Por Paulo Retamozo G
Un amigo me propuso en este medio un tema relacionado con la
seguridad y ésta con los centros de reclusión, destinado para quienes
infringen las leyes penales. Me colocó en las alternativas de quedarme
callado o decir algo. Opté por lo segundo.
La reclusión de los que
infringen las leyes penales, es parte también de los criterios de
seguridad y orden interno que el gobierno central nunca ha tenido la
perspicacia de tener en cuenta. También han
sido descuidados, al punto
de que dentro de esos penales administrados por el Gobierno Central se
producen ilícitos, que afectan a la ciudadanía. Más aún se han
convertido en lugares, desde donde se hace evidente la perniciosa
proclividad y descuido, que es aprovechada por bandas organizadas. El
Estado,….bien gracias. Otra muestra más de la ausencia de eficacia de
los órganos encargados y que no existen políticas de seguridad. Esa
ineficacia es materia de preocupación, por los "estudiosos";
"doctrinarios" y "opinologos" en materia de seguridad. Todos "hablan",
pero en función de sus intereses personales. Finalmente no se hace nada,
mucho menos se nota trabajo que corrija este perniciosos deslinde.
En mi libro Perú: Seguridad en Rojo, entre algunas conclusiones referí
que ahora, teniendo tanto dinero que administran los Gobiernos
Regionales y Locales (dígase Municipalidades), se podría dar solución al
problema de seguridad; más aun si en todo ello no pasa desapercibida la
vinculación de los actores con el crimen organizado; lavado de activos y
etc. etc. Los primeros se encargan de crear "Policías Regionales" y los
segundos, en alentar desde esa instancia, a la proliferación, cual
gobierno feudal, de los llamados " serenos". Es decir, la de atomizar la
función de policía,.... en ambos casos. Obviamente que en esta
coyuntura, los únicos responsables son los policías, que ya cuentan
ahora como plus, la de haberse contagiado peligrosamente con la
corrupción. Nadie confía en ella, pero por influencia histórica que
ahora ya tiene sus frutos. La ciudadanía creé que el mal endémico de la
corrupción que vivimos en nuestra Nación, tiene en la Policía como la
única responsable. Situación histórica, que permite a "quienes le
enmiendan la plana a los políticos", llevar agua para su molino. Esto
último solo lo entenderán cuando lean el libro de mi autoría.
Propuse en aquella oportunidad que estas ramas del Estado construyan y
habiliten Centros de Reclusión para ser entregados en concesión a
empresas particulares. En este sentido dije que el Gobierno Central, no
descarte su participación como mecanismo de control de la función
constitucional y responsable de las políticas de seguridad y en esa
perspectiva, no abandone su responsabilidad, descartándola como tal y
desde donde debería de ejercer una prolija labor de supervisión
permanente, a fin de que las empresas Concesionadas, cumplan con esa
función y que repercutiría en el sosiego de la ciudadanía
Todo ello
de la mano con los instrumentos jurídicos que administran la sanción
para quienes infringen las leyes penales. Es una manera de prevenir los
ilícitos que afectan a la sociedad en su conjunto. Ahora vemos que los
que sufren carcelería, van a las audiencias con ternos y hasta chalinas,
para protegerse del frio, mientras que a otros les ponen grilletes, por
darles un ejemplo de como funciona la justicia en este nuestro
maltratado país..
Es la única manera de que la sociedad se proteja.
La Nación se sentiría protegida por el Estado, cuando perciba que todos
los entes vinculados con la Seguridad, ejerzan sus responsabilidades,
como la de otorgar un servicio social de seguridad eficaz y eficiente.
Habría más que decir, no obstante que alguna manera lo sostuve en
forma coloquial, en la obra de mi autoría Perú: Seguridad en Rojo;
muchos han confundido y quizás no lo toman en cuenta cuando al asignarle
el color rojo, lo vinculan con el amor. Ello es lo que menos inspiran a
la revisión y lectura. Lo he evidenciado, pues alguno de los
interesados en la obra, me preguntaron el por qué del Titulo. Tuve que
reafirmarle que el Rojo significa un Código vinculado con el peligro al
que nos está llevando de manera tendenciosa y concluyente los distintos
gobiernos de turno, al extremo de conducirnos hacia la mexicanización de
la justicia. De manera específica en todo lo que ello significa, desde
la prevención del delito; hasta la ausencia de una política de seguridad
interior que de manera evidente se dan con la comisión de hechos que,
no llegando a esa tipificación delincuencial, cuentan con la "generosa "
apreciación y proclividad de quienes crean las leyes y la grosera
tendencia de favorecer a la delincuencia, al crimen organizado,
enriquecimientos indebidos, lavados de activos y en los que la
ciudadanía no descartan que políticos y jueces de todas las estolas
tienen alguna vinculación. Entonces, no conviene asumir y hacer lo que
tienen que hacer. Encuentran a sus chivos expiatorios y no dejan margen
de defensión a los ciudadanos de a pie que luchan el día a día; esta
cuenta solo con la esperanza de que la inseguridad no los toque y lo que
es peor, guardan silencio.
El Perú está desprotegido. Ahora que
existen señalamientos torpes en materia judicial, cuando se legisla y
aparecen figuras como la "flagrancia" , “detenciones preventivas";
“definitivas”, etc., etc., etc.. Las leyes son hechas para beneficiar a
los delincuentes de cuello y corbata, que necesariamente deberán ser
enjuiciados como miembros de bandas organizadas dentro de los propios
gobiernos de turno, si se tiene en cuenta que ahora aumentaron los
picaros y existen más de 40,000 “puestos de confianza”. Donde los
colocan a estos? Entonces crean cárceles doradas. Quien traspasa la
línea de conducta y se convierten en delincuentes, por las infracciones
legales, deben de tener su espacio y ser tratados democráticamente por
igual. Así sean Leones; Tigres; apristas; fujimoristas, humalientos o
cachacientos, todos depredadores y carroñeros de la justicia. Si estoy
equivocado, me corrigen o hacen lo que hace INDECOPI, asumir
procedimientos burdos, tendientes a callar a los que pueden hablar.
Ese es el final de mi obra, a los que no les ha llegado, en tanto esta
institución burocrática, por lo que hace, deja en evidencia que solo ha
sido creada para entorpecer la justicia y para servir a los de cuello y
corbata, además de las entidades financieras y otros. Esta institución
no adquiere tampoco el propósito de enmendar sus burdos y sesgados
procedimientos administrativos burocráticos , en perjuicio de la
justicia
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