ALBERTO JORDÁN BRIGNOLE
Reflexión de un Policía.
Si los componentes de la Policía Nacional del Perú, quieren ser respetados, que sus derechos no se pisoteen y que el ciudadano los respete, deben de cambiar de actitud, deben ser más honestos, y deben volver hacer el policía amigo del pueblo, una vez que se vea este cambio el pueblo apoyara.
Estimados amigos de la Gloriosa Policía Nacional del Perú, escucho por varios medios de comunicación hablados y escritos que el 6 de febrero habrá un paro de la Policía, estimados colegas me acuerdo de la huelgas de los años 1975 y 1987, fueron dirigidas por líderes policiales y lo más importante que las Instituciones policiales estaban compuestas por la Guardia Civil que se encargaba del Orden Publico, la Policía de Investigaciones que se encargaba de los delitos y la Guardia Republicana que se encargaba de las cárceles, fronteras, estas tres Instituciones gozaban del cariño y prestigio de la ciudadanía, díganme estimados amigos hoy la Policía Nacional del Perú cuenta con el apoyo ciudadano como lo tuvo en la huelas del 75 y del 87, claro que no, en esas huelgas se ganó muchos derechos de los cuales hoy se goza, pero el pueblo apoyo.
Estimados amigos para que una huelga tenga éxito se necesita tres ingredientes muy importantes; el primero el liderazgo o liderazgos de quienes van a dirigir esta huelga, segundo, la participación del personal en tener una entrega total y afrontar las responsabilidad que traerán como consecuencia de esta huelga, y tercero, que creo que es el más importante, ya que es un factor fundamental en un paro de la policía, es el apoyo de la ciudadanía.
Nos tendíamos que preguntar;
¿Cuál es el concepto que tienen la población del comportamiento de la Policía Nacional en su desempeño de atención al ciudadano y del cumplimiento de su misión? Bueno creo que no es bueno el apoyo del pueblo, por lo tanto es preferible cambiar de estrategia.
Yo creo que una huelga sin un apoyo de la ciudadanía lo único que traerá como consecuencia es la alteración del orden público, vandalismo, desprestigio de nuestra Institución, de repente muertes inútiles y despidos de muchos policías de sus puestos de trabajo, lo más lamentable es que los grupos políticos que están siendo investigados por diferentes motivos de corrupción por el congreso y el poder judicial, sean los primeros en apoyar y aprovecharse de esta huelga utilizando como siempre al personal policial, con la única finalidad de desestabilizar al gobierno y a la democracia (gobierno que no estoy de acuerdo, pero sí de acuerdo que la Democracia la debemos cuidarla).
La única forma de poder reclamar nuestros derechos es hacer un examen de conciencia cada uno de los policías del Perú, prometer desde mañana el cambio, haciendo un esfuerzo para que sean personas más amables con la ciudadanía, de poder honrar su uniforme, de poder ser eficientes en su trabajo contar la delincuencia, en cuidar y distribuir en forma honestas los pocos recursos que el estado les da, volver ser el policía de barrio que tanto extraña el ciudadano, de ser un policía que cuando se le acerque a un ciudadano este de lo mejor de uno, poner una sonrisa y ser amable, estos pequeños actos le dará tranquilidad al ciudadano, cuando se encuentre con un ciudadano que le insinué algo ilícito, hágale entender que usted representa la Ley y respeta su uniforme y si no entiende cumpla con la Ley, ese día que el policía actué de esa manera y se vea el cambio, ese día el ciudadano le dará su apoyo, pero si sigue como esta nuestra policía el ciudadano nunca se lo dará.
CELSO PEDRO PASTRANA NEYRA
Estimado Alberto Jordán: Permite que, en mi condición de Sargento BGCP (r) y, de haber participado activamente en la huelga policial del 25 de mayo de 1983 y de liderar la huelga policial del 15 al 18 de mayo de 1987, responder a la publicación que dice: "Reflexión de un policía"..........
Ninguna persona en su sano juicio, puede negar que existe corrupción en el seno de la institución policial, así como ninguna persona puede negar que la corrupción es producto de un Estado y sus Poderes -Ejecutivo, Legislativo y Judicial- corruptos, inmorales y violadores de la Ley y el Estado de Derecho. ¿Es posible tener una institución policial honesta dentro de un Estado corrupto y, con políticos -gobernantes- que de incorruptibles y honestos, no tienen nada?
La actitud de cambio debe de empezar desde el mismo seno de la sociedad y sus actores sociales, de sus políticos y gobernantes y, por supuesto que las instituciones del Estado serán otras, incluida la Policía Nacional del Perú.
Es verdad que, las instituciones policiales de antaño, BGCP, GRP, PIP y Sanidad de Policía, gozaba de prestigio y del cariño de una parte de la ciudadanía, no de toda y, siempre fue por culpa de los gobernantes que enfrentaron a policías contra su pueblo por no resolver problemas políticos y sociales, decidiendo el camino de la represión. ¿Que no hubo corrupción en las instituciones policiales de antaño? Por supuesto que si la hubo, y es mejor ni acordarse pero si alguien desea, pues refrescamos la memoria, aunque no creo que sea correcto por la historia y prestigio de miles de efectivos policiales que dieron su vida por la democracia de la que jamás disfrutaron y por esa gran reserva moral que salvó a las instituciones policiales de antaño de caer en la corrupción total, por que el Estado y sus gobernantes eran corruptos.
La huelgas policiales no solo se han llevado a cabo por aumento de sueldos y conquistar derechos negados, como tener derecho a un sindicato, derecho al sufragio, trabajar ocho horas, seguro de vida, fondo de salud policial, entre otros, sino exigir una verdadera moralización en las instituciones policiales -pueden ver los vídeos de la época colgados en Youtube-, se luchaba en esa época contra la corrupción existente, contra el abuso, contra el crimen organizado que desde el más alto nivel de gobierno, formó grupos paramilitares compuestos por civiles y policías. El líder y la reserva moral de las instituciones policiales siempre fueron más allá del hecho reivindicativo, buscando siempre estar al lado de su pueblo; basta leer los medios de comunicación de mayo de 1987 y, una de nuestras exigencias: "Nos oponemos a órdenes que violen los derechos humanos". En las huelgas policiales de 1975, 1983 y 1987, se denunció el abuso y corrupción existente.
Para que una huelga policial tenga éxito, se necesitan fundamentalmente dos condiciones:
Las objetivas:
a.- Malas o penosas condiciones de vida de los colegas y sus familias.
b.- Opresión política, corrupción y usar a la institución policial con fines políticos.
c.- Asesinatos de colegas y familias abandonadas a su suerte.
d.- Trabajar para el Estado y la empresa privada por necesidad, y no tener vida familiar.
e.- Falta de infraestructura, formación, mística institucional.
f.- Militarizar la institución policial.
Las subjetivas:
a.- Liderazgo
b.- Organización
c.- Nivel de conciencia
El apoyo de la ciudadanía se gana de acuerdo a los planteamientos que se hagan, y lo fundamental es la lucha contra la corrupción y ser policías contra el crimen y no para el crimen. Los ciudadanos apoyarán siempre una institución policial democrática, cívica, que los proteja, no que los reprima. Las huelgas policiales ha sido apoyadas por diferentes actores sociales, cuando estás se ha llevado a cabo y se han enterado de sus planteamientos.
En abril de 1987 me junté con un grupo de oficiales de la Guardia Civil en una Comisaría de Lima, quince días antes de la huelga policial de mayo de 1987; el Comandante BGCP. Fernando Vargas Vargas, los Mayores BGCP. Jorge Merino Briolo y Luis Montoya Villanueva, el Teniente BGCP. Meléndez Ponce, entre otros. Les informé de la sublevación y que me tocaba asumir la responsabilidad de dirigir el levantamiento para concretizar la huelga policial, les solicité se sumaran a la lucha por que era en primer lugar; por la verdadera moralización de la institución y no la apristizacion y mayor corrupción que el partido de gobierno -APRA- estaba generando, además de nuestras propias reivindicaciones. Todos los oficiales se cuadraron militarmente y manifestaron que se plegaban a la huelga policial si el Comandante BGCP. Fernando Vargas, se sumaba. Don Fernando me agarró del hombro y me dijo que nada se podía hacer, que pensara en mi familia y que la violencia que se podía suscitar sería incontrolable, más aun con un partido de gobierno que no servía para nada y, que la situación en el país era difícil, con el terrorismo y la delincuencia común que arreciaba. No se sumaron y solo pedí el secreto total de lo conversado. Don Fernando Vargas Vargas, me dio su palabra. En el camino y ya retirándonos de la Comisaría, mi amigo el Capitán BGCP. Jorge Merino Briolo me dijo; "Che Pastrana, una huelga policial con el terrorismo y delincuencia que existe dejaría desprotegido a los ciudadanos y la violencia sería mayor"........mi respuesta fue: "Jorge, no podemos callarnos y quedarnos cruzados de brazos, queremos una verdadera moralización, no más corrupción, se que la mayoría de colegas quieren aumento de sueldos que les permita vivir mejor, como lo quiere cualquier sector de trabajadores, pero nosotros tenemos ideales, somos guardias civiles con honor y luchamos contra la corrupción, no hay otra salida, la huelga se hará el 15 de mayo". Y así fue.
En mayo de 1987, todos los partidos políticos de "izquierdas y derechas", sindicatos y otros actores sociales, estaban a favor de la huelga policial y contra el gobierno del APRA, cada cual con sus intereses. Los policías rebeldes, tenían sus propios planteamientos, me refiero a la reserva moral que hasta hoy existe, la lucha a muerte contra la corrupción, una verdadera moralización y, que terminara el manoseo político de la institución, aunque la gran mayoría de policías lo que quería era aumento de sueldos, como cualquier sector de trabajadores.
¿Desestabilizar el gobierno y la democracia? No puedo creer que eso se hiciera en 1983 y 1987 en pleno auge del terrorismo y delincuencia común. No y mil veces no. Respeto las ideas, aunque no las comparta. Una huelga policial contra la corrupción, abusos, por el honor, por vivir y no sobrevivir, hace más dignos a los policías. Que se vayan con el cuento de desestabilizar la democracia y al gobierno a otro lado. Quien desestabiliza la democracia, es el propio gobierno al violar el Estado de Derecho, quien desestabiliza la democracia, es el gobierno que miente y engaña a su pueblo. Las protestas justas, jamás desestabilizan, por el contrario, fortalecen la democracia. El pueblo y sus actores sociales, entre esos actores, los miembros de la institución policial, tienen todo el derecho, la obligación, el deber moral, de rebelarse ante lo inmoral, lo corrupto, lo injusto. Eso es la democracia y no lo que quieren vendernos.
ALBERTO JORDÁN BRIGNOLE
Estimado Celso, las condiciones no están dadas para una huelga en salir a las calles, en la época que tu lideraste a los policías el pueblo apoyaba, hoy no estimado amigo, lo que si se puede hacer sin necesidad de salir a las calles es no ir a trabajar un día, y si eso no funciona serán dos días, el otro tema es el Sindicato de la Policía, es mi apreciación y mi punto de vista.
CELSO PEDRO PASTRANA NEYRA
Mi estimado amigo Alberto Jordán, alguna de las condiciones subjetivas son la que faltan, por lo menos es mi apreciación personal, ni la huelga, ni otra acción, como faltar un día, se hará realidad si no hay organización, liderazgo y conciencia. Estoy directamente conectado con la juventud policial, fundamentalmente del VRAEM, los más veteranos -igual sucedió en mi época- hablan mucho pero para dar un paso al frente, les cuesta, y es comprensible, no por quedarse sin trabajo por que ya tienen asegurada su pensión, es el miedo que no vencen y que los más jóvenes en algún momento logran vencer. Son los más jóvenes en la institución los que tienen la palabra y la acción y saben muy bien que, sin liderazgo y organización, no se puede hacer nada, el nivel de conciencia es elevado, de eso no me cabe duda, tanto en oficiales como suboficiales. Permite que hable sobre mi persona y la disciplina, el don de mando y porque llega uno a rebelarse. No soy un amante de la huelga, sedición, sublevación o rebelión. He sido y soy disciplinado, he comandado a personal desde la jerarquía de GUARDIA de la Benemérita Guardia Civil del Perú, y la disciplina siempre fue importante en mi vida, en Ayacucho en diciembre de 1983 fui al mando de más de 25 guardias civiles desde Huamanga a Soccos y Vinchos, no habían Clases en ese grupo humano de jóvenes policías, pero había un guardia civil que salió al frente y tomó el mando como más caracterizado, el Teniente BGCP. Carlos Enrique Grillo Vela, si más no recuerdo, fue quien me entregó el mando de los 25 guardias civiles. He comandado en la 66-CGC., varias tripulaciones en distintos patrulleros, he tomado la iniciativa en intervenciones policiales con balaceras infernales, he dirigido algunas protestas justas en la EG-CIGC como alumno, he dirigido y comandado como Guardia, Cabo y finalmente como Sargento, justas protestas y en 1987 lideré como bien sabes la huelga policial y, créeme, por más sublevados y en huelga, la disciplina estuvo presente, sino, otro hubiese sido el desenlace. Siempre fui muy claro con mis ideas y puntos de vista, respetando la de los demás y solo cuando todas las puertas se cierran, cuando la opresión y manoseo político penetra profundamente en la institución que amas y que no debe de ser politizada como tal, que la corrupción aumenta a pasos agigantados y el gobierno so pretexto de moralizar, la manosea y convierte a sus generales en genuflexos, cuando asesinan a colegas quedando sus familias desamparadas, cuando colegas ponen el pecho para defender una democracia de la que no gozan, cuando te llaman corrupto sin serlo, cuando cuestionan y ofenden la dignidad de un uniformado incorruptible, cuando sueltan a los delincuentes que asesinan o intentan asesinar a nuestros colegas. ¿Qué hacer? ¿Cuál es nuestra experiencia para lograr un cambio o conseguir algo? Me queda claro que a largo plazo, debemos de luchar políticamente junto a otros sectores de la sociedad, es el camino para transitar por la senda de la justicia, honestidad y dignidad del ser humano. Pero, ahora que los colegas llaman a una huelga, mi deber es apoyarlos y decirles que, la lucha continúa, ellos saben que algo se ganará y algo se perderá, es la lucha con sus sabores y sinsabores. No se puede mirar para otro lado. Si no hay condiciones subjetivas, ellos mismos tendrán que hacerla realidad pero, tarde o temprano, la huelga estallará. Con el afecto de siempre y disculpa esta narración. "La victoria esta reservada para aquellos que están dispuestos a pagar su precio".
No hay comentarios:
Publicar un comentario