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19 oct 2014

EL VIEJO PACO UN CRIMINAL DE CUIDADO

EL VIEJO PACO
ORIGINAL AQUI                                                 
Es trujillano y se calcula que al menos tiene 300 asesinatos en su haber, algunos que ordenó y otros que ejecutó. Su lista negra incluye niños y ancianos, familiares de empresarios extorsionados. Ha escapado de penales en Bolivia, Chile y Perú y ha robado hasta el nombre que tiene en su DNI. Su criminalidad ha sido forjada desde la niñez y habría acumulado varias decenas de millones de dólares. Su fiereza no llegó a la capital, salvo por las noticias; pero en el norte del país (Chiclayo, Piura y Tumbes) su nombre presagia la muerte o algo mucho peor.
 ESCRIBE: RAMÓN ESPEJO

Hola. Buenos días para mí y muy malos para ti.
Habla el Viejo Paco y te llamo para decirte que hoy te vas a morir”, le dice Román León Arévalo a quien tuvo el desatino de negarse de alguna manera a sus requerimientos. El in­cauto se entera pocas horas después que esa lapidaria frase no era una bro­ma, pues entra en acción el ala de ani­quilamiento del más sólido imperio criminal de nuestra historia: La Gran Familia.
Todos los empresarios de la cons­trucción, comercio y transporte en el norte del País saben perfectamen­te quién es el ‘Viejo Paco’ porque lo han sufrido. Igual lo conocen policías, periodistas, fiscales y jueces, a quienes soborna o mata. La amenaza, intimi­dación y extorsión son solo la cara menos salvaje de una carta de presen­tación que podría culminar en asesi­nato. Cuatro balas en el pecho y dos en la cabeza, como mínimo. Ese era el sello de los sicarios de La Gran Fami­lia. Exigían fuertes sumas de dinero a cambio de una supuesta protección por una situación que ellos mismos generaban. De no aceptar la protec­ción, sencillamente eran eliminados.
“Ah, ¿no quieres trabajar conmigo? No te preocupes, te dejo mi número. En dos horas me vas a llamar”, le de­cía el ‘Viejo Paco’ a un ingeniero de obra y se retiraba tranquilo. En pocos minutos la hija del ingeniero era se­cuestrada en su colegio y este cumplía la terrible predicción que oyó minutos antes: llamaba de inmediato al ‘Viejo Paco’ que ahora le exigía el doble de dinero. “Así era el ‘Papi’”, nos cuentan dos miembros de la organización que se encuentran recluidos. 
‘Papi’ es la manera como le lla­maban dentro de la organización. A Maritza Díaz Huamán, su mujer, le decían ‘La Mami’. El trato era cari­ñoso para ellos, pero hacia afuera el ‘Viejo Paco’ tenía un trato déspota, prepotente y arrogante. Con habilidad política y un discurso de hermandad, igualdad y reparto justo del botín, consiguió que lo sigan con una mís­tica increíble. “Podría haber dado la vida por él. Todos nosotros veíamos un dios en él, un padre. Su ranking de­lictivo, su sangre fría y los ‘fríos’ (ase­sinados) que tiene así lo mandaban”, nos dice el criminal que le cuidaba las espaldas.
No era el único. Todos adoraban al ‘Papi’. Su casa estaba resguardada por siete personas: dos volantes a los al­rededores armados con fusiles AKM, dos en la puerta con metralletas y tres dentro de la casa con pistolas auto­máticas. Las armas se las compraban a la Policía, a remanentes terroristas y a narcotraficantes. ‘Viejo Paco’ nun­ca andaba solo ni desarmado, vivía rodeado de sus secuaces como Isaías Fernández, ‘Serrano Isaías’; Segun­do Salazar, ‘Kike Gavilán’; José Elver, ‘Mango’; entre otros.
LOS ANTECEDENTES PESAN
Es que ‘Viejo Paco’ no solo era respe­tado por ser el cabecilla de esta orga­nización. Sus antecedentes lo situaban en una posición privilegiada. Se hizo criminal desde muy joven. Ha asalta­do bancos, ha asesinado sin piedad, se ha “comido cana” y ha fugado de pe­nales como el de Picsi, saltando una pared mientras sus carceleros jugaban fulbito. También se escapó de una cár­cel en Bolivia, donde asaltó un camión blindado de Prosegur y se apoderó de un millón de dólares, dejando un civil y dos policías muertos en el camino.
Para borrar ese pasado obtuvo el DNI de un difunto cuyo deceso no había sido registrado. Hasta eso robó: la identidad al muerto. Se hizo llamar de ahí en adelante Aureliano Ángeles Bonilla, firmando con ese nombre a su único hijo varón. Con nueva iden­tidad y los bolsillos llenos, reúne en Trujillo a los 11 avezados hampones que dirigían diferentes bandas y les comunica sus ambiciosos planes for­mando inicialmente la agrupación criminal “La última cena”.

EL VIEJO PACO
ANTECEDENTES. En los archivos policiales, figuran sus primeros y más feroces crímenes en el Perú y el extranjero. Todos con el nombre de Román León Arévalo, aunque luego cambió de identidad y se hace llamar Aureliano Ángeles Bonilla, con la cual firmó a su único hijo varón.
“Vamos a llenarnos de plata. Aquí en el norte la plata está botada. Solo hay que utilizar nuestra habilidad e inteligencia y nadie nos va a parar, ni la Policía”, fueron las palabras del ‘Viejo Paco’ frente a sus nuevos dis­cípulos. Tiempo después, motivados por el fraterno discurso de herman­dad y familiaridad (“uno para todos y todos para uno”) que transmitía Paco, lo eligen como líder y le juran lealtad, decidiendo juntos la expansión terri­torial y económica de sus fechorías. Entonces dejan el apelativo de “La úl­tima cena” (ya eran más de 12) y pa­san a ser “La Gran Familia”, desde el verano del 2008, en una reunión algo ceremoniosa y festiva en la playa tru­jillana de Huanchaco.
MODALIDADES DE INTIMIDACIÓN
Constituyendo esa federación de alia­dos y a costa de sangrientos operati­vos encabezados por él, ‘Viejo Paco’ se convirtió en el semidiós inspirador de las más ingeniosamente aterradoras prácticas de amedrentamiento. Des­de llamadas telefónicas, hasta envío de flores fúnebres, pasando por dejar sobres con balas o granadas de guerra acompañando las fotos de los familia­res, o ruidosas motos que pasan por la casa de las futuras víctimas dispa­rando ráfagas de metralleta que des­trozan puertas y ventanas.
Según un informe de inteligen­cia policial, al que Velaverde tuvo un completo acceso y en exclusiva, La Gran Familia realizó operaciones en cuatro rubros, claramente definidos: a través del Sindicato de Trabajadores de la Región Lambayeque, se especia­lizaron en la extorsión, secuestro y asesinato de propietarios y adminis­tradores de millonarias edificaciones privadas y gubernamentales, copán­dolos con su propia gente para tener control desde adentro.
Incursionan también en el transpor­te coaccionando a taxistas, transportis­tas interprovinciales y hasta mototaxis­tas. Crean incluso sus propias empresas de transportes y afilian a todos los ta­xistas de la ciudad, quienes deberían pagar cupos diarios, semanales o men­suales. “Dábamos facilidades”, nos dice con sorna un exintegrante. “Nadie se escapaba, nos repartíamos por zonas, les poníamos stickers, y aquel que no se integraba y respetaba, pues le quemá­bamos el carro, y a veces con el chofer adentro”, detalla nuestro testigo.
Siguen las invasiones de terrenos que se repartían entre los cabecillas luego de “negociar” con los dueños. El tema era tan sencillo como crimi­nal. Decidían tomar un terreno cual­quiera, lo llenaban de invasores, luego los empadronaban y les cobraban cu­pos mensuales. “200 soles mensuales, por diez mil o quince mil lotes, saca tu cuenta”, nos precisan. Pero a la vez, contactaban con el verdadero due­ño de la propiedad y, con violencia y mostrando siempre las armas, le da­ban a elegir: vendía a precio ínfimo o pagaba para desalojar el terreno. Cualquiera de las dos opciones. O se volvían propietarios “legales” o sim­plemente eran una empresa informal de seguridad que hacía su trabajo.
Finalmente, ejecutaban desalojos, tomaban terrenos, empresas, cons­trucciones y obligaban a sus víctimas a contratarlas y pagarles por servicios y personal “fastasmas”. Encontraban salidas “legales” a diferentes asesi­natos realizados con esas armas que, para terror de la ciudad y felicidad de ellos, portaban con licencia.
EL VIEJO PACO 2
UN CRIMEN (REALMENTE MUY) ORGANIZADO
Según la denuncia penal interpuesta ante la Dirincri en el 2012, a la que Vela­verde tuvo acceso, así intentó el ‘Viejo Paco’ y su Gran Familia extorsionar a la empresa constructora Mirage S.A.C., de capitales americanos, la misma que de­nunció y colaboró con la captura del ya terrible delincuente y los cabecillas de su organización criminal.
MIRAGE S.A.C. DEBÍA PAGAR POR:
CUPO POR DERECHO PARA CONS­TRUIR: S/. 1.560.000,00 (un millón quinientos sesenta mil nuevos soles), suma equivalente al 3% del costo to­tal (S/. 52.000.000,00) de la obra de construcción en Chiclayo.
SEGURIDAD O “CHALEQUEO”:
S/. 10.000,00 mensuales.
CUOTA SINDICAL: 10 soles por trabaja­dor y por cada semana. Considerando que Mirage tenía 200 trabajadores, de­bía aportar a las arcas del ‘Viejo Paco’ la suma de 8 mil soles mensuales.
TRABAJADORES FANTASMA (catego­ría Operarios): La Gran Familia obliga a cada constructora a pagar por tra­bajadores que no existen (“empleados fantasma”), la suma de 2 mil soles por cada uno. Esto suma otros S/. 16.000,00 mensuales para Paco.
COMPRARON FISCALES, POLICÍAS Y PRENSA
El nivel de organización de esta banda era tal que podría pasar por una eficaz empresa. Esa tranquilidad para delin­quir se las brindaba el brazo legal que tenían muy bien montado a cargo de Orlando ‘Chacho’ Palomino, un ex­policía y abogado con todos los con­tactos necesarios para matar, extor­sionar, asaltar y secuestrar “librando” con tranquilidad la cana.
Tenían también un aparato de prensa que se encargaba de desinfor­mar a la opinión pública y aparecer en los medios como defensores de los de­rechos laborales. Trabajaron con fis­cales y con la Policía de su lado, donde se incluyen a altas autoridades poli­ciales de la región Chiclayo. Incluso se asegura que todavía estas autoridades reciben dinero de la organización.
En su momento, la fuerza del ‘Vie­jo Paco’ fue tal que logró unir bajo su dirección a todo el norte delictivo del país. Monopolizó el crimen. Todo negocio por pequeño que sea tenía que dejar su cupo. “Si te robabas una gallina tenías que pedirle permiso al ‘Papi’ y, de esa gallina, tenías que darle aunque sea un ala para que se haga un abanico”, nos cuentan los miembros de la banda.
ASESINATO DE SU PROPIA GENTE
La fama de La Gran Familia iba en au­mento tanto como los cadáveres que dejaba a su paso. Pero cuanto más só­lida se hacía, el ‘Viejo Paco’ se volvía más paranoico. Seleccionaba a gente de su entorno que podría ser capaz de matarlo y ordenaba eliminarlo. Es así que asesina a Richard Tandazo, ‘Sarry’, a una cuadra de Radio Patru­lla, en Chiclayo. Según un testimonio recibido por Velaverde, Paco sobornó al jefe local de la Policía para cometer este y otros crímenes. “Le dieron 120 mil soles para que no haya ningún pa­trullero cerca. En ese momento se or­denó un repentino operativo fuera de la ciudad y ya lo pudimos matar tran­quilos”, nos detalla nuestra fuente.
‘Sarry’ no fue el único, ni el último, ni el primero. ‘Viejo Paco’ comenzó una carrera por eliminar a todo aquel que le haga sombra. Comenzó a matar a su propia gente. A ‘Trompudo Falla’ lo sa­caron de su casa delante de su familia, lo metieron a su carro y lo quemaron vivo. Era un delincuente menor, pero se ha­bía quedado con un billete de la banda.
“En una oportunidad, a un trujilla­no que vino por un trabajo le metió un balazo en la cabeza por sentarse donde no le correspondía, el asiento delante­ro del carro. Lo dejó tirado en la calle y seguimos nuestro camino”, nos cuenta el presidiario y continúa. “Al final el ‘Viejo’ se maleó, se volvió angurriento. Ya no repartía el botín parejo como al inicio. Si ganaba 100 mil soles, decía que eran 10 mil. La gente comenzó a incomodarse, pero siempre fiel, se­guíamos adelante con la organización. Como una camiseta a la cual defender hasta la muerte”, afirma.
CIFRAS DE LA INVESTIGACIÓN
Según el informe policial, La Gran Familia acumuló más de 50 millo­nes de soles en 8 años de gloria, lle­gando a copar el 80% de territorio en Lambayeque (con sus tres provincias: Chiclayo, Lambayeque y Ferreñafe) y expandiéndose a otras zonas como Tumbes y Piura. El ‘Viejo Paco’ com­pró casas que puso a nombre de sus hijos, empresas de transporte que ma­nejaba su mujer y hasta dos hoteles en Ecuador a nombre de la esposa de Robinson Maguin Castro, ‘Taita’. Más de 300 muertos suman sus crímenes.
¿EL FIN DEL ‘VIEJO PACO’?
Román León Arévalo enfrenta procesos por secuestro, extorsión, robo agravado y homicidio calificado desde el penal de Challapalca, en Puno. Es considerado un reo de altísima peligrosidad y llevará su juicio desde su celda, a través de vi­deoconferencia, pues las autoridades te­men que sea liberado por sus secuaces, que son más jóvenes y sanguinarios.
Informes de inteligencia policial aseguran que sus cómplices en liber­tad, en estrecha coordinación con los cabecillas que han sido detenidos y con su esposa presa en Santa Móni­ca, están reagrupándose en Chiclayo. Están corrigiendo también los errores cometidos y reforzando su brazo legal.
LA GRAN FAMILIA
FOTO: DIARIO LA REPÚBLICA
La Gran Familia es presentada en Lima luego de su captura. Cayeron 16 miembros.
Como vemos, lejos de habernos li­brado de esta lacra, hoy sufrimos una nueva y más salvaje ola de violencia que renace en el norte del país y que se hace llamar, terroríficamente, “La Nueva Gran Familia”.
LA POLICÍA NO PUDO CON ÉL
“¡No me maten! ¡No me maten! Soy empresario y tengo familia”, suplicó el ‘Viejo Paco’ mientras un efectivo de la Policía Antisecuestros le encañonaba el rostro. A su costado tenía una ame­tralladora Uzi y en el suelo yacía el cadáver acribillado de ‘Serrano Isaías’, su sicario de confianza que intentó disparar a sus captores. Fueron 16 los miembros capturados en aquella oportunidad. Luego cayeron más.
Para vergüenza de nuestra Policía, esta captura se debió más a un error cometido por el Viejo Paco y su gente que a un paciente y arriesgado traba­jo de los agentes del orden. A media­dos del 2012, integrantes de La Gran Familia intentaron extorsionar a la constructora Mirage S.A.C., una em­presa de capitales extranjeros que de­cidió construir en Chiclayo y que se negó a ceder ante los requerimientos de los delincuentes.
EL VIEJO PACO 3
MARITZA: ‘LA MAMI’ DEL VIEJO PACO
Maritza Díaz, ‘La Mami’, era el cerebro y motor detrás del líder de la organización. De carácter muy fuerte era tan respetada y temida como el propio ‘Paco’. Incluso, él mismo le temía y dejaba que ella tome deci­siones directas en la organización. Según las investigaciones, en varias ocasiones Maritza sacaba a cachetadas al ‘Viejo Paco’ cuando se encontraba tomando. Una vez llegó a golpearlo delante de toda la gavilla, cuando tuvo que llevar dinero hasta la gallera donde su esposo acababa de perder 70 mil soles en una apuesta. “Cuatro botellas le reventó”, aseguran.
Era dura y no entraba en vainas y tenía fun­ciones puntuales dentro de la organización: se encargaba de la caja chica. Paco ordena­ba matar a alguien o tomar un terreno y su esposa entregaba los viáticos. “Nos daba 10, 20, 50 mil soles, por ejemplo, dependiendo del trabajo por hacer, y nosotros le firmába­mos el recibo, nos despedíamos con besi­to y nos deseaba suerte ‘La Mami’”, precisa nuestro informante.
También se asegura de que todos los inte­grantes de La Gran Familia “respeten” a sus esposas y sus propias familias. No permitía que sus delincuentes tengan amantes o hi­jos en la calle. Hacía de mediadora muchas veces cuando alguno tenía un problema marital y ahuyentaba a las chicas que mero­deaban a sus sicarios. Si no le hacían caso, simplemente les retiraba su confianza y eso podía ser fatal.
Maritza Díaz había sido antes mujer de Fer­nando Ramos, ‘Facho’, procreando a Yesenia Ramos Díaz. ‘Facho’ y ‘Paco’ habían sido muy amigos y realizaron muchos atracos juntos. Luego del asalto a un banco, ‘Facho’ cayó preso, mientras que ‘Paco’ la libró. En libertad se acercó a Maritza y la hizo su mujer, que­dando en claro que, efectivamente, “Paco no tiene bandera”. Luego de esa traición, los examigos se convirtieron en enemigos y se juraron muerte. “Cada vez que mato a uno, siempre veo el rostro de ‘Facho’”, decía siem­pre el sanguinario ‘Viejo Paco’.
“Yo, como estadounidense, no ne­gocio ni con delincuentes ni con terro­ristas. Prefiero cancelar el proyecto an­tes que ceder a las extorsiones”, afirmó el neoyorquino Ray Slate, director de Mirage Perú a El Comercio. El empre­sario optó por contratar a su firma de seguridad, también americana, Police Security, que se encargó de investigar a los extorsionadores para luego presen­tar una denuncia en Lima. Se estima que esta operación costó 300 mil soles y que duró tres meses aproximadamente.
LA GRAN FAMILIA 3
¿EL CRIMEN NO PAGA? Madre e hijo presos. Según información policial Maritza Díaz, ‘La Mami’, sigue manejando los hilos de la organización desde el penal de Chorrillos. Ángelo, hijo de ella con el ‘Viejo Paco’, también se comunica con los nuevos integrantes.
Finalmente, el Viejo Paco fue dete­nido en medio de una balacera en el poblado de La Esperanza donde reali­zaba una reunión con los pobladores para el respectivo cobro de cupos por los terrenos. Enmarrocado de manos y pies, fue presentado en Lima y tras­ladado a Piedras Gordas desde donde continuó manejando “su negocio” vía telefónica hasta que fue trasladado al penal de Puno. “Allá está aislado y ya no puede mandar. Hay gente nueva que ya no quiere depender de él o que le teme, entonces es mejor para ellos que esté incomunicado, así se quedan con el negocio”, manifiestan los testigos.
Actualmente, y según la Policía, su esposa Maritza ha asumido el control y toma las decisiones importantes de la organización dando las directivas y recibiendo el dinero del negocio.
LA GRAN FAMILIA 2
Con el ‘Viejo Paco’ preso e incomunicado, está lejana la idea de que la ola criminal desaparezca en Chiclayo, pues nuevos delincuentes han tomado la posta y son más “profesionales” y cuidadosos, así como también más sanguinarios y despiadados. En este contexto aparece Robinson Castro Torres, alias el ‘Taita’. Actualmente, y en coordinación directa con Maritza Díaz (‘La Mami’, esposa del ‘Viejo Paco’) y reclutando a decenas de jóvenes nuevos sicarios y secuestradores han formado “La Nueva Gran Familia”.
Según inteligencia de la policía ‘Taita’ trabaja bajo la fachada de ser un próspero empresario hotelero de Máncora, donde efectivamente posee un burdel muy concurrido. También es dueño de la empresa de seguridad H&S que se encuentra operando en todo el norte. Se ha asociado con Raúl Tello Pérez, quien domina la cantera de Ferreñafe, un terreno de más de 20 mil hectáreas. Esta nueva dupla ha desplazado a la que formaron ‘Chacho’ Palomino (quien fuera asesor legal de la ahora Gran Familia) y ‘Kike Gavilán’ (seguridad personal del ‘Viejo Paco’), quienes eran de alguna manera los llamados a suceder a su líder preso y que ahora se encuentran perfil bajo, pues la Policía los busca.
POLICÍA DE LA MANO CON SICARIOS Y EXTORSIONADORES.
En los últimos meses, en Chiclayo, un gru­po especial de policías –respaldado por el Ministerio Público– realizó una investiga­ción detallada respecto al accionar de los grupos criminales (y también de malos po­licías, que incluyen altos mandos en la re­gión) en el norte del país; trabajo que tenía carácter de secreto. No obstante, y debido a la corrupción policial, esta información clasificada está en manos de los propios investigados, tal como lo ha denunciado y lamentado la presidenta de la Junta de Fis­cales Superiores de Lambayeque, Carmen Miranda Vidaurre. “Es lamentable y preo­cupante que un sindicato de construcción haya obtenido información reservada para una investigación y la esté repartiendo, es un golpe bajo para los que trabajan contra el crimen organizado; esto puede frustrar una investigación y hacer que los investi­gados se fuguen y los testigos sufran agre­siones”, manifestó hace unos días.
LA GRAN FAMILIA 4
Toda la información consignada en el re­portaje que publicamos en esta edición, en cada uno de sus extremos y detalles, sobre el accionar de la organización cri­minal denominada La Gran Familia, así como la conformación de su sucesora –la aún más sanguinaria y especializada La Nueva Gran Familia– ha sido tomada de la investigación policial y fiscal reali­zada en Chiclayo en los últimos meses. Naturalmente, y como corresponde a la labor periodística, también se contrastó con testimonios directos de integrantes y exintegrantes de ese grupo a los que Velaverde contactó en exclusiva. Asimis­mo, hemos reservado –por esta vez– in­formación que implica a altos mandos militares en varios crímenes.

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