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13 feb 2014

LA CORRUPCION EN LA POLICIA

kinosita
LA CORRUPCIÓN EN LA POLICÍA ORIGINAL AQUI
Conferencia dictada en el Instituto de Criminología de la Facultad de Derecho de la Universidad de Liége, por D. Javier Gamero Kinosita, miembro de la Sociedad Europea de Criminología y la Asociación Internacional de Policía – Sección Perú y representante de la Legión de Honor de la Benemérita Guardia Civil del Perú.
HACIA LA CONSOLIDACIÓN DE LA INTEGRIDAD Y ÉTICA POLICIAL[1]
lic.iur. Javier Gamero Kinosita, LL.M.[2]
La corrupción en la policía constituye hoy en día, en distintas latitudes, una de las principlales
preocupaciones sociales y por consiguiente una temática de estudio de la política criminal contemporánea, ya que ella tiene un efecto profundamente corrosivo en la sociedad socavando el sistema de la autoridad democrática establecida y amenazando permanentemente la seguridad de la ciudadanía. Un mal o lacra social que, en opinión del Dr. Tim Prenzler, investigador del Consejo de Investigación en Asuntos de Seguridad y Policía de la Universidad de Griffuth, Brisbane, Australia[3] adopta camaleónicamente muy variadas formas, dando lugar a una amplia gama de inconductas en el ejercicio de la profesión, que ván desde las faltas más nimias hasta los más execrables delitos, tales como desde el dejar pagarse un café, o vender boletos de rifas que las mismas instituciones policiales organizan, aprovechando una intervención de control policial, hasta la fabricación o eliminación de evidencias de una hecho delictivo o involucrarse en asesinatos o tráfico ilícitos de drogas.
La corrupción policial promueve el crimen organizado y fomenta el debilitamiento del gobierno, la desconfianza pública, la resistencia a la autoridad y estimula en la población la falta de cooperación con la policía. Ella se da muchas veces en medio de escándalos públicos y notoriedad.
  1. I.CATEGORIZACIÓN DE LA MALA CONDUCTA DEL PERSONAL POLICIAL

  1. 1.Corrupción clásica
Comprende a los funcionarios policiales que aprovechan de su posición para beneficio personal. Un típico ejemplo es el soborno, que implica un pago para que la policía no cumpla con su deber. Esta corrupción clásica abarca también la obtención de beneficios a través de la apropiación de bienes de la escena del crimen o el robo del patrimonio de personas en custodia o de la reventa de droga incautada o la venta de información confidencial. La corrupción clásica comprende también obsequios o descuentos.
Muchas veces se le denomina también la corrupción insignificante” porque los beneficios son usualmente pequeños en valor pero que suponen de todas formas una expectativa de tratamiento policial favorable o una concesión de parte de la autoridad en favor de quién otorga una ventaja económica o regalo.
  1. 2.Corrupción en el proceso de investigación judicial
Comprende alteraciones o fabricaciones deliberadas de evidencias que inducen a error judicial. Víctimas de este tipo de corrupción pueden ser tanto inocentes como culpables. Este tipo de corrupción está orientado a la tergiversación del curso de la justicia en las cortes penales . Modalidades usuales de actuación policial en este rubro son el ocultamiento de evidencias contrarias o cuando las informaciones son obtenidas de fuentes ilegales, coerción a sospechosos para realizar una confesión, denegación de asesoramiento legal o cuando los sospechosos no son informados de sus derechos.
  1. 3.Fuerza excesiva o brutalidad
Comprende una amplia gama del empleo de fuerza injustificada tales como el cacheo o registro excesivo, la tortura o el asesinato . El abuso verbal, la intimidación y las amenazas de violencia pertenecen a esta categoría, así como la persecución peligrosa de vehículos a alta velocidad, lo cual constituye una amenaza física. La capacidad de la policía de recurrir al uso de la fuerza está normalmente restringida a una fuerza mínima, razonable o proporcional requerida cuando la policía interviene para proteger personas o arrestar a sospechosos que ofrecen resistencia o en un acto de auto-defensa. Acciones tales como disparos a sospechosos huyendo o registros arbitrarios a las personas son ilegales.
  1. 4.Comportamiento indebido e indisciplinado en el servicio
En esta categoría se encuentran actuaciones incorrectas hacia el público, tales como faltas disciplinarias o mala conducta. Muchas veces no se persigue en este tipo de hechos un beneficio material directo, verbigracia tenemos, la discriminación racial y sexual, el acoso sexual, la incivilidad o descortesía, inacción y pereza, abandono a las víctimas del crimen o rehusarse a colaborar con otro cuerpo policial o autoridad competente en la persecución del delito. De igual forma cuando la decisión de la investigación policial se realizan parcial y deliberadamente para favorecer a amigos o familiares (nepotismo) y arremeter contra los enemigos. Aquí pueden incluirse partidos políticos o activistas de determinados grupos sociales. También corresponden a este rubro el uso del estatus policial para zanjar disputas privadas.
  1. 5.La corrupción interna
Incluye el hostigamiento al personal subordinado (inclusive también el acoso sexual), la discriminación o el favoritismo en los cambios de colocación, la promoción y ascensos, otorgamiento de becas de estudios y viajes al extranjero. Las faltas y delitos en el ámbito administrativo, tales como sustracción de recursos económicos para combustibles, repuestos de vehículos, compras y adquisiciones de vehículos, armamento y equipos policiales, etc.
  1. 6.Comportamiento indebido fuera del servicio
Incluye la comisión de ofensas y conductas inapropiadas del personal policial cometidas fuera del servicio pero que afectan negativamente el trabajo policial, tales como el lenguaje abusivo, grosero y procaz, agresiones , conducir en estado de ebriedad, no respetar las señales de tránsito.
  1. II.CAUSAS DE LA MALA CONDUCTA DEL PERSONAL POLICIAL

Las formas del mal comportamiento del personal policial son diversas y complejas, las causas del mal comportamiento del personal también lo son; dando lugar a que los criminólogos y estudiosos de la política criminal hayan identificado distintas categorías de los factores causales.
Un factor inicial lo identifican en el reblandecimiento de la moral individual. Es frecuente que que el fracaso moral personal constituye un elemento esencial para dar inicio a decisiones de actuación que colindan con la corrupción. Sin embargo la sostenibilidad de la corrupción está normalmente ligada a factores que van mucho más allá del plano individual. Esto implica por lo general una combinación de elementos que confluyen tanto en el marco de la organización policial (por ejemplo mecanismos inadecuados de control y supervisión o ausencias de programas preventivos) como en el plano exterior, vale decir en el ámbito social y político.
El Dr. Prenzler distingue dos factores que coadyuvan a la corrupción del personal policial: la estructura y la cultura. Ellas impiden muchas veces aplicar a su favor esa vieja premisa popular, la denominada “teoría de la manzana podrida”. Una manzana malograda debe ser inmediatamente extraída, de lo contrario contagiará al resto y se terminarán pudriendo todas. Las influencias estructurales y culturales impiden muchas veces separar de las instituciones policiales a los malos elementos que mellan el prestigio de la institución.
  1. 1.Estructura
La perspectiva estructural de la tarea policial (funcional-estructural) está inmersa en un sistema social y roles institucionales mucho más amplios. Ella es solo un elemento del sistema de justicia social. Desde esta perspectiva el Dr. Prenzler advierte, que las oportunidades de una corrupción primaria derivan directamente de la función represora de la policía. El trabajo policial implica un contacto frecuente con criminales, que están ávidos y dispuestos a brindar ciertos beneficios o ventajas para evitar la intervención policial y por ende la persecución penal.
El problema se agrava cuando existe una gran demanda social para actividades ilícitas, tales como el comercio ílegal de licor, drogas, pornografía, prostitución, lo que origina el establecimiento de redes de corrupción de largo alcance.
Un factor adicional viene a ser la alta dispersión del trabajo policial, lo que limita el monitoreo y supervisión de la tarea diaria que realiza el personal policial. El personal de baja graduación y que está disperso a lo largo y ancho del territorio nacional gozan, en el ejercicio de sus funciones, de bajos niveles de control y supervisión por parte de la superioridad, además de disponer de altos niveles de decisión y discreción, lo que les da un amplio margen para cometer una infracción y evitar ser detectados.
El trabajo policial es altamente compartimentalizado, la investigación policial y represión del crimen es una trabajo muy reservado, que se reliza de manera discreta presentando oportunidades para delinquir. Por lo general el personal policial encargados de prestar servicios en Unidades Anti-narcóticos terminan involucrados en corrupción, envueltos en negocios altamente lucrativos
La corrupción en los procesos de investigación policial y judicial pueden ser la respuesta directa de la frustración policlal por las limitaciones o restricciones del debido proceso. Muchas veces la policía se siente presionada a fabricar evidencias con el fin de llevar a los culpables a los tribunales de justicia en corto tiempo. Se trata de una presión tanto política como social. Los medios de comunicación incrementan de una manera esta presión.
La brutalidad policial es también influenciada por esta presión social recurriendo muchas veces el personal policial a la denominada justicia callejera. El personal policial a veces se siente impotente de poder prevenir y reprimir la conducta criminal recurriendo a un exceso de sus poderes. Me refiero a los Escuadrones Polciales de la Muerte. Los sindicatos policiales y las instituciones polciales mismas se han mostrado notoriamente defensivas con respecto a colegas corruptos. Otro factor funcional-estructural es que los funcionarios de policía constantemente son objetos de provocaciones y tentaciones a recurrir al uso excesivo de la fuerza.
  1. 2.Cultura
Un segundo gran factor del mal comportamiento del personal policial en opinión del Dr. Prenzler es el concepto de cultura organizacional vigente en la institución policial. Se entiende por cultura todo el conjunto de identidades, valores, actitudes, creencias, tradiciones, códigos no escritos, símbolos, rituales y hábitos. La cultura ocupacional de la policía o subcultura policial ha sido objeto de un profundo estudio en la política criminal contemporánea.
El secreto y la solidaridad proteccionista son elementos básicos dentro de esta perspectiva cultural. El código del silencio ha neutralizado todos los esfuerzos para controlar la corrupción.
La cultura de la solidaridad y el cinismo proveen una justificación moral para la corrupción. Esta solidaridad se extiende aparentemente hasta una incapacidad crónica de la policía de investigar desapasionadamente el mal accionar policial y disciplinar a sus propios miembros. Los Consejos de Inverstigación Interna muchas veces cumplen raramente con su cometido con eficiencia.
La subcultura policial tradicional que ha servido de soporte para la corrupción comienza con el reclutamiento y entrenamiento, que forma a un tipo de policía conformista, se inocula un sentimiento de sumisión y permisibilidad. En muchos países se percibe tradicionalmente que el reclutamiento se ha focalizado en varones de bajo nivel educativo. En sociedades pluri-étnicas o sociedades divididas racialmente, la policía ha estado conformada predominantemente o exclusivamente por blancos, alimentando aquella mentalidad de “nosotros versus ellos”. Muchas veces esta división se extiende entre oficiales (blancos o mestizos) y personal subalterno ( indígenas o de color).
El entrenamiento policial se centra muchas veces en una formación estrictamente militar, técnicas de control físico, fitness, estimulando una cultura social del macho o cultura del rambo; hecho que a la larga ha generado violencia en el accionar policial frente a mujéres y minorías étnicas. La policía no tiene enemigos a quién combatir sino a ciudadanos a quién proteger. Muchos aspectos de la cultura polical tradicional están asociados con las influencias funcionales estructurales.
  1. III.LA IMPORTANCIA DE LA ÉTICA POLICIAL Y EL ROL DE LOS CÓDIGOS DE ÉTICA

La policía es una institución esencial en la realización de los valores humanos fundamentales de la libertad, seguridad, equidad y justicia. La ética policial está inextricablemente ligada a la legitimidad policial. Un comportamiento no ético de su personal deslegitima el accionar poilcial.
Muchas veces el policía se confronta al ciudadano con la posibilidad de una decisión de detención, lo cual puede implicar en la persona intervenida su privación de libertad momentánea, inconvenientes, vergüenza o pérdida del empleo, los estándares de la ética policial están garantizados con la alta calidad de un servicio policial dentro de un marco democrático. La ética tiene una concepción mucho más amplia que orienta la dirección de la ley y opera más que como la letra, como el espíritu de la ley.
En este sentido las instituciones policiales han promulgado códigos policales de ética, en donde definen con claridad la conducta esperada de sus miembros. Estos códigos por lo general, rigen no solo la conducta profesional de sus miembros en el ejercicio de sus funciones, sino también la conducta personal fuera del servicio. Su observancia es condición sine qua non para la militancia en el cuerpo policial. . La ética policial debe impartirse como asignatura en todos los niveles de educación policial.
  1. IV.LOS PROCESOS DE SELECCIÓN, ADMISIÓN Y EL CONTEXTO SOCIAL DEL PERSONAL

Una forma de gerenciar la integridad policial en los cuerpos policiales es excluir a los potenciales oficiales problemáticos durante los procesos de selección antes de ser removidos o dados de baja cuando ya son personal activo.
Es por ello que en los prolijos exámenes del proceso de selección se debe identificar a aqellas personas que tienen una disposición al crimen, a la violencia, a la decepción, la volatilidad emocional, la rudeza y a las inconductas o indisciplinas en el servicio. Es importante para la integridad del cuerpo policial, lo que su personal trae de casa.[4]
Es muy fácil que la ética del personal policial pueda ser rápidamente erosionada debido al ámbito de trabajo donde se realiza la función policial, muchas veces motivados por el estrés, la frustración en el trabajo, las tensiones, el bajo reconocimiento social, los salarios paupérrimos. Ello hace necesario implementar durante el proceso de formación, estrategias orientadas a que el personal policial observe los estándares universales de la ética policial. Es justamente en el período de formación donde se puede contrarrestar la potencialidad de estas tendencias.
Dentro de las estrategias y medidas a tomerse en consideración tenemos:
  • El control del historial delictivo y su automática exclusión
  • Referencia de los empleadores respecto del carácter. Deben ser por lo general por escrito respecto a las experiencias, carácter y actitudes del postulante. Pueden solicitarse también a colegas, maestros, empleados y supervisores.
  • Test psicológico para determinar la personalidad, la estabilidad emocional, la honestidad, la impulsividad, la agresividad y una gama de desórdenes psicológicos. Ayuda a identificar a los “falsos positivos” y los “falsos negativos” para efectos de la separación.
  • Test de consumo de drogas.
  • Panel de entrevistas llevadas a cabo cara a cara, para examinar las motivaciones, apariencia, destreza interpersonal y las actitudes de los reclutas potenciales.
  • Observación de los códigos de ética durante el período de instrucción.
  • Ejercicios simulados para gerenciar dilemas éticos.
  • Visitas a domicilio, pueden incluir entrevistas a los vecinos.
  • Control y seguimiento de Inteligencia a las asociaciones, amigos y familia de los candidatos para determinar posibles lazos del personal policial potencial con el crimen organizado.
  • Control patrimonial / financiero, la policía ocupa una posición especial en la comunidad y necesita ser objeto de una supervisión o contro lextra de su balance patrimonial.
  • Altos estándares educativos; definitivamente que una buena formación profesional del futuro oficial de policía incrementará su destreza para desenvolverse en una intervención policial, tendrá mayor destreza en la comunicación, negociación y solución de problemas. Ello le permitirá un mejor entendimiento y tolerancia de grupos minoritarios con distintos modus vivendi y una más apropiada valoración crítica de asuntos éticos. Definitivamente que un alto nivel de educación tendrá un impacto favorable en el servicio: el uso de la fuerza, record de enfermedades, niveles de estrés, etc. Sin embargo hay quienes sostienen que policías bien educados y con altas calificaciones, no son necesariamente requeridos, ya que dada sus altas calificaciones académicas y profesionales terminan por abandonar el cuerpo policial búscando mejores perspectivas económicas.
  1. V.EL MONITOREO DE LA INTEGRIDAD POLICIAL Y EL SISTEMA DE ALERTA E INTERVENCIÓN TEMPRANA

Los indicadores del comportamiento no ético, faltas o indisciplinas del personal debe ser inmediatamente tomadas en cuenta dentro de un sistema de alerta temprana. Un sistema de alerta temprana debe contemplar todas las quejas o reclamaciones contra el personal policial, aún cuando éstas sean nimias o poco considerables, de esta forma podrá activarse oportunamente este sistema de advertencia anticipada.
Aún el retiro o retracción de quejas deben de registrarse. El compendio de los resultados de las investigaciones de quejas o denuncias interpuestas al personal, permitirá elaborar un perfíl personal y profesional del policía. Es un trabajo de inteligencia. Se debe fortalecer la provisión de líneas telefónicas confidenciales,  tanto internas como externas, a fin de recepcionar tales quejas o denuncias.
Los tipos de indicadores que por lo general son considerados en un sistema de alerta temprana son:
  • Las quejas de la ciudadanía.
  • Las quejas internas.
  • Frecuentes descargas del arma de fuego.
  • Ausentismo inusual.
  • Persecusiones a alta velocidad.
  • Colisión de vehículos.
  • Injurias durante las detenciones o arrestos.
  • Uso de la fuerza en las intervenciones.
  • Informes adversos de su rendimiento profesional.
  • Sanciones, suspensiones o otras medidas disciplinarias.
Un programa para fortalecer la actuación profesional del personal policial, en virtud del sistema de alerta e intervención temprana contempla los siguientes pasos:
  • Una vez elaborado el perfíl del funcionario policial involucrado, será convocado a una reunión para discutir acerca de los indicadores percibidos.
  • Las entrevistas pueden ser conducidos por oficiales superiores asistidos por otros profesionales (psicólogos, sociólogos, terapeutas, etc)
  • Uno de los aspectos más importantes de la entrevista es abordar el tema de los indicadores percibidos en el ejercicio de sus funciones en el servicio.
  • Estas entrevistas no son procesos o interrogatorios disciplinarios demandándose la cooperación requerida por parte del funcionario policial.
  • Los resultados de estas entrevistas suelen ser diversos. En muchos casos la explicación del funcionario involucrado respecto a los indicadores adversos, pueden ser razonables y comprensibles, lo cual conlleva a la aceptación de sus explicaciones,   no siendo necesario la adopción de medidas adicionales.
  • Muchas veces se adoptan medidas de asistencia y consejo al personal involucrado en problemas de alcoholismo, juego o se adoptan medidas de reentrenamiento ose establece una minuciosa supervisión que escrute la interactuación del funcionario policial con los ciudadanos.
  • Debe existir en los archivos documentación reservada de los nombres de los informantes incluyendo sus “alías”.
  • El acceso a la identidad de los informantes debe estar limitada a un círculo muy pequeño de personas (códigos electrónicos secretos).
  • Los oficiales supervisores deben reunirse personalmente con el informante.
  • Los oficiales supervisores deben tener entrevistas regulares con los funcionarios policiales.
  • Todos los pagos deberán ser minuciosamente registrados.
  • El valor de la información debe ser evaluada y debe terminarse la relación existente con el informante, cuando la información proporcionada no tiene un valor probatorio forense.
El monitoreo de informantes
El uso de informantes ha tenido una influencia corrupta en la policía. Para minimizar los riesgos en esta área se han establecido las siguientes recomendaciones:
Riesgo de corrupción y rotación de personal
Un aspecto típico de la corrupción polical se genera por la larga permanencia del personal en unidades policiales en áreas de alto riesgo. La manera de contrarrestar este problema es la rotación del personal. La idea central radica en desbaratar las redes de corrupción existentes a través de los cambios de colocación. La asignación de nuevo personal policial constituye siempre una amenaza para las organizaciones criminales que operan, especialmente si el personal asignado ha sido alertado de la existencia de esas relaciones ilícitas.
Muchas veces la política de rotación genera ciertos inconvenientes, tales como la pérdida del conocimiento especializado o la integridad moral del funcionario puede verse afectada por la recolocación forzosa.
Es por ello que es importante que el sistema de cambios de colocación debe ser planeado adecuadamente de manera sitemática, metódica y justificada a fin de generar un efecto óptimo en el personal transferido que contraste los impactos negativos. Tengamos en consideración que el cambio de colocación del personal conlleva frecuentemente a la movilización de toda la familia, incluyendo cambio de escuela de los hijos y cambio de trabajo del cónyuge. Se recomienda que estos cambios de colocación no deben ser necesariamente compulsivos, deben estar acompañados de ciertos incentivos tales como una pre promoción a la jerarquía inmediata superior, valoración de la experiencia, otorgamiento de viviendas policiales, subvenciones económicas adicionales o algún otro beneficio.
                     Rol de la prensa en la lucha contra la corrupción policial
La prensa es un elemento esencial en la lucha contra la corrupción policial, ya que ella constituye en alguna forma, los ojos y oídos de la sociedad, en aras de su cometido ella investiga, informa, esclarece, persigue, controla y denuncia sobre el mal accionar del personal policial. Ella está permanentemente vigilante y al acecho de la noticia cotidiana, oportuna y veraz. Ella debe ser concebida como una aliada de la policía, el buen periodismo blinda a su vez a la intervención policial impecable de las manipulaciones o maniobras políticas arbitrarias.
  1. VI.LIDERAZGO PARA LA INTEGRIDAD

El liderazgo es uno de los aspectos más importantes requeridos para la integridad policial. La ética policial se inspirará en una buena conducción, buenos líderes que tengan un conocimiento profundo de su profesión, de la organización institucional, facilitando de esta forma la consecución de los objetivos que persigue la institución policial.
La integridad en la policía requiere una figura que inspire confianza a los otros y constituya un paradigma o ejemplo del cumplimiento del deber de una manera entusiasta, consciente y competente. Se requiere de una persona que asegure que tanto la estructura como el sistema institucional sean óptimamente operados.
El sistema debe contemplar mecanismos, tanto internos como externos (en el plano político) para seleccionar personas con cualidades de liderazgo ético para ocupar las posiciones de comando. Se debe de ir más allá de una figura meramente carismática hacia un modelo orientado en un sistema más sostenible basado en un liderazgo democrático.
Un liderazgo pobre o deficiente en la policía conlleva a un comportamiento no ético del personal, ineficiencia, incompetencia, organización deficiente, recursos inadecuados, técnicas y destrezas insuficientes para la prevención y represión del crimen en una sociedad compleja moderna. Resultados de ello es la falta de disciplina, el cinismo, el disinterés, la frustración, el enfado y el sentimiento de baja estima del personal. Todo ello afecta el sistema de justicia penal creando una situación insastifactoria con una institución policial que tiene un desdén por la ley, carece de la confianza popular y que reincide constantemente eel abuso de autoridad.
El liderazgo autoritario y carismático ha generado desastres, guerras, y holocaustos, el tradicional modelo policial inspirado en una organización paramilitar, jerárquica y burocrática es, hoy en día, rechazado en el estado de derecho moderno. Corrupción, comportamiento no ético e hipocresía han sido los nefastos resultados de estos sistemas tradicionales. Hoy se requiere de un liderazgo democrático en las altas esferas del comando que asegure un sistema de supervisión y control democrático en todos los niveles y jerarquías de la institución policial. La diafanidad y transparancia total de la función policial es imprescindible para su legitimidad y credibilidad social.
Se debe informar abiertamente en el interior de la institución acerca de las quejas y denuncias que mellan el prestigio institucional, asimismo dar respuesta inmediata a las quejas y denuncias, asegurar el registro de las mismas e iniciar una investigación inmediata. Se debe informar regularmente sobre los progresos obtenidos. Los vasos comunicantes en el fuero interno de la institución deben funcionar con fluidez.
La ética policial debe ser un criterio esencial para la promoción y ascensos del personal policial. El proceso de selección debe estar basado en los méritos personales y profesionales. Un liderazgo ético implica un monitoreo de programas de prevención de corrupción, mejoramiento de la cultura ética y moral del personal de las distintas unidades o dependencias policiales, ello coadyuvará a sus subordinados a actuar frente a los dilemas éticos en concordancia con los principios organizacionales.
  1. VII.REFLEXIÓN FINAL

Cuerpos o instituciones policiales de muchos países en desarrollo se rigen, hoy en día, por una ortodoxia ideológica inspirada en valores y principios fundacionales que tienden a fomentar un ideal de comportamiento humano más avanzado incidiendo en la moral humana. El modelo ideal o arquetipo del funcionario policial debe estar dotado de una fuerte dosis de idealismo, de integridad y un sentimiento moral muy elevado que le permitan el estricto y cabal cumplimiento de sus deberes. Su compromiso es con la ley y el orden.
Sin embargo, a pesar de la excesiva rigidez moral que rigen a los organismos de policía y la idealización o cuasi-mitologización del honor por parte de sus integrantes, ellas tienen que soportar el hedor nauseabundo de la corrupción, viviendo el drama de quién ve sus ideales frustrados. Sus integrantes, que en un inicio abrazaron la profesión imbuidos de una vocación de altruismo social han sido minados espirirualmente cayendo en la abulia moral, el parasitismo, la indiferencia, el estrés y la decepción; generando un comportamiento no ético en el ejercicio de la profesión, lo que conlleva al rechazo o desconfianza por parte de la población.
La corrupción policial es un sindrome socio cultural cuyas causas, muchas veces emanan de las propias estructuras del Estado, de la camarilla gobernante o de determinados factores endógenos, como son las propias estructuras institucionales autoritarias, verticales y burocráticas bajo la dirección de comandos títeres y genuflexos, que con una visión elitista han establecido un sistema de privilegios y prebendas causando una obnubilación colectiva institucional.
Existe una dualidad discursiva, que no sólo es incoherente sino inconciliable. Es la dialéctica entre verdad y mentira. Por un lado, se recurre a la demagogia patriotera, el culto a la bandera, al himno nacional, al escudo nacional, a los estandartes de la institución, a la moral rigorista y por otro lado, se evidencian los deterioros institucionales infestados por la lepra de la burocracia, los reflejos autoritarios, el cinismo y la hipocresía, las cofradías institucionales (argollas promocionales, amiguismo y patotismo), deterioro de la cultura cívica, crispación entre jefes y subordinados, polarización, distinciones raciales y culturales generando con ello una miopía institucional crónica ante la actitud ponciopilatesca de los gobiernos. Se ha olvidado que el patriotismo debe subordinarse a lo moral.
La reconstrucción moral de la policía exige redimirse imperiosamente de ese corsé institucional arcaico y de esas viejas estructuras militares que la someten. Lo más difícil es cambiar las ideologías de las instituciones. Debe fomentarse la exaltación de la meritocracia y la cultura del esfuerzo y establecerse un sistema de pesos y contrapesos. Una sociedad moderna, próspera y culta exige que el Estado sea capaz de fundir moral y política.
La corrupción en la policía viene a ser la perturbación moral de un país, no olvidemos que la policía constituye uno de los tesoros morales culturales más preciados de un pueblo. La policía no debe ser jamás una mancha en el rostro de la nación.

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