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El boom inmobiliario en el Perú ha roto barreras. Este año, las inversiones del sector privado en construcción alcanzarán los 30 mil millones de dólares. Una empresa inmobiliaria puede facturar 25 millones de dólares anuales con el apoyo del gobierno y equipamiento moderno. Mientras que en el lado ilegal, una sola mafia enquistada en en este pujante sector puede facturar 11 millones de soles libres de
impuestos con los cupos, asesinatos y destrucción.
La otra cara del desarrollo inmobiliario está frente a nosotros. Unos mil afiliados a la Cámara Peruana de Construcción (Capeco) en Lima ya han sido amenazados por mafias de construccción civil, según refirió su asesor el general (r) Víctor Gandolfo.
Gracias al convenio con la División de Protección de Obras Civiles (Diprovc) de la Policía Nacional, Gandolfo admite que aún persiten las extorsiones solapadas, mediante amenazas a los constructores ya que no hacen la denuncia por miedo. En efecto, fuentes de la fiscalía indicaron que solo el 3% de empresarios denuncia estos cobros.
Otro problema es que la Diprovc centraliza su mayor radio de acción en Lima. Es por eso, afirma Gandolfo, que la violencia en obras civiles se ha extendido al norte del país y al sur de Lima, como Cañete y la región Ica. Entre noviembre y diciembre del 2013, los seudo sindicatos de construcción civil ya han ocasionado en el sur chico unas 15 muertes.
No solo eso. Mientras en Lima los afiliados tienen un poco más de seguridad, en provincias el panorama cambia radicalmente para los otros mil 500 afiliados. Esto sin contar las otras tres mil empresas constructoras no afiliadas o informales del que nadie sabe a ciencia cierta su suerte.
Como ejemplo, basta un botón. El presidente de Capeco Piura, Juan Chávez, admite que en su región y La Libertad el 100% de empresas ya paga cupos. Mario Pérez de Capeco Lambayeque habla de 250 empresas extorsionadas.
La operación ya es rutina. Gandolfo señala que los seudo sindicatos de construcción civil, primero, detectan una nueva construcción y rápidamente exigen a los contratistas entre 20 mil y 50 mil soles.
Asimismo, se cobra el 3% del valor de la obra y acceder a un 30% de los puestos de trabajo. No solo eso. Cada obrero colocado por ellos debe pagar otro cupo a la mafia de 10 a 20 soles semanales por cabeza. Por ejemplo, si hay 300 obreros en una obra, se podría cobrar unos 24 mil soles mensuales. Además, esta la exigencia de unos 10 sueldos para 'empleados fantasmas', que puede sumar cinco mil soles semanales.
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