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23 mar 2014

ALAN PAJARO DE ALTO VUELO

Con la misma impunidad mediática con la que actúa, comenta, critica, insulta y olvida, Alan García Pérez sueña con volver a presidir el Perú, por tercera vez. Para tal fin dirige sus mensajes especialmente a los peruanos más jóvenes, aquellos que no sufrieron la crisis económica de su primer
gobierno ni formaron largas colas por un kilo de arroz o por cinco panes.
No sufrieron tampoco la debacle de la deuda externa, la brutal alza de precios con dos millones por ciento de inflación acumulada, ni apreciaron la temporal nacionalización de la banca, que resultó pura demagogia y un fracaso más de su libreto heterodoxo dictado por Carbonetto. Tampoco saben del silencio de García frente a la crisis venezolana de los ochenta que derivó en la expulsión de Carlos Andrés Pérez, su compadre espiritual, quien al frente del gobierno quiso aplastar el ‘Caracazo’ con brutal violencia, dejando un resultado de 300 muertos y más de 2 000 desaparecidos.
Todo esto puede ser una pintura surrealista sobre el Perú de los años de García, sumando los muertos y heridos del ‘Baguazo’ como corolario de su teoría de “El perro del hortelano”, los ‘narcoindultos’, los faenones con los ‘petroaudios’, la construcción sobrevalorizada de un puñado de colegios emblemáticos, entre otros casos de corrupción investigados por la Megacomisión. Pero muy pocos han reparado en el tremendo daño que se hizo a nuestro país en el campo militar.
El Perú, gracias a Alan García, perdió su capacidad disuasiva y defensiva de las Fuerzas Armadas durante su primer gobierno (1985-1990) y en adelante, al reducir la flota de aviones de guerra.
Según el libro titulado “Pájaros de alto vuelo”, de Carlos Malpica, en 1985 García habría hecho contacto con el traficante de armas libanés Abdul Rahman el Assir, quien habría sido el intermediario en la reventa de estos 14 Mirage a países árabes con una utilidad de muchos millones de dólares. Esta es la historia.
EL PEDIDO INICIAL DE FERNANDO BELAUNDE
A solicitud de la Fuerza Aérea y para mantener la capacidad operativa de la aviación, el presidente Fernando Belaunde dispone la adquisición de 26 aviones Mirage 2000-P/DP de la empresa francesa Dassault Aviation, mediante los contratos denominados Júpiter I y Júpiter II. En ese entonces el Perú enfrentaba situaciones de riesgo internas y externas, especialmente con Ecuador, lo cual se agravaría años más tarde.
Antes del cambio de gobierno y del ingreso de Alan García a la presidencia, llegaron los dos primeros Mirage 2000, recibidos por la Fuerza Aérea como un histórico acontecimiento.
EL ARGUMENTO DE LA PAZ
Sin embargo, vendría García a terminar esta historia y empezar otra. En su discurso del 28 de julio de 1985, al asumir la presidencia de la República, anuncia que el Perú solo iba a ad¬quirir 12 Mirage 2000 de los 26 adquiridos por el gobierno de Belaunde. Sus palabras retumbaron en Palacio: “Anuncio a los pueblos del mundo nuestra decisión de reducir sustancial¬mente las compras de material bélico, comenzando por el recorte del núme¬ro de aviones Mirage, cuya compra ac¬tualmente está en trámite”.
Muchos de los presentes en el acto aplaudieron y confiaron en que era un acto heroico de García como una muestra por la paz. La verdad se abriría paso tiempo después, cuando se supo que los 12 Mirage (diez monoplaza y dos biplaza), que formaban ahora parte del contrato Júpiter IV, llegaban sin el armamento correspondiente y que los 14 restantes serían revendidos con la intervención del traficante de armas libanés Abdul Rahman el Assir.
CONTACTO EN MARRUECOS
Las negociaciones con Abdul Rahman el Assir habrían comenzado meses antes de asumir el poder, cuando en junio de 1985 El Assir traslada en jet privado al joven Alan García hasta Marrue¬cos, supuestamente para expresarle su interés en invertir en pesca y en los fosfa¬tos de Bayóvar, en Piura, de acuerdo al testimonio del senador de Izquierda Unida Carlos Malpica Silva Santisteban en su libro póstumo “Pájaros de alto vuelo”.
García encontró la salida legal en base al contrato que permitía al Perú decidir sobre el destino de los 14 aviones que dejaba de comprar, hecho que contó con el aval de los gobiernos peruano y francés y el amén de los fabricantes. El vendedor de armas Abdul Rahman el Assir vendió los 14 Mirage 2000 a varios países árabes, a precios exorbitantes.
Para esta vergonzante operación, Alan García conformó un equipo de trabajo con el empresario televisivo y compadre espiritual Héctor Delgado Parker (ya fallecido) y otros conocidos funcionarios del Ministerio de Economía y Finanzas.
Lo cierto es que el Perú perdió la oportunidad de contar con una Fuerza Aérea debidamente equipada para defender al país de las amenazas externas. Tal como ocurrió en el conflicto con Ecuador, los Mirage prácticamente no le sirvieron al Perú.
Pero no contento con eso y después de las diversas publicaciones que cuestionaban esta operación, en su segundo gobierno (2006-2011) dispone el “mantenimiento” de los 12 Mirage por US$140 millones. Un gasto que no sirvió para nada porque persistía el defecto de origen, que los Mirage 2000 no contaban con el armamento, y además resulta más que evidente la antigüedad tecnológica de los aviones. Se mandó a reparar los 12 Mirage, pero solo seis están operativos.
Y una perla más de esta historia. Se habría ordenado silenciar un extraño accidente que significó la pérdida de la unidad N°60 de los Mirage 2000. En efecto, el 5 de julio del año 2011 se produjo un accidente –por razones indeterminadas– en la Base Aérea de La Joya que dañó la referida unidad, dejándola inoperativa.
Este accidente no fue informado a la Comisión de Transferencia del Gobierno ni a las actuales autoridades. El hecho ha sido reportado recientemente, a raíz del análisis de la situación operativa de la Fuerza Aérea.
LOS MIRAGE AHORA
Las naves resultan tecnológicamente desfasadas y ponerlas a la altura de las necesidades demandaría más de 1 216 millones de dólares o unos 882 millones de euros, con el agravante de que la fábrica francesa ha dejado de producir los Mirage desde el año 2007. Al respecto, el gobierno francés y la empresa están ofreciendo ahora unidades reparadas y totalmente equipadas a US$80 millones cada una.
LA EXIGENCIA DE PEDRO CATERIANO
Respecto a este tema, dentro del marco del fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, el ministro de Defensa tuvo que expresar su preocupación sobre la situación de los Mirage 2000 y pedir cuentas al comando de la Fuerza Aérea. La situación encontrada ha sido más que preocupante, a tal punto que hasta en tres oportunidades se ha dirigido al contralor general de la República, Fuad Khoury Zarzar, dando cuenta del gasto innecesario de US$140 millones hecho por la gestión de García en la ‘reparación’ de los Mirage y del accidente en el que perdimos una de esas unidades.
Khoury guarda silencio en todos los idiomas y guarda los documentos bajo siete llaves

1 comentario:

Anónimo dijo...

SORPRENDENTE!!