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11 mar 2021

Alan Garcia fue un temprano virus en el Peru

Con el sugestivo nombre de "PÁJAROS DE ALTO VUELO*, en diciembre de 1993 se publicó el que fuera el último libro de Carlos Malpica Silva Santisteban. El ex senador de Izquierda Unida había fallecido un mes antes y por diversas razones éste trabajo no tuvo la difusión que hubiese deseado el infatigable estudioso de la realidad nacional y luchador social.

En dicha obra narra la coima más grande en el Siglo XX sucedida en el Perú en el año 1985, con el Caso de la reventa de los 14 aviones Mirage 2000 totalmente equipados y con el armamento de corto, mediano y largo alcance, hecho con el cual empezó el 'desarme de las Fuerzas Armadas'. Este hecho podría calificarse como "Traición a la Patria", teniendo en consideración, que 10 años después, el Perú perdió Tiwinza en el Alto Cenepa, por la superioridad aérea de Ecuador frente al Perú y por el apoyo logístico de Chile y Argentina al Ecuador. 

En éste fraude, según EL AUTOR, Alan García Pérez, el líder aprista del "cambio responsable" y sus secuaces, se engulleron más de cien millones de dólares. Durante veinticinco años se ha pretendido cubrir con un manto de olvido tan desvergonzado latrocinio. Ahora, desde la eternidad, Carlos Malpica levanta nuevamente su voz para desenmascarar al politicastro demagogo y soberbio. 

Éste es un resumen de su historia:

En uno de los pasajes del discurso que pronunció Alan García Pérez cuando asumió la Presidencia de la República el 28 de de julio de 1985, dijo: 
- "Anuncio a los pueblos del mundo, nuestra decisión de reducir sustancialmente las compras de material bélico, comenzando por el recorte del número de aviones Mirage, cuya compra actualmente está en tramite". 

Éste anuncio arrancó el aplauso unánime de los asistentes a la ceremonia en el Congreso de la República entre quienes se encontraban Presidentes, ex Presidentes y numerosas personalidades de América Latina y el mundo. 
Los invitados estaban lejos de imaginar que detrás del anuncio, donde también se expresó una falsa preocupación por las necesidades del pueblo, se escondía uno de los más escandalosos negociados de nuestra Historia Republicana.

Fueron muy pocas las personas que sabían, que entre los invitados al acto de asuncion y juramentación en el hemiciclo, se encontraba un dilecto amigo del flamante presidente, Abdul Rahman El Assir, traficante de armas de origen libanés, cuyos datos biográficos nos ayudaran a entender mejor los hechos.

Abdul Rahman o simplemente Abderramán El Assir, era un joven economista que el año 1975 trabajaba como agregado cultural de la embajada del Líbano en Egipto. En 1976, al año siguiente, por una de esas casualidades del destino, que en el Perú se conoce con el nombre de "braguetazo", se casa con Samira Khashogui hermana de Adnam Khashogui, considerado entonces el hombre más rico del mundo y mayor comerciante de armas del Medio Oriente.

Es así como Abderramán empieza a conocer lo secretos de éste lucrativo negocio e incursiona en el mundo de las finanzas internacionales.Su todopoderoso cuñado se encarga de presentarle a los Jeques árabes, Presidentes, Ministros y aristócratas europeos con quienes tenía negocios establecidos o por concretar.
Algunos años después y luego de haber vivido en Francia y Chipre, El Assir se instala en España al mando de la empresa Alcántara Iberian Exports, allí conoce al Rey Juan Carlos I así como a los máximos dirigentes del gobernante Partido Socialista Obrero Español como el primer ministro Felipe Gonzáles y el Ministro de Economía Carlos Solchaga. Es a través de ellos que conoció al presidente venezolano Carlos Andrés Pérez con cuyo gobierno efectuó jugosas transacciones en la venta de armamento.

Fiel a su estilo y mientras su cuñado Adnam Khashogui triangulaba con Israel una venta de armas norteamericanas a Irán a cambio de la liberación de rehenes, El Assir se divorciaba de Samira y volvía a casarse con la hija de un diplomático fuertemente vinculado al gobierno de España.

Corría el año 1985, Alan García había ganado las elecciones presidenciales y antes de asumir el mando efectuó un viaje a Europa, dizque a recibir la bendición papal. El domingo 9 de junio el mozalbete García llega a Madrid y almuerza en el Palacio de la Moncloa con Felipe González. El lunes 10 tuvo una audiencia con el Papa Juan Pablo II a quien le promete que hará "un gobierno cristiano al servicio del pueblo". Por la tarde, Alan se reúne con el Canciller Giulo Andreotti (probable primer contacto para la obtención del préstamo de su famoso Tren Eléctrico), y el martes 11 se entrevista con el jefe del gobierno Betino Craxi. Ambos personajes que le fueron pródigos en halagos y consejos, serian poco después defenestrados de sus cargos por haber recibido sobornos y por sus vínculos con la sanguinaria mafia italiana.
Sin embargo la actividad más importante efectuada ese día por García Pérez, fue la reunión que sostuvo en una trattoria romana con el ex presidente de Venezuela Carlos Andrés Pérez.

Luego, del jueves 13 al domingo 16 Alan García salio de circulación y reaparece en Paris el lunes 17. ¿Dónde estuvo esos cuatro días? Ni más ni menos que en la paradisíaca isla de Capri donde posee una mansión el mismísimo Carlos Andrés. En Capri y con la mediación del ex mandatario venezolano, se produjo el primer contacto con Abderramán El Assir y su nuevo jefe, Asaf Ali.

Cabe destacar que en éste periplo europeo, García tuvo como acompañantes inseparables a Héctor Delgado Parker y al ex diputado Carlos Roca Torres. Por versión de ellos se llegó a conocer los sabios consejos que le diera Carlos Andrés Pérez a su futuro compadre espiritual: "No seas como Haya de Torre a quien nunca le preocupó hacer dinero, pero cuando necesitó recursos económicos para sus campañas políticas tuvo que humillarse y solicitarlo a sus amigos ricos. Si quieres continuar en política y reelegirte debes hacer tu propio dinero".

Encabritado por la emoción, dicen que Alan preguntó sobre el monto de dinero que debía acumular, recibiendo como respuesta: "cuando menos unos diez millones de dólares". Alan García superó los consejos de su maestro y guía, porque su fortuna según amigos y enemigos, oscila entre 100 y 200 millones de dólares.

Pero sigamos con la historia real. El 21 de junio del mismo mes y año (1985) a Alan y su comitiva nuevamente se los ve en Madrid. Ese mismo día parten a Marruecos en el jet particular de Abdul Rahman El Assir. Concretamente a la ciudad de Rabat.
El círculo se iba cerrando

Para esconder las oscuras negociaciones que García Pérez había iniciado con Abderramán, apelaron a una maniobra distractiva. Presentaron al libanés como un empresario interesado en invertir en los fosfatos de Bayóbar y en la actividad pesquera. A éste juego se prestó el Comando de Campaña del APRA y ello se comprueba con las declaraciones que tiempo después brindarían a la Comisión Investigadora del Senado los ex ministros apristas de Pesquería José Palomino Roedle y de Energía y Minas Wilfredo Huaita, quienes fueron enviados a Madrid por el Comando de Campaña para explicar a El Assir sobre los beneficios que obtendría invirtiendo en éstos sectores.

Envuelto en ésta cortina de humo, llego Abdul Rahman a Lima, a la Asunción de mando el 28 de julio y fue instalado en el Palacio de Gobierno. Luego vendría el discurso de Alan García anunciando que se reduciría de 26 a 10, el número de aviones Mirage a ser comprados por el Perú a las empresas: MARCEL DASSAULT, SNECMA Y THOMPSON. (Ver discurso presidencial en diario El Peruano del 29 de julio de 1985).Justo el día del aniversario patrio, se cierra en Lima el círculo del infame negociado.

La historia de la adquisición de los Mirage se remonta a 1981 cuando estalla el conflicto de la Cordillera del Cóndor y el Consejo de Defensa Nacional a solicitud de la Fuerza Aérea del Perú, acuerda adquirir un escuadrón de dieciséis aviones F-16 de fabricación norteamericana o similar. Enterados los gringos de ésta necesidad de compra, ofrecieron sus F-16 con motores reciclados de la segunda guerra mundial.
- "Nos querían dar un Mercedes Benz con un motor de Volswagen, lo cual era inadmisible" supo decir con claridad y en su debido momento el entonces Comandante General de la FAP, Teniente General Hernán Boluarte.

Para tener una idea del gato por liebre que nos querían endosar los norteamericanos, baste decir que los F-16 originales tienen motores de 25 mil libras de empuje y los que ofrecían a la FAP eran de mil libras y por si fuera poco del año 1953. (INFORMACIÓN TÉCNICA NO PROBADA) Es así que el Perú opto por los franceses Mirage 2000 por ajustarse a nuestras necesidades.

De ésta manera nace el convenio Júpiter I. En abril de 1982 cuando se desata la guerra de las Malvinas entre Argentina e Inglaterra, el Perú mediante una gestión no oficial, le vende al gobierno argentino diez aviones de combate. 
Esta transacción contó con el visto bueno de la FAP a condición que sean repuestos aprovechando las negociaciones que estaban en curso, lo cual dio lugar a la firma del convenio Júpiter II. 

Las operaciones se cerraron por 24 aviones monoplazas y dos biplazas que alcanzaron la suma de 650 millones de dólares. Ni más ni menos. Estos convenios no llegaron a materializarse con la prontitud del caso, porque se desató una guerra por la repartija de coimas entre las mas altas esferas del gobierno y funcionarios del Ministerio de Economía, lo cual retrasó su ejecución y cuando menos lo esperaban, ya tenían a Alan García como Presidente electo.

¿Cómo es, cuanto hay?, son las palabras mágicas en el submundo de la coima y corrupción. Son las palabrejas que abren todas las puertas y vencen todos los obstáculos. Los impenetrables muros de las burocracias ministeriales, regionales y municipales son derribados con disparos de misiles que contienen miles o cientos de miles de soles o dólares según sea el caso.

A ésta podredumbre moral que corroe la patria no escapa ninguna institución pública entre ellas, las universidades. Licitaciones fraudulentas, sobre valuaciones, nepotismo, nombramientos amañados, son pan del día. A éstos se añade la estructura de redes mafiosas donde abundan pandillas de mediocres e incondicionales hueleguisos.

En este terreno, tenemos que reconocer, que el APRA se lleva las palmas; setenta y seis años de presencia política en el país han procreado generaciones enteras de succionadores profesionales de las ubres del aparato estatal.
Pero hay coimeros de baja estofa, pirañitas, peseteros de a dos por medio. Los más destacados usan terno y corbata y los mejores, llegan a ser congresistas que juran "por Dios y por la plata", Ministros o Presidentes de la Republica.

En éste alto mundo a la coima se le llama  comisión y según el patriarca social cristiano Luis Bedoya Reyes, al delincuente se le conoce como pecador.

Al parecer personajes que se mueven en éste mundo, como Carlos Andrés Pérez, Alan García, El Assir y tantísimos otros, en algún momento hasta llegan a considerarse inmunes a los alcances de la justicia terrenal y es común entre ellos creer que: "Ofrecer dinero a un gobierno para influir en sus decisiones, es corrupción. Recibirlo por los servicios prestados es una comisión". Al menos, eso pensaba Abderraman (El Assir).

Era catorce el número de aviones Mirage que nuestro país iba a dejar de comprar según el anuncio de García Pérez. Como ya existían dos convenios de por medio, al Perú –para decirlo de manera sencilla-, le asistía en gran parte el derecho a participar en la decisión final sobre el destino que iban a correr los 14 aviones que dejaba de comprar, la otra parte interesada era la empresa fabricante.

De por medio estaba el gobierno francés entonces dirigido por el socialista Francois Miterrand, que ha mitad de las negociaciones fue derrotado electoralmente y tuvo que esperar el cambio de gobierno para retomarlas. Así llegamos a 1986. Con el aval de los gobiernos peruano y francés y el visto bueno de la empresa fabricante a El Assir le fue fácil colocar ese lote de 14 aviones –y a un precio alto - en los países árabes que por entonces y hasta ahora, navegan en petrodólares. 

El multimillonario negociado se vio favorecido por el hecho que los países de Europa Occidental y los Estados Unidos tenían acuerdos de no vender material bélico a los países árabes, mucho menos a los que estaban en conflicto. En ésta operación Alan Damián, Abderraman, y otros se embolsicaron más de 100 millones de dólares.

Atrás quedaron los años mozos de Paris y el restaurancito del señor Hassan donde Alan García cantaba rancheras mexicanas para ganarse la vida. Atrás, igualmente, la casita playera de Naplo y las dosis de litio. Había llegado el momento de disfrutar de las mieles del poder, del departamento en los Campos Eliseos y de la buena vida.

"PAJAROS DE ALTO VUELO" es un testimonio con abundantes e irrefutables pruebas sobre éste caso que muchos, sobre todo apristas,  pretenden acallar. 
Carlos Malpica Silva Santisteban, fue uno de los principales miembros de la Comisión Investigadora del BCCI que se ocupó de éste tema. Lo curioso es que éste libro ha desaparecido de las librerías desde hace ya varios años, convirtiéndose en un ejemplar de colección que muy pocos poseen. 

El Sr. Abdul Rahman El Assir era el dueño del Banco de Crédito y Comercio Internacional BCCI con sede en Luxemburgo, donde se depositaron el total de las reservas en oro y en dólares americanos, banco donde se monopolizaron las operaciones de comercio exterior del Perú durante el primer gobierno del nefasto y corrupto Alan García Pérez.

Todo lo expuesto y enunciado líneas arriba es para quienes están interesados en conocer algo más de los ya conocidos turbios manejos y demás continuas corruptelas del siempre recordado  fallecido ya, Alan García Pérez.
José Valdivia Sotomayor.
DNI 10312625

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