MALESTAR MILITAR-POLICIAL CONTRA HUMALA
Siete
Salas de la Corte Superior de Lima deberán resolver 2,513 Acciones de
Amparo, planteadas por personal en retiro de las FF.AA. y PNP contra los
Decretos Legislativos que crean diferencias en sus sistemas de
remuneraciones y
pensiones, violando el mandato expreso de la Constitución. El distanciamiento entre el Presidente y sus compañeros de armas llega a los tribunales de justicia.
pensiones, violando el mandato expreso de la Constitución. El distanciamiento entre el Presidente y sus compañeros de armas llega a los tribunales de justicia.
“Ollanta incumplió otra vez sus promesas, en este caso con el agravante de hacerlo contra las instituciones que dice respetar.
Y los militares de distintas generaciones han quedado divididas al gusto de la tecnocracia que se considera todopoderosa”
La
escena es de fines de diciembre de 2012, en las instalaciones de la
presidencia del Consejo de Ministros (PCM). En un lado de la mesa el
primer ministro Juan Jiménez y su secretaria general, el ministro de
Defensa Pedro Cateriano y un equipo del Ministerio de Economía y
Finanzas (MEF) encabezado por el economista Jorge Nosiglia. Frente a
ellos, un grupo de veteranos oficiales y suboficiales de las Fuerzas
Armadas, representantes de diversas organizaciones de personal en
retiro.
El
tema, los Decretos Legislativos 1132 y 1133, que modifican los sistemas
de remuneraciones y pensiones para militares y policías en retiro, para
los que se encuentran actualmente en actividad, y para los que recién
comienzan su carrera militar.
Jiménez
y Cateriano apenas si hablaron y dejaron en manos de Nosiglia la
explicación de la posición del gobierno. Entonces empezó una sucesión de
cuadros sobre los ingresos y gastos del Estado, que terminó aburriendo a
los presentes y que fue interrumpido por un almirante que
advirtió que el asunto no era de números sino de derechos, a lo que
Nosiglia retrucó que la decisión estaba tomada en base a un presupuesto y
que el encargo del ministro Castilla era informar que no había
retroceso.
La conclusión, dijo el almirante,
es que ustedes decidieron esto sin diálogo con los interesados. Y que
lo que han establecido es un “caramelo” para el personal en activo, una
ausencia de futuro para los que comienzan y una invitación a que nos
muramos los mayores.
Los decretos
Desde
hace años que existe una sorda guerra entre las organizaciones
militares y policiales con los equipos técnicos del Ministerio de
Economía que buscaban separar la remuneración de los miembros de los
institutos armados en actividad con los de retiro. Más aún de los
activos antiguos con lo que recién ingresan.
El
debate tiene un filo constitucional, ya que en el artículo 174 de la
Constitución de 1993 se define sin lugar a dudas que los “grados y
honores, las remuneraciones y pensiones inherentes a la jerarquía de
oficiales de las Fuerzas Armadas y Policía Nacional son equivalentes. La
ley establece las equivalencias correspondientes al personal militar o
policial de carrera que no tiene grado o jerarquía militar…” lo que a su
vez ha sido recogido en distintas leyes.
El
tema de la equivalencia solo abarca a los militares que acumularon los
años de servicio que ordena la ley (alrededor del 10% del total), el
resto recibe un porcentaje de acuerdo al tiempo acumulado. Así y todo,
este tema se convirtió en un obstáculo para mejorar los ingresos y en el
pretexto para fragmentar sus boletas de pago en múltiples conceptos,
donde la remuneración básica no alcanzaba a un nuevo sol.
La posibilidad de un cambio, sin embargo apareció cuando el candidato y teniente coronel en retiro Ollanta Humala
les ofreció a sus antiguos colegas que él si les haría justicia, lo que
repitió en su discurso inaugural. Parecía que el MEF no sería el que
tendría la última palabra.
Durante
el gabinete Lerner al inicio del gobierno de Humala, el ministro Daniel
Mora preparó un proyecto de ley que alcanzó un importante consenso con
los implicados, pero que fue detenido por presiones del MEF. Finalmente,
ya en el periodo Jiménez-Cateriano, se solicitaron facultades para
legislar en materia de pensiones y remuneraciones con el resultado de
los dos decretos que ahora están siendo revisados por la Justicia.
¿Qué
es lo que dicen estas normas? El Decreto Legislativo 1132 crea la
llamada remuneración consolidada, uniendo distintos conceptos y
estableciendo una estructura según los grados. Y el Decreto Legislativo
1133 fija una nueva escala de pensiones para el personal nuevo,
empezando con los nuevos alféreces, ignorando que su entrada a la
carrera se produjo cuando eran cadetes.
De
acuerdo al 1132, los retirados antes del 10 de diciembre de 2012 no
entran al sistema de pagos consolidados ni a las nuevas asignaciones por
grado, lo que produce una brecha de ingresos y conduce a que los grados
inferiores que salgan del activo después de la fecha del corte, puedan
llegar a tener una mejor pensión que sus superiores que se retiraron
anteriormente.
A
su vez, el 1133 define que los que lleguen al grado de alférez después
del 10 de diciembre de 2012, tendrán una pensión equivalente al 55 por
ciento de los que ganarían como activos, y sus viudas, a la mitad de
eso. O sea que se impuso la línea del MEF.
Ollanta incumplió otra vez sus promesas, en este caso con el agravante de hacerlo contra las instituciones que dice respetar.
Y los militares de distintas generaciones han quedado divididos al gusto de la tecnocracia que se considera todopoderosa.
Nuestro agradecimiento a Raúl Wiener quien publicó este artículo en Política de Miércoles el 7 de agosto de 2013
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