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20 sept 2015

PALABRA DE HONOR


Durante la Revolución mexicana y caída del invasor europeo Maximiano en la Batalla de Querétaro quedó en calidad de detenido por el ejército de Benito Juárez, el General Severo del Castillo, Jefe de Estado Mayor de Maximiliano, quien luego de ser enjuiciado fue sentenciado a la pena de muerte (fusilamiento), recayendo la responsabilidad su custodia al Coronel Carlos Fuero. El día previo a la
ejecución, el ayudante del Crl. Fuero le comunicó que el sentenciado deseaba entrevistarse con él. Constituido ante éste en su celda, el Crl. Fuero, quien no olvidaba la amistad que había unido a su padre con el general, indagó las razones por las que se había solicitado su presencia. El Gral. Del Castillo, expuso lo siguiente: “Quiero confesarme y también redactar mi testamento. Por tanto solicito que vengan a mi celda el Padre Montes y el Licenciado José María Vásquez”. Ante esto, el Crl. Fuero dijo: “Mi general, no creo necesario que esos señores tengan que venir”. Esta respuesta molestó al Gral. Quien repuso: “¿Cómo?. Deseo arreglar las cosas de mi alma y de mi familia y me dices que no es necesaria la presencia del sacerdote y el notario”, la respuesta de Fuero fue inmediata: “No, porque Ud. irá personalmente a arreglar sus asuntos y yo me quedaré en su lugar hasta que Ud. regrese”. Muy sorprendido el Gral. Del Castillo, preguntó: “¿Pero, qué garantía tiene que yo regresaré para enfrentar al pelotón de fusilamiento?. Emocionado Fuero dijo: ”¡Su Palabra de Honor, mi General!” . El Gral. Respondió: ¡Pues ya la tienes!, abrazando al joven Coronel. A continuación ambos se dirigieron al Oficial de Guardia de la Prisión y Fuero le dijo: “El Gral. Del Castillo sale a su casa a arreglar unos asuntos y yo quedaré en su lugar como prisionero. Cuando él regrese me avisa”. Al día siguiente, llegó el Gral. Sóstenes Rocha al mando de la Unidad y enterado de lo que había dispuesto Fuero lo recriminó duramente, ante lo que el Coronel dijo: "Ya volverá y si no lo hace, puede Ud. fusilarme a mí”. En ese momento regresó a la prisión el Gral. Del Castillo dispuesto a ser ejecutado. ¡Había cumplido su Palabra de Honor empeñada!. De todas maneras el Gral. Rocha informó lo ocurrido al líder revolucionario Benito Juárez, quien dispuso que el Gral. Del Castillo no sea fusilado y no se tome ninguna represalia contra el Coronel Fuero.
Ambos eran egresados del Colegio Militar y honraron el valor de la palabra empeñada.

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