LA PRIMERA CAPITULACIÓN DE LAS FORTALEZAS DEL CALLAO.
Luego de proclamar
la independencia del Perú, San Martín envió sus tropas para sitiar las
fortalezas de El Callao. A cargo de esta acción estuvo el general Juan
Gregorio de La Heras; mientras tanto el almirante Cochrane bloqueó el
Callao por mar para evitar que los sitiados reciban ayuda.
En la fortaleza se encontraban dos mil soldados de las tropas realistas al mando del general José de la Mar.
San Martín le escribió dos cartas a La Mar pidiendo la rendición el 17 y
18 de setiembre. La Mar
contestó la carta con mucha sutileza:
“No
me considero en el caso de haber ofendido la delicadeza de usted dejando
de dar crédito a sus aserciones, ni como hombre público ni como
particular, pero permítame usted, señor general, manifestarle que en
situaciones como la mía no es nueva toda atención de esta especie sin
nota de agravio”. (Paz Soldán 1920: 32)
El 14 de agosto las tropas
de Las Heras intentaron capturar la fortaleza, en este fallido asalto
murieron 10 soldados patriotas y 12 realistas, además cayeron 19
prisioneros.
Desde la serranía, el virrey La Serna envió tropas al mando de los generales Valdez y Canterac para ayudar a los sitiados.
El general realista Canterac recibió órdenes de arrasar la fortaleza y
recoger todos los pertrechos y llevarlos a Jauja, donde se encontraba el
virrey. La Mar se opuso a estos planes. De esta manera era poco lo que
Canterac pudo hacer y no le quedó más que regresar a la sierra.
Ante
esta difícil situación, el general La Mar decidió negociar la rendición
de la fortaleza. El 19 de setiembre de 1821, a las 8:30 de la noche se
firmó la capitulación. San Martín firmó la capitulación desde su centro
de operaciones en la chacra de Baquíjano, lugar ubicado en el camino
colonial al Callao.
El 21 de setiembre Tomas Guido informó a San Martín:
“A las diez de esta mañana las tropas de la patria tomaron posesión de
las fortalezas del Real Felipe, San Miguel y San Carlos, y los
pabellones del Estado libre del Perú flamearon en ellas por primera vez.
Sucesivamente la guarnición española de la plaza desfiló con los
honores concedidos en el artículo 1 de la Capitulación, y dejaron sus
armas y correajes. Muy corto número ha preferido seguir la suerte del
ejército real: el resto ha abandonado voluntariamente sus antiguas
banderas. El inmenso parque de artillería, armamento y útiles navales
que he encontrado, aumenta en sumo grado el valor de la importante
adquisición que ha hecho la causa de América.
La captura de la
fortaleza fue un gran golpe, porque San Martín pudo conseguir las armas y
municiones que se guardaban allí. Al día siguiente se decidió cambiar
el nombre del Real Felipe por el “Castillo de la Independencia”. (Paz
Soldán 1920)
¿Y qué sucedió con La Mar? Renunció al ejército
realista y se pasó a las filas patriotas. Años después fue elegido
presidente constitucional entre 1827 y 1829, a pesar de estar en
desacuerdo con su elección cumplió su encargo hasta que fue depuesto por
un grupo de generales peruanos.
BIBLIOGRAFÍA
"Primer centenario
de la rendición del Real Felipe del Callao (1826-23 de enero 1926)
Álbum conmemorativo." Lima: Tipografía “El Lucero”. 1926
DE LA
BARRA, Felipe. "Monografía histórica del Real Felipe del Callao." Lima.
Centro de Estudios Histórico-militares del Perú. 1957
PAZ SOLDÁN, Juan Pedro. "Cartas históricas del Perú." Lima: Librería e imprenta Gil. 1920
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