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12 ago 2014

EL GUARDIA CIVIL MUERE PERO NO SE RINDE

Por Ricardo Franco.
EL COMANDANTE DE EJERCITO LUIS M. SANCHEZ CERRO, SE LEVANTA EN ARMAS EL 22 DE AGOSTO DE 1930 EN AREQUIPA Y ATACA A LA GUARDIA CIVIL
El Presidente Leguía, estando ya enfermo de cáncer a la próstata en 1929, es reelegido para un mandato mas y por ello se ve en la necesidad de ascender a su hijo adoptivo Sánchez Cerro al grado de Comandante y le encarga que vaya vigilar y a poner orden en Arequipa, donde tenía conocimiento por información de la
Guardia Civil de graves conspiraciones contra Leguía, pues habían ido a radicar casi la mayoría de oficiales EP. que Leguía había dado de baja por golpistas, entre estos los Oficiales EP. Rubén Del Castillo, Alejandro Barco, Alfredo Miroquezada, Raúl Risco, Gómez Sánchez y otros. Leguía confiaba en Sánchez Cerro, porque en la Selva en Iquitos otro Capitán EP. Guillermo Cervantes se había levantado en armas contra el gobierno de Leguía, declarando como Republica independiente la Republica de Loreto, donde se llego a confeccionar hasta su propia moneda; Sánchez Cerro, probo su lealtad por que una vez enviado por Leguía a Loreto, venció a los militares insurrectos, por lo que se gano la confianza de Leguía, sin embargo cuando fue nombrado primer Jefe de Zapadores en Arequipa, se le presenta todos los oficiales EP. dados de baja por Leguía por golpistas, quienes le insisten a que sea leal con sus compañeros de armas y con el Ejercito y fue así que un 22 agosto de 1930, aprovechan que se encontraba toda la guarnición militar en el lugar denominado la Olla a las afueras de Arequipa, realizando maniobras militares de campaña, donde aparecieron a caballo los oficiales en retiro uniformados, al mando del Comandante Sánchez Cerro, quien tomo preso al General Leopoldo Arias, Jefe de la 3ra. División Militar de Arequipa y al Prefecto Federico Fernandini, la cual luego de esto se declaro en estado de revolución y Presidente Revolucionario, desconociendo el Gobierno del Presidente Leguía, donde seguidamente ataco el Cuartel de la Guardia Civil, donde falleciera el primer Jefe de esa dependencia policial; luego de esto Sánchez Cerro reunió en la Plaza de Armas de Arequipa, a todo el pueblo arequipeño, donde en un manifiesto publico, insulto a Leguía y a la Guardia Civil, azuzando al pueblo que Leguía quería perennizarse en el poder teniendo como guardia pretoriana a la Guardia Civil, por lo que el pueblo enardecido y envenenado, por la intriga y demagogia, por los militares golpistas, asaltaron los humildes hogares de los guardias civiles a quienes los masacraron vil y cobardemente en plena calle, cuyo único delito era haber jurado defender la Patria y a los gobiernos legalmente constituidos y el orden público, era desgarrante contemplar en los cruceros y calles, como los guardias civiles eran agredidos a mansalva con armas de fuego, blanca y demás por el pueblo, capitaneado por los golpistas, no quedando satisfechos, hasta ver la sangre de los guardias civiles, tiñendo las empedradas calles de Arequipa y como un trofeo de su prepotencia, abuso y cobardía, paseaban por la ciudad las insignias y uniformes de estos guardias civiles, caídos en el defensa del orden constitucional.
PRESIDENTE LEGUIA RENUNCIA A LA PRESIDENCIA
Leguía renuncio al gobierno no solo porque estaba enfermo, sino porque se sentía defraudado de lo hecho por su hijo adoptivo el Comandante Sánchez Cerro pero cuando se encontraba en alta mar en un buque de la Armada, fue alcanzado por una patrullera, por orden del General EP. Manuel María Ponce que por presión del Comandante Sánchez Cerro, capturo el buque donde iba Leguía, siendo este recluido en la Isla el Frontón, junto con su hijo Juan Leguía y con los marinos que lo apoyaron donde sufrieron todos tortura y tormento, luego de esto Leguía paso al Panóptico de Lima, donde falleció preso, siendo uno de los mejores presidentes del Perú.
INTENCION DE DESAPARECER A LA GUARDIA CIVIL
Sánchez Cerro, dispuso que desapareciera la Guardia Civil, porque para el había quedado sin autoridad y porque era un peligro y una amenaza para los oficiales del Ejercito en su intención de gobernar al Perú, pero cuando se proponía a reemplazarla con otra Institución, la Guardia Civil se levanto en armas con 300 efectivos en la Fortaleza del Real Felipe, al mando de su Ex Director General de la Guardia Civil y Policía: General (r) Pedro Pablo Martínez, donde fallecieran en combate mas de 160 guardias civiles, la mayoría cuerpo a cuerpo al asaltar el Ejercito la Fortaleza del Real Felipe con más de seis mil (6,000) soldados, no sin antes bombardearla por aire y cañonearla por tierra por el lapso de cuatro horas, pero que con su heroísmo y acción, de que: “la Guardia Civil muere pero no se rinde”, los guardias civiles lograron con su levantamiento que Sánchez Cerro, renunciara a la Presidencia de la Junta Militar de Gobierno, e impidieron tal afrenta de que desapareciera la Guardia Civil.
Después de la muerte del Presidente Augusto B. Leguía, el país se encontraba sumido en una turbulencia política resultado de los sucesivos golpes militares que finalmente habían llevado al gobierno al Comandante Sánchez Cerro; se había desatado una verdadera anarquía en la que se persigue a todos los Generales y Jefes que tuvieron algo que ver durante el Gobierno del Presidente Leguía, la Guardia Civil que se encontraba en sus primeros años de vida, venía desplegando una fructífera y prestigiosa labor que despertaba indisimulados recelos y envidia en el gobernante de turno
En medio de este desorden del país, el día el 04 de Enero de 1931, se produce en el Estadio Nacional un enfrentamiento armado entre Guardias Civiles y personal del Ejercito, con resultado de un muerto y varios heridos, esto motivó el enojo del Presidente Sánchez Cerro quien, con el propósito de disolver a la Guardia Civil, llamó al servicio militar a 5,000 voluntarios con los que formó la Guardia Urbana con la que pensaba reemplazarla; para albergar a este personal ordenó construir el Cuartel Guardia Chalaca, local que hoy ocupa el Colegio Militar Leoncio Prado en el distrito de La Perla.
Enterado de los propósitos de Sánchez Cerro de disolver la Guardia Civil, no obstante encontrarse en situación de retiro y en su vida privada, el General Pedro Pablo Martínez (quien había sido Director general de la Guardia Civil y Policía desde 1923 a 1930), en protesta y con el propósito de derrocar a Sánchez Cerro; poniéndose su uniforme de General; se levantó en armas el día 20 de febrero de 1931 acuartelándose al mando de 300 Guardia Civiles, en la fortaleza del Real Felipe donde en un sector funcionaba la Comisaría del Callao y la Comandancia de Control del Fisco y Reguardo Aduanero del Terminal Marítimo
Cuenta el General Martínez en su libro “Haciendo Historia, que una vez en la Fortaleza Real Felipe, hizo un llamamiento a la Guardia Civil por radio en la que poco a poco fueron llegando a la Fortaleza las tropas de la Guardia Civil junto con sus jefes y oficiales en camiones, automóviles y bicicletas vivando a la Guardia Civil y a la Patria, “hombres valientes llenos de júbilo que arriesgaban la vida sólo por el ideal de obtener un gobierno que respondiera a los sentimientos de nacionalidad y respeto por la Institución de la Guardia Civil a la que pretendía disolver y cuyo lema inmortal es el HONOR ES SU DIVISA.”
Para develar este movimiento Sánchez Cerro dispuso la intervención del Regimiento de Infantería Nº 6 y Nº 7, el Grupo de Artillería de Montaña Nº 2, el Regimiento Escolta, y las Escuelas de Clases de la Escuela Militar de Chorrillos y otras unidades de la Segunda Región Militar, quienes atacaron empleando morteros, ametralladoras, artillería pesada e inclusive con la participación de cuatro aviones que ametrallaron y bombardearon la fortaleza mientras que los Guardias Civiles se defendían únicamente con sus fusiles y revólveres batiéndose contra mas de 6,000 efectivos del Ejército,
Dice el General Martínez en su obra: “Tanta resolución, tanto entusiasmo, los Guardias Civiles no podían reducirse a un simple motín y por eso decidieron ir al combate dando de esta manera una alta prueba de coraje, por cuanto no se trataba de un cuartelazo, del impulso de una ambición personal, ni de un interés partidario o de grupo, sino se trataba de defender a la Guardia Civil y de devolver al país su situación jurídica”.
Entre los Guardias Civiles que participaron se encontraba el Mayor Manuel Pella Cáceda, que estuvo al mando de la fortaleza y muchos otros entre ellos el Teniente Teodosio Cabada, el Teniente Absalón Jaimes, el Teniente Juan Mazarri que cayó abatido por un impacto de bala disparado desde uno de los aviones y muchos otros,
Agotadas las municiones se trabaron en feroz combate cuerpo a cuerpo hasta que sobrepasados en número y medios, fue develado el movimiento con un saldo de 160 Guardia Civiles caídos en combate, y tanto los Guardia Civiles sobrevivientes como el General Martínez fueron hechos prisioneros e internados en el Panóptico hasta que fueron amnistiados y su Jefe el General Martínez deportado, terminando así definitivamente el propósito de Sánchez Cerro de disolver a la Guardia Civil.
El Historiador Jorge Basadre en su libro Historia de la República del Perú, Tomo XII pagina 2124 y 2125 cuenta que las tropas del Ejército se ensañaron con los policías vencidos debido a la rivalidad que existía entre la Guardia Civil y el Ejercito y cita también las siguientes frases pronunciadas por el Dr. Arenas Loayza defensor del General Martínez en el juicio que se le siguió al General: “Una pasión tiene el Guardia Civil, la pasión del valor, cuando a un Guardia Civil se le dice ¡Aquí está tu deber!, ¡va! ¡Aquí está el riesgo!, ¡va! ¡Aquí está la muerte!, ¡va!, porque no es Guardia Civil el que no tiene pasión por el valor”
Los Guardias Civiles prisioneros fueron puestos en libertad el 03 de marzo del mismo año (a los 11 días del levantamiento) y el General Pedro Pablo Martínez fue deportado después de retar a duelo al Comandante Sánchez Cerro, duelo al que rehuyó y que no llegó a producirse.
Sánchez Cerro, después del debelamiento hizo traer detenido y esposado ante su persona al Ex Director General de la Guardia Civil, al General Pedro Pablo Martínez Ledesma, a quien en presencia de todos los oficiales del Ejército, le escupió la cara, así lo registra en los libros de Historia, el historiador Jorge Basadre en su libro Historia de la República del Perú, Tomo XII pagina 2124 y 2125, por eso cuando cae el gobierno de Sánchez Cerro y es puesto en libertad el General Martínez por el nuevo gobierno transitorio de Ricardo Leoncio Elías Aparicio, el General Martínez lo desafía públicamente a muerte a Sánchez Cerro a un duelo de honor bajo el Código del marqués de Cabriñana, sin embargo Sánchez Cerro rehuyó del duelo y el nuevo gobierno transitorio lo deportó al General Martínez, para que no altere la instauración nuevamente de la democracia en el país, pero como cuenta en su libro el General Pedro Pablo Martínez, se fue deportado pero con esa inmensa satisfacción de haber cumplido como el deber y como máxima recompensa legada por los maestros de la Misión Española de la Guardia Civil que expulsó Sánchez Cerro cuando tomo el Gobierno mediante un golpe de estado, pero que no pudo con el Honor de los Guardias Civiles, que simboliza y la tienen como Divisa, al igual que en la Madre Patria y que una vez perdido no se recobra jamás
LA GUARDIA CIVIL MUERE PERO NO SE RINDE
http://www.youtube.com/watch?v=FqowUOUH92c

2 comentarios:

Jorge l Martinez dijo...

O sea que el hijo adoptivo de Leguia ,lo traiciona y compromete al País ,como lo hizo este Señor Sánchez Cerro ,,que cobarde y traicionero ,al menos el abuelo lo saco a la palestra y el muy niño se orino en los pantolones que cobarde ,pero si hasta en la cara se le podía ver ,,un pobre hombre ,gracia abuelo,por prevalecer en nombre de la institución que dirigiría te por siete largos años,y este pobre infeliz Sánchez Cerro ,quiso desaparecer que insolente ,,Gracias abuelo ,,,no se te olvida ,,,el honor es su divisa,,Guardia Civil Del Perú...

Unknown dijo...

Gracias Gral. Pedro Pablo Martinez Ledesma por tener los pantalones bien puestos y luchar por la justicia. Buen legado y orgullo para la familia. Alejandrina G. Ledesma De la Cruz