción, buenos líderes
que tengan un conocimiento profundo de su profesión, de la organización
institucional, facilitando de esta forma la consecución de los objetivos
que persigue la institución policial.
La integridad en la
policía requiere una figura que inspire confianza a los otros y
constituya un paradigma o ejemplo del cumplimiento del deber de una
manera entusiasta, consciente y competente. Se requiere de una persona
que asegure que tanto la estructura como el sistema institucional sean
óptimamente operados.
El sistema debe contemplar mecanismos, tanto internos como externos (en el plano político) para seleccionar personas con cualidades de liderazgo ético
para ocupar las posiciones de comando. Se debe de ir más allá de una
figura meramente carismática hacia un modelo orientado en un sistema más
sostenible basado en un liderazgo democrático.
Un liderazgo pobre o
deficiente en la policía conlleva a un comportamiento no ético del
personal, ineficiencia, incompetencia, organización deficiente, recursos
inadecuados, técnicas y destrezas insuficientes para la prevención y
represión del crimen en una sociedad compleja moderna. Resultados de
ello es la falta de disciplina, el cinismo, el disinterés, la
frustración, el enfado y el sentimiento de baja estima del personal.
Todo ello afecta el sistema de justicia penal creando una situación
insastifactoria con una institución policial que tiene un desdén por la
ley, carece de la confianza popular y que reincide constantemente eel
abuso de autoridad.
El liderazgo autoritario y carismático ha
generado desastres, guerras, y holocaustos, el tradicional modelo
policial inspirado en una organización paramilitar, jerárquica y
burocrática es, hoy en día, rechazado en el estado de derecho moderno.
Corrupción, comportamiento no ético e hipocresía han sido los nefastos
resultados de estos sistemas tradicionales. Hoy se requiere de un liderazgo democrático en
las altas esferas del comando que asegure un sistema de supervisión y
control democrático en todos los niveles y jerarquías de la institución
policial. La diafanidad y transparancia total de la función policial es
imprescindible para su legitimidad y credibilidad social.
Se debe informar
abiertamente en el interior de la institución acerca de las quejas y
denuncias que mellan el prestigio institucional, asimismo dar respuesta
inmediata a las quejas y denuncias, asegurar el registro de las mismas e
iniciar una investigación inmediata. Se debe informar regularmente
sobre los progresos obtenidos. Los vasos comunicantes en el fuero
interno de la institución deben funcionar con fluidez.
La ética policial
debe ser un criterio esencial para la promoción y ascensos del personal
policial. El proceso de selección debe estar basado en los méritos
personales y profesionales. Un liderazgo ético implica un monitoreo de
programas de prevención de corrupción, mejoramiento de la cultura ética y
moral del personal de las distintas unidades o dependencias policiales,
ello coadyuvará a sus subordinados a actuar frente a los dilemas éticos
en concordancia con los principios organizacionales.
- VII.REFLEXIÓN FINAL
Cuerpos o
instituciones policiales de muchos países en desarrollo se rigen, hoy en
día, por una ortodoxia ideológica inspirada en valores y principios
fundacionales que tienden a fomentar un ideal de comportamiento humano
más avanzado incidiendo en la moral humana. El modelo ideal o arquetipo
del funcionario policial debe estar dotado de una fuerte dosis de
idealismo, de integridad y un sentimiento moral muy elevado que le
permitan el estricto y cabal cumplimiento de sus deberes. Su compromiso
es con la ley y el orden.
Sin embargo, a pesar
de la excesiva rigidez moral que rigen a los organismos de policía y la
idealización o cuasi-mitologización del honor por parte de sus
integrantes, ellas tienen que soportar el hedor nauseabundo de la
corrupción, viviendo el drama de quién ve sus ideales frustrados. Sus
integrantes, que en un inicio abrazaron la profesión imbuidos de una
vocación de altruismo social han sido minados espirirualmente cayendo en
la abulia moral, el parasitismo, la indiferencia, el estrés y la
decepción; generando un comportamiento no ético en el ejercicio de la
profesión, lo que conlleva al rechazo o desconfianza por parte de la
población.
La corrupción
policial es un sindrome socio cultural cuyas causas, muchas veces emanan
de las propias estructuras del Estado, de la camarilla gobernante o de
determinados factores endógenos, como son las propias estructuras
institucionales autoritarias, verticales y burocráticas bajo la
dirección de comandos títeres y genuflexos, que con una visión elitista
han establecido un sistema de privilegios y prebendas causando una
obnubilación colectiva institucional.
Existe una dualidad
discursiva, que no sólo es incoherente sino inconciliable. Es la
dialéctica entre verdad y mentira. Por un lado, se recurre a la
demagogia patriotera, el culto a la bandera, al himno nacional, al
escudo nacional, a los estandartes de la institución, a la moral
rigorista y por otro lado, se evidencian los deterioros institucionales
infestados por la lepra de la burocracia, los reflejos autoritarios, el
cinismo y la hipocresía, las cofradías institucionales (argollas
promocionales, amiguismo y patotismo), deterioro de la cultura cívica,
crispación entre jefes y subordinados, polarización, distinciones
raciales y culturales generando con ello una miopía institucional
crónica ante la actitud ponciopilatesca de los gobiernos. Se ha olvidado
que el patriotismo debe subordinarse a lo moral.
La reconstrucción
moral de la policía exige redimirse imperiosamente de ese corsé
institucional arcaico y de esas viejas estructuras militares que la
someten. Lo más difícil es cambiar las ideologías de las instituciones.
Debe fomentarse la exaltación de la meritocracia y la cultura del
esfuerzo y establecerse un sistema de pesos y contrapesos. Una sociedad
moderna, próspera y culta exige que el Estado sea capaz de fundir moral y
política.
La corrupción en la
policía viene a ser la perturbación moral de un país, no olvidemos que
la policía constituye uno de los tesoros morales culturales más
preciados de un pueblo. La policía no debe ser jamás una mancha en el
rostro de la nación.
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